jueves, 14 de agosto de 2008

Un monumento para Daniel, Luís Cino


Arroyo Naranjo, La Habana, agosto 14 de 2008, (SDP) El pasado 30 de julio, además de los homenajes habituales para David, develaron un monumento de mármol para Daniel en Santiago de Cuba.

David y Daniel fueron los nombres de guerra respectivamente de Frank País, jefe nacional de Acción y sabotaje del Movimiento 26 de Julio y René Ramos Latour, el hombre que lo sustituyó a su muerte, en 1957.

Ambos son héroes incómodos de la revolución cubana. No sólo porque sus métodos de guerra hoy serían calificados de terroristas. Como muchos otros que combatieron la dictadura de Batista pero eran opuestos al comunismo, es muy probable que después del triunfo de 1959, hubieran resultado muy conflictivos para el nuevo régimen.

René Ramos Latour fue un problema en plena insurrección. Sus cartas a la Sierra Maestra, que provocaron polémicas con Fidel Castro y Che Guevara, indican además de sus desacuerdos tácticos, su profundo rechazo al comunismo y a la Unión Soviética.

A Frank País, ferviente bautista, hijo de un pastor que lo educó en la fe cristiana y la verticalidad de los principios, es poco probable que lo hubieran podido convencer con los dogmas materialistas del marxismo. Más improbable aún que hubieran logrado enrolarlo en el colaboracionismo evangélico al estilo del reverendo Raúl Suárez.

David, el lado violento del sensible Frank, que estudiaba la Biblia y tocaba al piano sonatas de Lizt y al órgano las fugas de Bach, era literalmente “de armas tomar”.

Tenía excepcionales dotes de organización y mando. Sabía cómo hacer cumplir sus órdenes a toda costa. Lo mismo amenazaba de muerte si desobedecía sus instrucciones inapelables a Agustín, su hermano mayor, que a un par de tránsfugas encargados de comprar armas para la insurrección, que pretendieron quedarse con el dinero.

Con sólo 22 años de edad, el 30 de noviembre de 1956, en vísperas del desastre del yate Granma, faltó poco para que Frank País al frente de sus milicianos con uniformes verde olivo y brazaletes rojinegros, tomara Santiago. En los meses siguientes, los suministros que envió puntuales a la Sierra Maestra fueron decisivos para la supervivencia de la guerrilla de Fidel Castro.

A Frank País y Raúl Pujols los capturaron el 30 de julio de 1957 en el Callejón del Muro. Una misteriosa delación condujo a la policía tras sus pasos. Ciertas versiones sin confirmar afirman que la delación partió del lado revolucionario. El jefe policial José María Salas Cañizares no supo que tenía en sus manos a David, el hombre más perseguido por la dictadura, hasta que un traidor lo identificó. Fue entonces que lo acribillaron a balazos. Hacía menos de un mes, habían matado a su hermano Josué.

René Ramos Latour, ya alzado en la Sierra, con los grados de comandante, murió en combate en El Jobal, el 30 de julio de 1958, justamente un año después que Frank País.

Cada 30 de julio, las máximas autoridades del Partido Comunista en Santiago de Cuba encabezan una peregrinación del Parque Céspedes al panteón de la familia País- García, en el cementerio de Santa Ifigenia.

Este año, además de los homenajes a Frank País, las autoridades santiagueras inauguraron el primer monumento a René Ramos Latour, en el 50 aniversario de su muerte.

Los tres bloques de mármol del monumento, obra de la escultora Caridad Ramos, están ubicados donde la calle que lleva ahora el verdadero nombre del comandante Daniel se cruza con Cuabitas.

Casi a tamaño natural y uniformado, Daniel empuña un fusil M-3. Su rostro de bronce no parece satisfecho. Tal vez se deba al medio siglo que tuvo que esperar para tener un monumento de mármol. O al hecho de que finalmente hayan sido comunistas los que lo erigieron.
luicino2004@yahoo.com



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