jueves, 6 de diciembre de 2007

EDITORIAL

La Asociación Pro Libertad de Prensa (APLP) les saluda desde Cuba. ¿Desde donde si no? Vamos a presentarles trabajos, en unos casos inéditos y en otros modificados por azares y circunstancias editoriales ajenas a sus autores. Este blog está hecho en Cuba con mucho sacrificio y mucho tanteo. Bajo la espada de la represión de la dictadura y la pared representada por intereses y agendas diversas, que foráneas y ajenas se contraponen.

No obstante, lo mejoraremos en cada entrega. Por respeto a ustedes y por respeto a nosotros, los que trabajamos aferrados a la aprensión y el peligro que representa hacer prensa libre en Cuba y los que guardan prisión, por hacerlo con igual mérito y dignidad en su momento. Cada semana si Dios lo permite, este blog les traerá noticias y pensamiento desde Cuba. Para ello, contamos con la amabilidad y gentileza de los amigos que pueden y quieren ayudar.

Supimos que la Sra. Laura Bush, primera dama de los Estados Unidos, participó en una video-conferencia en la sede diplomática de los Estados Unidos, con los que ‘alguien’ consideró los elementos más representativos del Proyecto de Bibliotecas Independientes dentro de Cuba.

Entre los asistentes no estuvo el Sr. Carlos J. Menéndez Cervera, tampoco los Sres. Guillermo Fariñas Hernández y Víctor Manuel Domínguez García. Ellos son respectivamente, en el caso de Cervera, el director interino del Proyecto de Bibliotecas Independientes de Cuba, Fariñas es coordinador de este mismo proyecto y Domínguez García, presidente del prestigioso concurso literario ‘El Heraldo’. Como es ampliamente conocido este concurso promueve ese talento que no ve la luz en las condiciones de dictadura militar totalitaria de izquierda que vive Cuba, casi por cinco décadas.

Agradecemos la solidaridad del Sr. Presidente de los Estados Unidos George W. Bush y de su esposa, la primera dama, Sra. Laura Bush. Pero deploramos que se prioricen agendas locales de ocasión, que se confunda politiquería con patriotismo y que se desaire a hombres y mujeres que cumplen con su deber en Cuba, atados a la aprensión y el peligro que esto representa. Hagamos votos para que no se hagan selecciones de figuras políticas desde fuera de Cuba. Que la patria que se llora de lejos, haga espacio a la que se hace desde Cuba con valor.

Pasando de lo útil a lo agradable, en esta entrega, les ofrecemos trabajos de José Antonio Fornaris, Aleaga Pesant, Luís Cino y Juan González Febles.

Fornaris nos propone especular sobre quien será el primer presidente de Cuba. Dice que este primer presidente vive en Cuba y el vicepresidente en el exilio, quien sabe. Aleaga nos habla en uno de sus trabajos sobre las andanzas de un tenebroso personaje, en otro, sobre azares y desventuras de gente joven en Cuba.

González Febles, nos cuenta sobre ‘heroicidades’ de falsos iconos de la vida nacional y en otro trabajo sobre como vive el pueblo, a quienes algunos consideran ‘sin importancia’. Uno de los poetas mayores de Cuba, con una obra casi desconocida por los azares y circunstancias que hoy son el amargo pan nuestro cotidiano, es entrevistado por Luís Cino.

APLP y el equipo de realización de este blog, agradecen el apoyo inestimable de Yoanis Sánchez, (Consenso y Generación Y) en la elaboración de esta entrega y todas las que vendrán. Agradecemos además a los periodistas independientes que aportaron trabajos y aliento. Las fotografías corresponden a Ana Torricella. El equipo de realización estuvo integrado por Ana Torricella, Luís Cino y Juan González Febles.

El próximo presidente, José Antonio Fornaris


En Cuba, se mantiene la candanga de que Estados Unidos quiere anexarnos. Ricardo Alarcón hasta ha llegado a decir que si la revolución (el gobierno comunista) es destruida, “se acabaría con la independencia, la soberanía y la democracia (¿?) en Cuba para pasar a ser una dependencia más de Estados Unidos”.

Los Estados Unidos no se anexaron a Cuba cuando Carlos Manuel de Céspedes, el Padre de la Patria, lo solicitó reiteradamente. Ni cuando la Asamblea de Guaimaro, donde fue constituida la República en Armas, también lo solicitó en pleno. Tampoco cuando, tras la guerra con España, hubo gobernadores militares norteamericanos en la isla, o cuando en nuestro país hubo presidentes presuntamente dóciles a los dictados de Washington.

Se sabe que Roosevelt estuvo bravo con Churchill porque Inglaterra no independizaba a sus colonias. Entonces, ahora, en pleno siglo XXI, ¿va Estados Unidos anexarse a un país donde, entre otras cosas, hay que hacer un enorme gasto en plantas recicladoras de basura? Eso está difícil de creer. Es, como dicen “esos locos bajitos”, tremenda guayaba.

Los integrantes de la Mesa Redonda, programa de la televisión que a diario da evidencias de que el gobierno cubano es lo mejor que ha existido en la Tierra desde que el hombre empezó a caminar en dos patas, muestra a cada rato su enfado porque, según ellos, hay cubanos en Miami que quieren ser presidentes de Cuba.

Estos panelistas tienen la mente programada de forma que piensen que sólo los comunistas (y para colmo siempre los mismos) son los únicos que pueden dar opiniones, salir en televisión, gobernar, viajar al extranjero para representar a Cuba (que no les ha pedido que la represente, pero a ellos no le importa) y tener lujosos autos Mercedes Benz comprados con los dineros del país.

¡Que horror de horrores están cometiendo esos cubanos que residen en Miami y quieren ser presidente de Cuba! Es un crimen de lesa humanidad que ha hecho que los panelistas de la Mesa redonda se pongan un poco tensos.

Pero la realidad es que todos los cubanos que tengan aspiraciones políticas, por cualquier parte del planeta que anden trotando (no es la primera vez, pero debe ser la última, que tenemos exilio obligado) tienen derecho a esas aspiraciones.

No obstante, los señores panelistas y todos los que piensan como ellos, no deben continuar tirándose de los pelos de los sobacos. El próximo presidente de Cuba, hablo de un presidente vencedor en las urnas, un presidente de verdad, no es comunista, de ninguna izquierda ni está en el exilio. Está aquí en Cuba.

Yo sé quien es, pero todavía no es el momento de decirlo.

Nota: El vicepresidente sí es del exilio.

fornarisjo@yahoo.com

Muy insólito, José Antonio Fornaris


No existe prácticamente un día del año, de enero a diciembre, que no se escuche decir en Cuba, de una forma u otra, que disfrutamos de educación y atención médica gratuita.

Lo primero que hay que alegar al respecto es que no nos pasamos todo el tiempo enfermos o estudiando. Pero sin entrar en un análisis del precio tan grande en servidumbre que hay que pagar por esos dos servicios sociales, eso, de gratuito no tiene absolutamente nada.

Suponiendo por un momento que en Cuba, la instrucción y la atención médica hubiera que pagarlas directamente a través de una tarifa, ¿de qué forma se podría atender los gastos de esa inversión con los salarios que se devengan?

