jueves, 7 de febrero de 2008

Coincidencias II, Juan González Febles




La situación que se creo a partir de la Primavera Negra de 2003, conllevó la aparición de un escenario modificado en la forma, para las actividades del periodismo alternativo en Cuba. Contra todo pronóstico, los periodistas independientes continuaron con su labor, durante y después de la razzia represiva.

La Prensa Independiente de Cuba maduró y creció en calidad y cantidad. Esto a pesar de las afirmaciones de gente bien intencionada que desde el exterior aconseja y en ocasiones hace apreciaciones divorciadas de la realidad. La situación concreta que enfrentan a diario los periodistas independientes cubanos sobre el terreno, sigue como acertijo para muchas de estas personas.

Un periodista independiente en Cuba, es alguien que vive bajo acoso y presión policial permanente. Alguien que carece de la posibilidad de hacer su trabajo con un mínimo de garantías.

Está privado de consultar fuentes bibliográficas o materiales de referencia en bibliotecas. También de consultar en hemerotecas, bibliotecas o Centros de Información. No puede revisar la prensa nacional oficial, con sólo un mes de antigüedad.

Se carece de representatividad para entrevistar a funcionarios oficiales y por tanto para informar sobre un aspecto, desde diversas ópticas y puntos de vista. No olvidar que, los diálogos con las dictaduras son discursos al viento si no se formulan desde la única posición que estos regímenes reconocen: la fuerza.

Aun bajo estas condiciones, la Prensa Independiente de Cuba hace su trabajo. Es por decirlo de alguna forma, el único grupo profesional que realiza su función ostensible cada día de dictadura que sufre Cuba. Veinticuatro periodistas están en prisión sólo por hacer su trabajo.

En otro orden de cosas, los periodistas independientes cubanos de forma regular, carecen de equipamiento material adecuado para realizar su trabajo. Reciben una remuneración ridícula, en atención al trabajo realizado bajo circunstancias obviamente adversas.

En este sentido bueno es detenerse en Nueva Prensa Cubana (NPC). Esta es, una empresa dedicada a explotar la situación política cubana, en detrimento, fundamentalmente de los periodistas independientes. La empresa está dirigida por el matrimonio que forman los Sres. Juan Manuel y Nancy Pérez Crespo. Funciona desde Miami bajo similares presupuestos que sus homólogas castristas Acorec y Cubalse. Estas son dos empresas consagradas en Cuba a la contratación de fuerza de trabajo barata para los negocios corporativos de la dictadura con sus cómplices extranjeros. Se caracterizan por imponer a sus trabajadores contratos leoninos. La coincidencia es notable. Como ya hemos dicho, los extremos del círculo, se tocan.

En el mejor estilo de los negocios de la familia Castro, NPC ve con malos ojos (malísimos) que los periodistas independientes en la Isla se unan en organizaciones gremiales dentro de Cuba. También que tengan representatividad autónoma y libremente elegida dentro de la Isla. NPC inauguró el triste capítulo de las presiones y los despidos por asociarse ‘indebidamente’. Otro aporte de NPC fue inaugurar el capítulo de las impuntualidades con el pago a los periodistas. También el del doble rasero para pagar el trabajo que se hace desde todos los riesgos en Cuba y otro similar bajo la protección del estado de derecho y las leyes de Norteamérica. Curiosamente, los mejores exponentes del periodismo independiente iniciaron este camino desde NPC.

Por todo lo anterior y por otras cosas, los periodistas independientes en la Isla decidieron agruparse en una asociación gremial que respondiera de forma directa a sus intereses como grupo. Así nació la Asociación Pro Libertad de Prensa (APLP).

En contraposición a la disposición manifestada en su momento en relación a la Sociedad Márquez Sterling, la respuesta de los factores que administran la ayuda para la democracia, en relación con APLP ha sido indiferente en ocasiones y en otra, de franca hostilidad. Amor con amor se paga.

Desde su fundación, APLP lucha porque los periodistas independientes cubanos reciban una remuneración decorosa en relación con la función que realizan. Lucha para que reciban el reconocimiento y la preparación profesional a la altura del servicio que prestan a la nación cubana.

Busca espacios para esos que llevan el mayor peso en el enfrentamiento ideológico con la dictadura militar. Para los que dan el mentís cotidiano al régimen con sus informaciones in situ sobre la actualidad cubana. Las presiones que soporta APLP por parte de la dictadura militar castrista y por parte del Grupo de poder, que desde el exterior detenta la administración de la ayuda para la democracia, son amplias y diversas. Desde campañas internacionales dirigidas a lograr el desconocimiento de la asociación, hasta formas más o menos sutiles de corrupción, encaminadas a crear divisiones en el movimiento de periodistas independientes.

Las demoras y dilaciones en el envío de la paga a los periodistas son proverbiales. En los finales del pasado año 2007, estas llegaron a su punto climático. Tenemos informaciones que están por verificar, de que alguien incluso echó mano de fondos para ayudar a presos, con el fin de financiar alguna campaña de esas nacidas en alguna cómoda poltrona o en una mesa del café Versalles.

Desde la comodidad del exilio, agrupaciones como por ejemplo el Directorio Democrático, torpedean las relaciones de la Prensa independiente de Cuba y de APLP con ONG y algunas representaciones diplomáticas en Cuba.

Coincidentemente, los extremos del círculo se tocan. Tanto el Grupo de poder que administra la ayuda para la democracia en Cuba desde USA, como el régimen militar totalitario de La Habana, comparten la aspiración por silenciar o domesticar a APLP y con ello, a la Prensa Independiente de Cuba. APLP se emplea a fondo para impedirlo.
Lawton, 20/01/2008
jgonzafeb@yahoo.com
http://prolibertadprensa.blogspot.com/

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