jueves, 13 de noviembre de 2008

¿Y CUANDO COMO CALIENTE?, Juan González Febles


Lawton, La Habana, noviembre 13 de 2008, (SDP) Luego que pasó Gustav y ese ¡Ike! de todas las lamentaciones, el hombre cubano de a pie se pregunta: ¿Y cuando como caliente? Esta es la pregunta sin respuesta más popular que anda en las calles de La Habana y sin lugar a dudas, del país. Se avecinan tiempos muy difíciles para la élite senil que mantiene el bloqueo y muchas más restricciones contra el pueblo cubano.

El tiempo se les escapa de las manos. Los nuevos precios del petróleo que amenazan con disminuir aún más, dejan poco margen a los mandamases. El petróleo que les regala el caudillo venezolano Hugo-porquenotecallas-Chávez en $27 USD el barril y que ellos revenden alegremente en el mercado mundial en $140 USD, ya no les deja $113 USD de ganancia por barril. Las pérdidas para los Ancianos, serán aun mayores.

Le tomé el título de este trabajo prestado a un chofer por cuenta propia. Se trata de un kamikaze (chofer pirata que no tributa al fisco) con un olfato providencial para detectar chivatos e inspectores. Un cubanazo dicharachero y sonriente, que me concedió el privilegio de transportarme, ‘gracias al aspecto sano que tiene, de tipo que no está en ná’.

La gente cambió en la calle, pero el gobierno también. Ahora fabrican carros blindados para la represión y colocan personas de su confianza en lugares que consideran de ‘alto potencial CR’. Donde CR es, en la jerga político-policial, contrarrevolucionario.

A diferencia de los primeros años del castrismo, hoy la contrarrevolución se mudó a las zonas marginales. Fue desplazada de Miramar y Nuevo Vedado y en la actualidad se mueve con horror y con honor en San Miguel del Padrón, Lawton, Centro Habana y Habana Vieja. Los castristas que viven muy bien, aspiran a que todo continúe así.

Ya no tratan de esconder sus escandalosos privilegios, se trata de defenderlos y legitimarlos. ¡Tarea difícil!

No quieren liberar las fuerzas productivas y pretendieron a sotto voce, ‘coreanizar’ el país. Quizás Kim Yon Il, perdonen la ortografía, mantenga alguna semejanza con alguien en las altas esferas, pero el hombre cubano de a pie, no. No somos coreanos, somos cubanos y nos gusta la buena vida que podamos obtener, con el fruto honrado de nuestro trabajo.

No nos resignamos a sus zonas congeladas y a contemplar impávidos su buena vida. No nos gustan y no les gustamos. Las tierras están separadas, el gobierno hizo la tarea desde su torpeza y soberbia tradicionales.

Pasó un nuevo huracán. Se llama Paloma, vaya nombrecito para semejante fenómeno. Paloma llegó con poco que hacer. Como se dice en Cuba: Llegó para poner la puntilla. Para cerrar la entrada con muchas carreras, muchos errores y todos movidos en la base.

Paloma tuvo muy poco que derribar. Sirvió para mostrar la gira triunfal del vice itinerante Machado, seguido por las cámaras complacientes de la televisión oficial. Quizás, como de costumbre, el gobierno aproveche para cortar el fluido eléctrico una semana, pero no más, que no fue para tanto.
Quizás, a nivel local desaparezcan la yuca, el boniato y la fruta bomba, eso que el viento de los pasados huracanes nos dejó. Mi chofer kamikaze me hizo una pregunta: “¿Hasta cuando es esto, periodista?”.

No lo sé. Nadie lo sabe con seguridad. Por ahora, ellos compran carros blindados; se mudan para estar entre nosotros y el presidente oye misas rusas y asiste al ballet. España y la Unión Europea pueden sentirse satisfechas. Todo anda en calma. Una del tipo que no admitirían allá, en sus países.
jgonzafeb@yahoo.com

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