En la isla, hubo una época en que se habló mucho del libro de Economía Política del soviético Nikitin. No existe un cubano mayor de 40 años que no escuchó mencionar el término “plusvalía”. Es el mecanismo por el cual, según este autor, los burgueses, dueños de los medios de producción, se quedan con una tajada de los valores creados por los trabajadores, al recibir estos como compensación salarial, sólo una parte de toda la riqueza que crean.

En Cuba, el Estado es dueño absoluto de todos los centros de producción y servicios y se queda con una plusvalía que abarca casi el 100% de lo creado. Se queda además, con la vajilla, la valija y todo lo que tenga algún valor.

En una situación así, todo lo que el Estado brinde a los ciudadanos, ya está varias veces pagado por los propios ciudadanos.

Además, recordemos (y eso es una constante) que ningún gobierno puede dar algo verdaderamente gratuito, por la sencilla razón que, como aparato, no crea valores económicos.

Independientemente de eso, cuando los estudiantes se integran a la vida laboral, por la misma razón de lo ínfimos que son en Cuba los salarios (que no alcanzan ni remotamente para encarar las necesidades básicas) en el acto, comienzan a pagar por la preparación académica que han recibido o que puedan alguna vez, llegar a necesitar.

Además, la educación académica, desde el pre escolar hasta la universidad, está tan ideologizada que casi se puede asegurar que, en esos menesteres, lo que hace el Estado son gastos de propaganda política a su favor. Visto desde ese ángulo, tampoco está dando algo gratuito.

Si de otra forma, los medios que se utilizan para costear esos servicios sociales salen de la venta, en alguna forma, de recursos naturales del país, esos recursos pertenecen a todos los cubanos, aunque el estado, por su forma de actuar, crea que son de su entera y exclusiva propiedad.

No existe referente histórico, por eso el término puede sonar absoluto, pero el día que un régimen totalitario dé algo, no ya gratuito porque eso es imposible, sino simplemente de manera desinteresada, seguramente Dios vendría a ver algo tan insólito.

fornarisjo@yahoo.com

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Problemas jóvenes, Aleaga Pesant



La Habana, Miércoles 28 de Noviembre de 2007. El Centro de Estudios de la Juventud, subordinado a la Unión de Jóvenes Comunistas (UJC), produjo la investigación: Cuba, Empleo y Política Laboral Para Jóvenes, en la cual se da una visión edulcorada de la tragedia que viven las nuevas generaciones de cubanos, para insertarse cabalmente a la sociedad.

Según la investigación, la “dictadura del proletariado” creó en la Isla, un conjunto de programas para jóvenes, entre los que están el Programa de Trabajadores Sociales, Profesores Generales Integrales (PGI), de formación de Maestros Emergentes, para la enseñanza primaria y cursos, también emergentes de enfermería y tecnología de la salud.

La poca seriedad y credibilidad de los investigadores e intelectuales asalariados del Partido Comunista y sus entidades, sale a flote en el auto titulado diario de la juventud cubana, Juventud Rebelde. Allí se expone de forma velada, el difícil panorama de un segmento de la sociedad, negada a insertarse en los proyectos “revolucionarios”.

Un ejemplo de ello son los altos niveles de desempleo en las zonas rurales. Esto es ocultado por la actual administración. Los jóvenes güajiros se enfrentan al desmantelamiento de la industria azucarera, a una estatizada propiedad sobre la tierra y a trabajos mal remunerados. Según el diario juvenil, los jornaleros tienen que llevar sus instrumentos de trabajo, no se les facilita ropa ni zapatos (piezas muy caras en la Cuba actual), tampoco se les garantiza almuerzo y para colmo pasan meses sin cobrar.

Si eso es en el campo, en las ciudades hay situaciones igual de adversas. Contradictoriamente, los centros tecnológicos y escuelas de oficios generan graduados, desvinculados en potencia, por el divorcio entre los cursos que reciben y su futuro egreso. Según el Dominical del diario comunista, el 70 por ciento de la matricula del Politécnico de la Construcción de Camagüey está compuesto por mujeres que se sabe, que nunca van a ser constructoras. En el caso de Palma Soriano, el Politécnico de construcción civil, electricidad e informática, sigue graduando alumnos en un territorio eminentemente agrícola, sin inversiones industriales. A esto se une la poca movilidad laboral de los jóvenes trabajadores, por el insatisfactorio tema de la vivienda.

Existe un fenómeno de poco interés de los estudiantes por seguir las recomendaciones oficiales de entrar en estudios pedagógicos. Es de conocimiento público que parte importante de los graduados de preuniversitarios en Santiago de Cuba, evadieron incorporarse a esas carreras asignadas.

En esta lista de males, el caso más escandaloso es el utilizar la llamada Municipalización de la Universidad, para ocultar las cifras de desempleo y parálisis juvenil. Las autoridades gubernamentales a todos los niveles, utilizan los registros de matriculas para disminuir las cifras.

La evasión de jóvenes a cursos de adoctrinamiento lo señaló un profesor de economía política socialista, de la sede universitaria de San Miguel del Padrón. Este señala que tiene alumnos que solamente vinieron a la primera clase. Otros llevan dos años matriculados y nunca se les ha visto.

Según el Dominical, los matriculados en el programa de la Municipalización de la Universidad, dejan de considerarse oficialmente desvinculados. Son considerados “estudiantes universitarios”.

aleagapesant@yahoo.es

Reaparece Ramiro Abreu, Aleaga Pesant


La Habana, Miércoles 7 de Noviembre de 2007. La reciente denuncia del Presidente de El Salvador, Antonio Saca, sobre la presencia de Ramiro Abreu en el país centroamericano, indica que el viejo conspirador y oficial de la Dirección de Inteligencia, sigue en sus andanzas desestabilidazadoras en Centroamérica, a las órdenes del Partido Comunista cubano.

Ramiro Abreu junto a los comandantes Manuel Piñeiro y Ernesto Guevara, es paradigma de la ingerencia de la revolución derrotada, en América Latina y sus maneras violentas de participar en la política regional. Sin embargo a diferencia de los últimos, fallecidos ambos de manera intempestiva, Abreu se mantiene en activo. Su presencia en la nación vecina preludia el aumento de la ingerencia de la política exterior cubana en los asuntos del área.

La denuncia de la presencia de Abreu en El Salvador, se hizo a raíz de su visita en la primera semana de noviembre para supuestamente participar en el congreso del Frente Farabundo Martí Liberación Nacional (FMLN). El cubano, participaría en la condición de Jefe de la Dirección Centroamérica del Departamento de Relaciones Internacionales del Comité Central del Partido Comunista de Cuba.

Bajo de estatura, de complexión fuerte para sus años, Abreu, a quien le gusta que le recuerden su humilde infancia campesina, disfruta dando la imagen de hombre llano y de pueblo. También es fiel a la grosería y las poses chabacanas, que pueden encontrar su punto climático en reuniones con intelectuales.

En 2003, Abreu fue expulsado de México con su cómplice Jorge Arbezú. En aquella ocasión fueron acusados de conspirar junto a organizaciones opositoras a ese gobierno. Este hecho fue una de las cotas más altas del enfrentamiento entre los dos Estados, durante la presidencia de Vicente Fox.

Las autoridades políticas salvadoreñas ven con preocupación su presencia. Esto se debe a la reconocida influencia de la única “dictadura del proletariado” del continente, sobre la izquierda violenta centroamericana. Esta fue responsable de una sangrienta guerra durante la década de los años ochenta del siglo XX. También, de acciones desestabilizadoras durante el periodo democrático. Pero sobre todo, se impone el hecho de ser portador de un mensaje directo para el nuevo Secretario General de esa institución. Todo hecho para aumentar la presión, la ruptura social y la ingobernabilidad que llevará eventualmente al FMLN al poder.

El mensaje de apoyo fue escrito en La Habana, pero es claro que lleva cuño y cheque de Caracas. Allí se estableció el Comando Miranda. Este es un paralelo histórico al Departamento América del Partido Comunista de Cuba, promotor en los años 60,70 y 80 de la guerra de guerrillas en el centro y sur continente.

Desde el fin de la Guerra en 1990, el FMLN se presentó a todas las elecciones presidenciales con el desaparecido Shafik Handal como propuesta. Nunca pudo obtener la mayoría necesaria.

¿Por qué se contenta con tan poco la dignidad española? Jaime Leygonier


Ahora que el mundo rió a costa de Hugo Chávez porque el Rey lo mandó a callar y los españoles lo disfrutaron más que el resto del mundo –tanto como una victoria patriótica en el fútbol. Y que perdió su referéndum por añadidura, hace falta algo más.

Hoy siguen las bravatas de Hugo Chávez, pero todos saben que no va a pasar nada, porque los poderosos se entienden y a esos ‘altos niveles’ insultan y son insultados sin consecuencias. –Entre personas decentes no se hablarían más, pero entre políticos, no hay problemas.

¿No sería el momento de otras preguntas? ¿De sacar alguna moraleja del suceso jocoso?

El Rey es estimado; Chávez insoportable. Es natural que la gente disfrute la humillación del patán con delirios de grandeza. Que se burle del ‘mico’. Y no se trata de racismo, como vocifera Chávez para ganarse a los humildes, sino por los sobrados méritos con que ganó ese mote de mono por sus payasadas y su caricaturesca imitación de Fidel Castro.

La más elemental urbanidad y patriotismo obligaban a los españoles a no tolerar los insultos al ex presidente Aznar. Es justa su indignación por el ataque y su satisfacción por la defensa. Pero creo que el patriotismo español –por poco que busque- puede hallar en el trasfondo más para indignarse que para reír y quedar satisfecho del incidente baladí.

Chávez tiene la disculpa de ser un mal educado sediento de distinciones. Pero si se trata de foros internacionales, ¿Qué disculpa a las personas educadas y serias a exponerse en tan malas compañías, a ser faltados en el respeto, tanto a ellos como a las naciones que representan?

La metástasis de los Castro en América –en sus clones bolivarianos- muestra el peligro de la indiferencia hacia la desgracia ajena. También que los negocios son inseguros con estos depredadores de pueblos, poderosos y adinerados para comprar las voluntades en otros países.

¡Cuidado con olvidar y reír superficialmente! Dictadores ridículos, tolerados por gente sabia y responsable encendieron la tea de la II Guerra Mundial, cuyo prólogo lo sufrió primero España.

Nadie comprende por qué los gobernantes españoles expiden esos certificados de buena conducta por ‘voluntades y mejorías’ en el tema Derechos Humanos en Cuba. Tales avances son sólo vistos y apreciados por los gobernantes y políticos de España.

Curiosamente, tal vez el único periódico del mundo que ensalza las payasadas de Chávez sea el diario oficialista Granma. Este libelo da razones a Chávez y denigra al Rey, a Zapatero y por supuesto a Aznar. Lo hace a partir de trabajos de corte editorial apócrifos, que según consenso general en Cuba, escribe el propio Fidel Castro.

Hoy existen medios de guerra y subversión como para temer con toda razón, el poder y la impronta de payasos totalitarios afirmados en el poder desde países humildes.

Esos patriotas españoles, que son a su vez electores, pregunten a sus representantes sobre los intereses vergonzantes que apoyan en Cuba. Cuando comprueben que apoyan tiranos, mándenles a callar. La dignidad de España, no debe contentarse con incidentes jocosos. Mucho menos cuando sus representantes se burlan de la tragedia de un pueblo y propician con su actitud otras tragedias por venir.

La Habana, 27/11/2007

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Gente sin importancia Juan González Fébles




El derrumbe comenzó a las 5, 50AM, del pasado 25 de octubre. La caída de los balcones y el colapso de una pared de carga dieron inicio a la tragedia. El deteriorado edificio comenzó su lenta agonía y con ella, la de personas que desde ese momento quedaron sin techo y amparo. Un número indeterminado de familias, quizás entre 15 y 23, repentinamente pasó a la categoría ‘sin tierra’.

El edificio se ubica en la calle Neptuno # 308 entre calle Galiano y calle Águila. Esto es el municipio Centro Habana y en buen decir, el corazón de la capital.

Algunas entre las familias damnificadas se refugiaron en casas de familiares, vecinos y amigos en las inmediaciones. Otras, (unas diez, quizás doce) acampan en los portales de dos tiendas ubicadas en la misma calle Neptuno de los hechos.

Con sus trastes más necesitados o más queridos, allí están. En vela por mesas, sillas, refrigeradores, radios, etc. Permanecen a la espera de algo, acampados en los portales de las tiendas Sublime y Florida.

Una vecina me explicó a gritos que ‘esta gente’ (el gobierno) los quiere enviar a ‘La Yuca’ en Guanabacoa, en el municipio capitalino de Habana del Este. ‘La Yuca’ es uno de los llamados Albergues Transitorios. Un lugar ‘duro’ como la clásica ‘Yuca de Catalina’ y sin condiciones de vida adecuadas.

La gente de Neptuno 308 sabe, que hay quien ha permanecido y aun permanece albergado al cabo de más de veinte años. Nadie asume la instrumentación de una solución ágil para este tipo de situaciones habitacionales y sociales.

Los responsables del Gobierno Provincial y del Gobierno Municipal carecen de autoridad y medios para resolver estos fenómenos. Las disposiciones de la llamada ‘Ley General de la Vivienda’, traban y entorpecen cualquier arreglo.

A esto se unen las necesidades y los objetivos políticos del estado, que no siempre tiene en cuenta las necesidades reales de la población. La funeraria ubicada en la confluencia de las calles Zanja y Belascoaín, acoge en igualdad de condiciones a damnificados por otro derrumbe. Ellos también rehúsan la solución del Albergue Transitorio.

Los damnificados de Neptuno 308, conocen que ante situaciones similares, la solución acostumbrada ha sido desplazar a los vecinos del edificio colapsado a regiones periféricas alejadas de La Habana o enviarlos a los ya mencionados ‘Albergues Transitorios’.

Si no se construye un parqueo o un parque sin árboles, se reconstruye el edificio o se levanta uno nuevo. Los nuevos inquilinos serán escogidos entre los afines al régimen o de algún figurón político. Sólo en muy raras ocasiones se les permite a los originales regresar al barrio.

Esta peculiar forma de ‘limpieza social’ fue impuesta originalmente en el llamado Casco Histórico de La Habana. En aquella ocasión se trató de eliminar la marginalidad representada por ciudadanos provenientes del interior de la Isla.

Los ‘marginales’, provenientes en su mayoría de las provincias orientales fueron desplazados. Se les envió, entre otros destinos, al reparto San Agustín, situado al oeste de la capital y a albergues de igualmente pésimas condiciones de vida.

En los bellos edificios restaurados de la zona segregada para turistas del Casco Histórico, fueron invitados a residir personas de lealtad probada al régimen o seleccionadas por la Oficina del Historiador. El criterio que primó fue similar al puesto en boga para ser enterrado en la Basílica San Francisco de Asís. Allí descansa gente chic, afín a la nomenklatura gobernante.

Ante la indiferencia de una élite de gobierno incompetente, parásita y excluyente y la de reformistas preocupados porque no les dejan viajar, albergar extranjeros o vender el automóvil, la gente sin importancia de Cuba sufre. Ellos son el pueblo.

En Neptuno 308, esta gente sin importancia espera por la solución de su problema. También espera por el equipo de la Revista Temas, por el Noticiero Nacional de Televisión y por la Prensa Extranjera Acreditada. La Prensa Independiente, ya pasó por allí.

Al cierre de esta información, la policía mantenía acordonado el tramo de la calle Neptuno que va desde Águila hasta Galiano. Dicen que ‘para evitar derrumbes o accidentes’. Personalmente, no les vi apuntalar paredes.
Lawton, 19/11/2007
jgonzafeb@yahoo.com

Los combatientes y sus hazañas, Juan González Febles




El trabajo aparece firmado por Carlos Bermúdez Rodríguez. Corresponde a la edición del viernes 19 de octubre de 2007, del diario oficialista Juventud Rebelde. ¿El título? ‘Fugados bajo custodia’.

Al trabajo lo encabeza una foto en que aparece el coronel Esteban Ventura Novo. Vestido impecablemente de blanco, observa acompañado de sus hombres, un alijo de armas ocupadas a los enemigos del gobierno. La foto es de archivo.

Esteban Ventura y el también coronel Orlando Piedra, fueron los oficiales policiales más capaces con que contó el gobierno de Fulgencio Batista. Ventura y Piedra compartieron la responsabilidad por la Inteligencia policial. Bajo un análisis contemporáneo, puede decirse que ambos fueron pioneros de lo que hoy se denomina ‘lucha anti terrorista’.

Los adversarios de Ventura y Piedra no fueron pacíficos luchadores por la libertad y el derecho de sus compatriotas. Lidiaron con terroristas y tuvieron que hacerlo bajo las reglas de la democracia.

Muy pocos de entre los que se dice, fueron muertos por Ventura, eran inocentes. Tenían las manos manchadas de sangre. Murieron por la espada porque vivieron para la espada.

En su trabajo, el Sr. Bermúdez relata la forma relativamente fácil en que junto a otros escapó de prisión. No puede o no quiere ocultar las condiciones humanas de encarcelamiento que le fueron impuestas por aquella ‘dictadura’.
La ausencia de ensañamiento en el trato de aquellos carceleros, contrasta severamente con el actual trato cruel y despiadado de los esbirros del régimen de Fidel y Raúl Castro en las prisiones.

Bermúdez en su ancianidad parece defender al régimen castrista. Quizás hasta haya participado o haya dirigido un mitin de repudio. Es lo que puede esperarse de un revolucionario. Quien no cuestionó en su momento colocar bombas contra civiles, en la actualidad debe tener pocos escrúpulos para participar, dirigir o apoyar un mitin de repudio.

A Esteban Ventura y a Orlando Piedra, no les tocó reprimir Damas de Blanco. Ellos lidiaron con otro estilo de damas. Damas como aquella jovencita, que murió mientras armaba su bomba en el servicio de señoras del cine América en La Habana. Si hubiera sobrevivido, quizás hoy fuera combatiente del Ministerio del Interior.

Probablemente dirigiría una prisión para mujeres. Las prisiones de Cuba son establecimientos ideales para dar rienda suelta a ciertas inclinaciones. El único requisito es estar del lado adecuado y por supuesto, vestir el uniforme adecuado. En ellas, al maltratar reclusos, debe sentirse una emoción similar a la sentida, cuando se pone una bomba y se puede percibir que se infirió dolor.

Un filme de los años 60 del cineasta italiano Gillo Pontecorvo, ‘La Batalla de Argel’, es muy ilustrativo. Los ‘luchadores clandestinos’ (léase terroristas) eran todos marginales. De traficar con drogas y explotar la prostitución, pasaron a ‘combatientes revolucionarios’. Personas ancianas me han explicado que en Cuba, durante el gobierno de Batista también fue así.

Algunos héroes y mártires de la lucha clandestina en La Habana, traficaron con marihuana y la consumieron hasta poco antes de su conversión en austeros revolucionarios. De todos modos, la tarea que les tocó no fue tan difícil. Eran tiempos de ‘habeas corpus’ y de una relativa libertad de prensa.

Podían desplazarse al extranjero y regresar. Disponían de libertad económica y no debían tributo oneroso al estado para trabajar o cambiar de lugar de residencia. En fin, dispusieron de derechos y garantías ciudadanas. Habrá que revisar las hazañas de los combatientes revolucionarios. Pero al hacerlo, es mejor estar preparados para sufrir grandes decepciones.
Lawton, 23/10/2007
jgonzafeb@yahoo.com

Blanco entre los rojos y rojo entre los blancos Entrevista con Rogelio Fabio Hurtado Luis Cino




Rogelio Fabio Hurtado, de 61 años de edad, casi 40 de ellos dedicado al oficio poético, es hoy uno de los autores más importantes de su generación.

Fue editor de la revista católica Espacios hasta que en enero de 2005, tras 8 años de existencia, fue abruptamente cerrada por decisión personal del Cardenal Jaime Ortega. Hurtado cesó de colaborar en las publicaciones de la Arquidiócesis. Artículos suyos han aparecido en las revistas Unión, Gaceta de la UNEAC, Linden Lane, Palabra Nueva, Vitral, Encuentro, Consenso, Catálogo de Letras y otras dentro y fuera de Cuba.

Estos versos suyos de 1996 siguen caracterizando hoy su postura ética: “el poeta/ como el personaje de una fábula Zen/ colgado de cabeza en el abismo/ saboreando una cereza/ desconcierta a los tigres”.

P: Rogelio Fabio Hurtado pudo ser pelotero, militar, ajedrecista. ¿Cuál es la historia de su vocación poética?

RFH: Cronológicamente, en el principio fueron las controversias radiales de puntos guajiros, que mi familia materna, de origen isleño, escuchaba con fervor. Después, las poesías de los libros escolares, Dulce María Borrero, Pedro Santacilia, de quien incluso recité su poema dedicado a Ignacio Agramonte en un programa infantil de televisión.. Por supuesto, los versos sencillos de Martí, de imperecedera memoria y, gracias al esfuerzo de excelentes profesores como la Dra. Asteria Caso, en el Varona y el Dr. Llanes en el Instituto de la Víbora, disfruté de Heredia y de Antonio Machado. Ya después de los 15 años, por mi propia cuenta, Gustavo Adolfo Bécquer, un poco de Darío y Nervo, y un libro casi perfectamente olvidado del poeta cubano Rafael Alcides dedicado a celebrar su pasión por una gitana. Esto, ya habiendo dejado detrás la vocación beisbolera y tratando de ser militar. Entonces di con el peruano César Vallejo y su humanísima tristeza.

P: ¿Cuándo comenzó a escribir poesía?

RFH: Comencé a proponerme la posibilidad de ser escritor, no poeta, pues me sentía del todo incapaz de rimar y de medir versos. Muy pronto, el popular semanario Lunes de Revolución me enseñó que la poesía podía también escribirse sin estos requisitos formales. En esa década del 60, el oficio de escritor recibió mucho reconocimiento social, unido al hecho de que era una actividad a la que podía uno dedicarse por la libre, sin necesidad siquiera de estudiar ni de ser autorizado. Entonces, cancelada ya la intentona militar, me consagré por entero a leer y a escribir. Encontré amigos con el mismo interés, Carlos Luís Morales del Castillo Toirac, Israel Horta, Ismael Lorenzo, Ciro Bianchi Ross, Bernardo Trujillo, Pablo Pozo. No cesábamos de descubrir escritores: desde Knut Hamsen hasta Paul Eluard. La Habana de entonces contaba con varias bibliotecas circulantes muy bien abastecidas: la Nacional, la del Ministerio de Haciendas, la José Antonio Echevarría de la Casa de las Américas, donde leíamos la inspiradora revista El Corno Emplumado, que publicaban en México Margaret Randall y Sergio Mondragón. En su sección de correspondencia vi por primera vez impresas mis palabras y mi nombre.

También hubo amigas, María Amelia Olivera, Zita Mugía Santí, Irene López Kuchilán, Mariela Fajardo y Lourdes Martínez Misas, con quien me casé, cuyo padre Alberto Martínez Herrera era escritor y gran amigo del poeta Heberto Padilla, a quien conocí precisamente en los días de 1968, cuando su libro Fuera del Juego era el centro de la polémica cultural del país. Alberto le hizo llegar algunos de mis versos, Padilla los juzgó favorablemente y eso me hizo desistir temporalmente de la prosa. Armé un cuaderno titulado Pasajero Viviente y lo presenté en el concurso David de 1969, cuyo Jurado estuvo integrado por Nicolás Guillén, Luís Marré y Raúl Luís. Resultó premiado Raúl Rivero con Papel de Hombre, si mal no recuerdo, pero se confeccionó con el resto de los cuadernos una antología, y tuvieron a bien incluir uno de mis breves poemas, donde le rendí homenaje a Casal y a Lezama. Esto ocurrió en 1969 y, desgraciadamente, fue durante muchos años, el único de mis textos publicado en Cuba. Ni siquiera cuando la nueva generación celebró el centenario de Casal mereció reedición aquel poemita. Pero entonces, celebré aquella publicación como el principio de todo.

En el número de la Gaceta de Cuba que debió salir en abril de 1971 y que fue pulperizado a tenor con los acuerdos del mal llamado Congreso de Educación y Cultura, aparecían dos poemas también breves, que aún continúan inéditos. A partir de esa fecha, renuncié por mí mismo a participar en concursos oficiales, pues estaba en total desacuerdo con aquella política cultural, que silenciaba a los escritores de más talento y favorecía a personas de segunda o tercera categoría. Pero nunca dejé de escribir ni de participar en tertulias informales y libres con gentes tan libres y maravillosas como Emilio López Alonso el Dingo, Eddy Campa, Benjamín Ferrera, José Soroa, Esteban Luís Cárdenas, Nicolás Lara, Benigno Dou, Julio García Pirosmani, Flavio Garciandía, Arturo Cuenca, Eugenio Blanco Ludovico, Jessie Ríos, Jorge Domingo, Ramón Díaz-Marzo y Alejandro Lorenzo tanto en el parque de la Funeraria Rivero como en el Té del Capri o en la azotea sobre el Parque Manila, donde vivía el gran amigo escritor Juan Miguel Espino García con su novia Angela Adams Williams. Así, poco más o menos, he vivido hasta hoy, intentando siempre escribir el poema.

P: ¿Sigue siendo coloquialista su poesía?

RFH: Siempre he preferido el término conversacional, pues coloquialista me sugiere el tono intimista, más limitado en su alcance temático. Creo que mis textos han ido ganando en extensión y tornándose más narrativos, incluso teatrales, por ejemplo, casi todos mis poemas aún inéditos se acercan o sobrepasan las diez cuartillas, y eso creo que rebasa las lindes del coloquialismo. En todo caso, siempre es más objetivo el criterio del crítico.

P: ¿Es conciente del peso de la nostalgia en sus versos?

RFH: Creo que sí. Esta característica me ha sido ya ocasionalmente cuestionada, puesto que me aleja del presente, de la inmediatez, pero no puedo evitarla. Si lo intento, entonces no me resulta. Mi poesía será nostálgica o no será.

P: ¿Se considera un producto de la década de los 60?

RFH: Por supuesto que sí, además estoy orgulloso de haber cumplido 20 años casi al centro de aquella década, prodigiosa no sólo por su música, sino sobre todo por su espíritu creativo e inconforme Aún no se ha repetido ninguna parecida desde entonces. Hubo una ola de cambios que revolucionaron todas las actividades humanas. En política, en el deporte, en el arte y la literatura, en la religión. La renovación se hizo sentir dondequiera y la juventud luchó por el poder en todos los campos, con furor y fervor. Para nuestra literatura, es la década en la que se publican El Siglo de las Luces, Paradiso, Tres Tristes Tigres, Fuera del Juego y el Mundo Alucinante, obras fundamentales todas.

P: A inicios de los 70, el poeta nicaragüense Ernesto Cardenal incluyó poemas suyos en su libro “En Cuba” y en una antología de poetas cubanos. ¿Cómo valora hoy ese gesto y la figura del poeta, sacerdote, ex guerrillero y ex ministro sandinista?

RFH: Haber podido conocer en La Habana al maestro Ernesto Cardenal en el verano de 1970 es, junto a la amistad con Alberto Martínez y Heberto Padilla, uno de los hechos que confirmaron mi vocación poética. Cardenal era una persona que impresionaba por su sencillez en el trato. A los pocos minutos de conocerlo, te daba la impresión de que eras tú quien le estaba haciendo el honor de comunicarte con él, una persona muy cordial y muy inteligente, atentísimo a cuanto uno le decía, sin pizca de vanidad ni de autosuficiencia, defectos ambos tan recurrentes entre nosotros, tanto entre escritores como entre monseñores. Lo conocí durante la visita que los miembros del Jurado del Premio Casa de las Américas de 1970 realizaron al Puerto Pesquero de La Habana, donde me desempeñaba como profesor de Español en la filial de la Facultad Obrera. Luego conversamos en dos ocasiones en el lobby del Hotel Nacional. Cuando apareció su libro Ernesto Cardenal en Cuba, que incluye parte de sus conversaciones conmigo y dos de mis mejores poemas de entonces, hubo un cierto desasosiego en muchas de las personas que conversaron con él, pero, por lo que a mí respecta, no puso nada que yo no le hubiese dicho. Al momento de despedirnos, me dijo que le solicitaría a Retamar que publicase aquellos poemas basados en mis vivencias como soldado en la Revista Casa. Cuando le expresé mi escepticismo al respecto, diciéndole que no serían del agrado del MINFAR, me preguntó qué tenía que ver el MINFAR con la poesía y le contesté que, en Cuba, sí tenía que ver. El tiempo me dio desgraciadamente la razón. No sólo Retamar jamás publicó mis textos sino que el propio libro, pese a estar dedicado a Fidel y al pueblo de Cuba, no ha sido ni siquiera reseñado jamás en la prensa cultural oficial. Años más tarde, su Antología de poesía cubana revolucionaria publicada en Ciudad México en 1976, donde también fui incluido, mereció similar ostracismo.

Volví a encontrarme con el poeta alrededor de 1978, involucrado ya en la lucha contra Somoza. Durante sus años como ministro nunca pude acceder a él y sólo a fines de los 90 volví a verlo, cuando ofreció una lectura en la Feria del Libro en la Fortaleza de La Cabaña y me obsequió con el primer tomo de sus Memorias, titulado Una Vida Perdida. Mi admiración y mi respeto por él, como un maestro poético y espiritual, empequeñecen cualquier diferencia respecto a sus criterios políticos.

P: ¿Es partidario de alguna ética poética?

RFH: Como vástago de la década del 60, soy fiel a los postulados éticos del compromiso, siempre que este compromiso sea con ideales, por utópicos que parezcan, y no con personas o políticas. Creo que el escritor está destinado a pensar y, sobre todo, a decir lo que el resto decide callar. Rechazo tanto el oportunismo de izquierda como el de derecha. Un amigo hace muchos años gustaba de vincularme con Unamuno, aplicándome uno de los títulos del gran vasco: Contra esto y aquello. Como he escrito en uno de los poemas de mi primer libro, publicado por el amigo poeta, escritor y editor, Carlos Díaz Barrios, El Poeta entre dos tigres (Colección La Torre de Papel, Coral Gables,1996) me encanta parecer blanco entre los rojos y rojo entre los blancos. La desventaja de permanecer inédito tantos años acaso me ha consentido, como compensación, el relativo lujo de permanecer independiente a los dictados de los pensamientos políticamente correctos que nos circundan y acechan. Me siento muy afín a la religiosidad, específicamente católica, pero no excluyo la sentencia de William Blake: Todo poeta pertenece, aunque lo ignore, al partido del Diablo.

P: ¿Qué queda hoy en el poeta contestatario Rogelio Fabio Hurtado de aquel joven militar acampado en la orilla izquierda del río Canímar allá por 1964?

RFH: Cuando al levantarme me miro al superficial espejo, te diría que no queda absolutamente nada. Pero si cierro un instante los ojos, todo permanece, cambiante y vivo, soy a la vez otro y el mismo. Mi escritura sigue nutriéndose de aquellas vivencias, cuyo sentido exacto no alcanza su definición mejor hasta la misma muerte cerebral, que ojalá tarde. El pasado se ilumina con la lucidez del presente, que se ahonda con el trasfondo del pasado. No reniego de ninguna etapa, si bien deploro algunos pecados sobre todo de omisión. Muy en especial, le agradezco a mi experiencia militar haber escrito textos que siguen resistiendo la prueba de la lectura en alta voz, casi a 40 años de haber sido creados. Para concluir con otra de mis citas favoritas, esta de Octavio Paz: “Si hemos perdido todas las batallas, hemos ganado dos o tres poemas.
Arroyo Naranjo, 2007-09-01
luicino2004@yahoo.com
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jueves, 29 de noviembre de 2007

Negros problemas, Luis Cino


Hasta hace unos años, nadie lo discutía. En Cuba, la discriminación racial había sido eliminada por decreto. De un plumazo. Era otro logro de la revolución. Aquí el racismo no era un problema. En ese aspecto, estábamos en paz con nuestra conciencias, especialmente si éramos blancos o lo parecíamos.

Parece que no era exactamente así. El problema no estaba del todo resuelto. Sólo lo habían ocultado bajo la cama. Donde mismo estaban los cadáveres inquietos de los casi tres mil negros masacrados en “la guerrita racista” de 1912, las abolidas Sociedades de Color y las calumnias contra paleros y abakuás (las de la burguesía tanto como las que publicaba la revista “El Militante Comunista”).

Ahora que estamos a punto de hacer limpieza general, algunas escobas indiscretas comienzan a regar el polvo por toda la casa. Amenaza traer lodos.

Se vuelve a hablar de racismo. De poco valió eludir el tema durante tantos años. Está saliendo a flote en el peor momento posible. Sucede que el conflicto racial sería otra trampa mortal en el campo minado que nos separa de la democracia.

El año pasado, el veterano luchador por los derechos civiles de los afro americanos, James Meredith, afirmó durante una video conferencia con un grupo de activistas pro democracia cubanos, que si cien mil negros salen a las calles habaneras a manifestarse por sus derechos, la dictadura caería.

La Habana no es Birmingham, Montgomery o Soweto. Si se lanzara a protestar a la calle esa cantidad de cubanos, sin importar de qué raza fueran, el régimen caería también.

En la lucha por el cambio democrático no hay por que establecer artificiales separaciones por el color de la piel. Dividir a los opositores cubanos en blancos y negros sería un costoso y absurdo error. Reconocer que existen rasgos de discriminación racial en la sociedad cubana actual no puede significar apagar un fuego con petróleo.

No es un secreto para ningún cubano. Faltan negros en las corporaciones, el gobierno y la televisión. Para recaudar los dólares y euros del turismo, el folklore, la salsa y la santería son más rentables si tienen rostros mulatos.

Según las insólitas cifras del último censo, el 64,8 % de los cubanos son blancos. En realidad, la mayoría son mulatos, pero sólo admiten serlo los que tienen pronunciados rasgos negroides. Los demás, “pasan por blancos”. Su identidad racial neutralizada niega y a la vez confirma el racismo. Después de todo, ¿hay algo malo en que casi todos seamos mulatos?

Así, los negros son mayoría sólo en el deporte, los solares de Centro Habana y las 200 cárceles diseminadas por la isla.

Los prejuicios raciales estaban más arraigados de lo que estábamos dispuestos a admitir. Prendidos como una mala hierba. Conviviendo con nosotros en forma de chistes o estereotipos acuñados desde la colonia.

Pero sería desmesurado decir que en Cuba hay un racismo institucional. En su lugar, lo que hay es un aberrante círculo vicioso. Los más desfavorecidos recurren a estrategias marginales de supervivencia que son reprimidas por una policía que sigue empeñada en vincular el delito con el color de la piel.

Apuntar el problema negro en despistadas agendas políticas sólo contribuye a complicar las cosas.

Igual se pudiera hablar de un problema oriental, que los negros no son los únicos discriminados en Cuba. ¿No han escuchado a algunos culpar a los orientales de todos los males de La Habana?

Los problemas existen. También el problema negro. Enterrar la cabeza en la arena y negarlo, no es la solución. Tampoco agigantar fantasmas. La democracia y un estado de derecho siguen siendo los mejores remedios conocidos para problemas de cualquier color. El antídoto universal contra todo tipo de ponzoñas.

Ya se anuncian (lo dice la cartelera de desastres) conflictos raciales y regionales. Por suerte, a nadie se le ha ocurrido todavía crear un partido fundamentalista islámico. Con la manía que hemos adquirido de complicar todavía más el camino a la democracia, estamos a punto de inventarnos problemas para mañana y pasado mañana. Sólo por tener en que entretenernos cuando ya no haya más una dictadura que nos ocupe.

Fin, Arroyo Naranjo, 2007-11-22

luicino2004@yahoo.com

Un viejo chisme, Luís Cino


Hace un tiempo, un viejo chisme echó a rodar: el dinero de los contribuyentes norteamericanos para la causa de la democracia en Cuba, según una investigación federal estaba siendo indebidamente utilizado.

Se originó a partir de reportajes de dos periodistas del Miami Herald. Enseguida lo magnificaron las comadres roñosas del Granma y los servicios informativos de la Televisión Cubana.

Durante varios días, destilaron baba venenosa. Mezclaron en enrevesados trabalenguas a grupos fundamentalistas de Miami (?) con latas de cangrejo (fea costumbre que tienen de obsesionarse con animales que caminan para atrás). Así arrancó otra campaña de calumnias contra el exilio, “la mafia anexionista de Miami”, como la llaman ellos.

No me canso de repetirlo: los métodos del Departamento 21 del G-2 se aplican no sólo en Lawton y Sibanicú, sino también en Miami. Lo mismo acusan a un disidente sordomudo de robarse una olla arrocera, que confiscan un memo-flash a un periodista independiente, organizan un mitin de repudio o echan a rodar una bola de inmundicia en Miami.

¡Allá los ingenuos que quieren seguir creyendo que el brazo de la Seguridad del Estado no los sigue en el exilio¡

En aquel momento, algunos tontos útiles y los que en Miami se quieren dejar embaucar, se agruparon en los Herald, el Nuevo y el viejo, hoy quedan algunos de este tipo.

Escriben necedades para el provecho de la dictadura. En inglés y en español. Lo hacen en esperanto si es preciso. Basta que les paguen, les convenga o se lo orienten. O simplemente no tengan en que entretenerse. Vaya usted a saber.

En la radio no se quedan atrás. Por si no bastaran Francisco Aruca y Max Lesnik, también hay un misterioso Duende cuyo hechizo tiene el tufo de la guerrera verde olivo. Si a todos ellos, del otro lado del dial, sumamos los arranca pescuezos revanchistas que piden tres días de licencia para matar comunistas, tendremos el guión adecuado. Adivine a quien le convienen el miedo y la cortina de humo.

O estoy paranoico o a cada rato, los Heraldos le hacen el corito al tumbao de la dictadura. Primero fue la purga de periodistas en el Nuevo Herald. Luego, dos reporteros del otro Herald, émulos de Woodward y Berstein pero sin tema para la crónica, se encargaron de decidir que necesitan o no los disidentes y las familias de los presos políticos.

Hicieron sorprendentes análisis climatológicos tales como que en Cuba no hay frío y por tanto no hacen falta abrigos. Ellos nunca han estado en enero o febrero en Aguada de Pasajeros, Bainoa o Indio Hatuey, pero hablan desde el confort de sus casas climatizadas.

Tienen algún tipo de trauma con las ruedas. Se oponen a que se envíen bicicletas a Cuba. Tampoco sillas de ruedas a los enfermos ni maletines rodantes para las visitas a las cárceles.

Expertos en sicología infantil determinaron que es nocivo que los hijos de los presos políticos reciban juguetes o tomen chocolate. No importa que sus familias, que apenas tienen para comer, no tengan dinero para comprar juguetes en las tiendas por divisas convertibles.

En aquella ocasión, el órgano oficial del Partido Comunista de Cuba estuvo muy ocupado detallando, con la torpeza del ciego y sordo que quiere ser chismoso, el destino de la ayuda de las organizaciones del exilio a la disidencia interna.

En todo se inmiscuyeron. Todo les interesó. Hasta una sierra de motor que compró Juan Carlos Acosta para podar las ramas de un árbol caído que bloqueó el acceso a las oficinas de Acción Democrática. Los mandarines hubieran resuelto el problema a machetazos con una cuadrilla de presos comunes. No cortando el árbol, sino a Acosta y los demás activistas. En tronchos, para que no molesten más.

En incorruptible y escrupuloso arqueo, los turiferarios de Granma, aliados a los funcionarios federales, exigieron saber que se hizo con cada centavo.

Fue la oportunidad de echar lodo sobre las organizaciones del exilio más activas en practicar la solidaridad con los opositores dentro de la isla. Se la debían al régimen y con la complicidad de ciertos “mareados” y de la prensa liberal americana, se les quiso pasar la cuenta.

La polémica y la campañita, fueron deprimentes y ridículas. Tal vez necesitó ser explicada en inglés en Wyoming o Montana, no en Cuba. Aquí todos sabemos la importancia de una ayuda. Desde una píldora hasta un juguete para un niño.

Inexplicablemente, aún quedan en Miami y otros sitios del mundo cubanos que beben la Coca-Cola del olvido y siguen sin entender por qué es importante la ayuda. El periódico Granma nunca lo explicará.

Arroyo Naranjo, 28/11/2007

luicino2004@yahoo.com

Los muertos de mi felicidad, Juan González Febles

Mijail Gorbachov, en uno de los últimos informes que rindió al Partido Comunista de la Unión Soviética, se refirió a lo que en su opinión fue el mayor costo del estalinismo. Este costo según Gorbachov, estuvo dado en las inteligencias malogradas y las vidas rotas, más que en los asesinados, desterrados o desaparecidos.

Como el estalinismo a Rusia, el castrismo impuso a Cuba un impresionante costo en vidas rotas. El inventario de las inteligencias y los talentos malogrados, desgracias a la revolución de Castro, no va a la saga a la pesadilla eslava de Stalin.

Nelson Rodríguez Leyva, nació en 1943 en la antigua provincia de Las Villas. En 1971 murió fusilado en los fosos de La Cabaña. El mismo de las Ferias Internacionales del Libro de La Habana. En 1964, sólo siete años antes, en Ediciones R que dirigía a la sazón Virgilio Piñera, publicó su único libro de relatos cortos, titulado El Regalo.

Los 24 cuentos que componen la entrega, son expresión palpable de lo que prometía como creador. Por momentos, están recorridos por la influencia de la cuentística norteamericana, aunque se impuso el aliento alucinante de la obra de Kafka y el magisterio de su amigo y mentor Virgilio Piñera.

Son breves, simbólicos y elípticos. La mayoría realiza la parábola perfecta del comienzo adecuado y el cierre que convence.

En otro orden de cosas, quizás hayan sido pioneros de actuales cubanerías literarias. Eso a que hoy llaman de forma pretensiosa, “descontextualización pos modernista”.

Nelson, con otras perspectivas y seguro sin pretensiones elitistas, quiso como todo creador, anotar su gol y burlar la censura. No olvidar que tres años antes, en 1961, Castro –pistola en mesa- anunció las llamadas “Palabras a los intelectuales”. A tenor de esto, sus cuentos aluden simbólicamente, pero nunca señalan de forma explícita.

El primero y que da nombre a la entrega, El Regalo, consigue la magia de una narración sugerente que nos alerta: ¡Cuidado con lo que pides, puede serte concedido! El simbolismo de la bicicleta fue premonitorio. Los creadores artísticos de aquella época, que soñaron una revolución y ciertamente la tuvieron. Conocieron lo que representa ser devorado por un sueño, a partir de que este deviene pesadilla.

Nelson entregó su obra de estreno a los 21 años. Nació con el don de los buenos narradores, pero tuvo poco tiempo para madurar. No le fue dado decantar un oficio por maduración. El resto de la muestra, nos pone frente a temáticas que el realismo socialista que se impondría más adelante, satanizaría de forma indefectible.

Por esos misterios de la creación, el último relato, La casa, fue otro de esos relatos premonitorios que aportan el cierre perfecto para el libro y deja percibir el aliento de su mentor literario, Virgilio Piñera. La casa anuncia la pesadilla que vivimos y a la que Piñera vislumbró cuando expresó que tenía mucho miedo.

Como el relato de Nelson, hoy Cuba, la casa mayor, construye y construye planes y escaleras sin sentido que no conducen a parte alguna. Se marcha y se construye en un círculo sin fin. Cercados por toda clase de muros y por la falta de alimentos prevista por Nelson; así llegamos al futuro.

“Almanaques”, habla de aislamientos y diferencias. Mientras, se nos escapa la recompensa gratificante de vivir plenamente la etapa de juventud. Ante tal imposibilidad, el protagonista del relato se venga no envejeciendo. Al final perece y termina en un “cul de sac”, inevitable.

La entrega del joven escritor fusilado por los fusiles de la dictadura estalinista de Fidel Castro, pudiera ser un alerta y lo es de hecho. Sus cuentos son redondos, breves y tan fantásticos como amanecer en Cuba. No fuimos cuidadosos con nuestros deseos, nos perdimos en el tiempo y marchamos por marchar sin conocer exactamente hacia donde nos dirigimos.

Nelson y las vidas rotas de pintores, soñadores y artistas sacrificados por nada y para nada, son los muertos que cuentan. Son los muertos de mi felicidad y de la felicidad que se sueña en silencio y que algunos se llevan maltrecha, por muchos caminos de este mundo.

Que el lector recorra avisado el alerta que este artista cubano nos dejó en 1964 a sus 21 años. Siete años después estaría fusilado. La visión alucinada sobre su presente nos alcanzó a todos en un futuro que llegó y se niega a crecer y ser pasado.

Lawton, 2007-04-21

Dos Santos tiene el remedio, Odelin Alfonso Torna


Como campanadas de iglesias llegó el llamado para los veteranos del “internacionalismo proletario”. La Republica Popular de Angola será el escenario de una nueva epopeya. En esta oportunidad los fieles no tendrán que colgarse el fusil al hombro y encarar como guerreros los conflictos entre el MPLA y la UNITA.

La buena nueva no pudo llegar en mejor momento para los que cumplieron su misión hace más de 17 años en tierra angoleña. La apremiante tarea está a cargo de los comités militares municipales. Prevén el reclutamiento de un contingente de obreros y especialistas en la construcción, futuros protagonistas de obras sociales en Cabinda.

Francisco, mi vecino, esta interesado en el nuevo llamado. Es ejecutor de obras y trabajó como montador en la hoy paralizada ampliación de la Antillana de Acero. Cumplió misión internacionalista en Angola y Argelia. Dice ser un revolucionario que sabe sobrevivir a los tiempos difíciles. Hace nueve años que está desvinculado del Estado y trabaja como plomero, albañil o lo que aparezca.

Francisco es un hombre conservador, leal a sus principios y a su familia. Prefiere trabajar en cualquier lugar del mundo sin abandonar su tierra natal, aunque como el dice, “aquí en Cuba, no me da la cuenta”.

Mercedes es una ingeniera civil con una basta hoja de servicio cumplido en Nicaragua. Aspira a ser aceptada en el proyecto cubano-angoleño. Fuera de su horario laboral, vende pastelillos y medallones de jamón y queso. Con los pesitos extras, fruto de la venta ilegal, mantiene a sus dos hijos que cursan estudios en la universidad.

Ambos vecinos no lo pensaron dos veces. Piensan que puede ser el remedio de sus vicisitudes. Ante el llamado de la patria se alistaron en la nueva “misión”, que tiene como destino Cabinda, región administrativa angoleña enclavada en el Congo.

Según comentan mis aspirantes vecinos, el pago por sus servicios en Angola, será de 60 pesos convertibles (cuc) al mes. Deben someterse a una verificación exhaustiva. Nada de conductas deplorables ni antecedentes penales.

Sospecho que detrás de esta fachada de cooperación, el Estado Cubano, como lo viene haciendo en Venezuela, sacará su mejor tajada. Los bosques tropicales de Cabinda proporcionan cientos de toneladas de madera al año y sus costas en el Atlántico son ricas en reservas petroleras.

No creo que angoleños y congoleses se tomen el trabajo de edificar su sociedad por 60 ó 80 dòlares al mes. Para ellos, es preferible seguir viviendo en quimbos y vender sus productos en la candonga.

El remedio para los reclutados se llama José Eduardo Dos Santos, presidente de Angola. Quizás, en su visita oficial a la isla, estimara la propuesta de un contingente de constructores como primer orden en su agenda de trabajo.

Cuando se trata de misiones humanitarias al servicio de una nación hermana, les aseguro, que no hay quien nos ponga un pie encima. En cuanto al riesgo de las deserciones, está en sintonía con la cooperación y es tan proporcional como el crecimiento de la población penal en Cuba. Debemos tener en cuenta que nuestro capital humano, esta dispuesto a exilarse, lo mismo en New York, Cabinda, o en Burundi.

En lo que Francisco y Mercedes esperan por la respuesta del alto mando, cientos de internacionalistas se aprestan a alistarse para la nueva epopeya.

Los que repiten su experiencia en África, serán bienvenidos por partida doble. No estará recibiéndolos el General Leopoldo Cintras Frías para embarcarlos en una caravana que se dirija hacia el frente de batalla.

Ahí estará el ex Secretario General de la Central de Trabajadores de Cuba (CTC), ahora embajador de Angola, Pedro Ross Leal. Los recibirá con las manos abiertas y los exhortará a cumplir la norma por 60 ó 40 cuc, da igual.

Y si los chavitos no llegan por trabas en los mecanismos de pago, Dos Santos y Ross tienen el remedio. Recuerden que la medalla de proeza laboral, no tiene precio.

Arroyo Naranjo, 2007-10-01

odelinalfonso@yahoo.com

Un año muy interesante, Juan González Febles


Para muchos en la Isla, desde ambos extremos de la cuerda política, 2008 será año de acontecimientos. Quizás lo principal será la comprensión cabal del hecho de que Fidel Castro aun no está muerto.

Esto puede incidir para que muchas cosas deseadas ardientemente, simplemente no sucedan. También para que aumente la probabilidad de que sucedan otras inesperadas o francamente aborrecidas por todos.

El año 2008 quizás vea el desenlace de muchas pugnas y la solución de viejas tensiones políticas y sociales no resueltas. Que sea para bien de todos, está por ver, pero que se romperá el impasse, es altamente probable.

El sueño mesiánico de Fidel Castro está amenazado. Lo está por diversos factores internos. Lo amenaza una Oposición interna y todo un entramado emergente de Sociedad Civil y pensamiento contestatario variopinto.

El desafío se mueve desde factores controlados por el estado como Soledad Cruz, Pedro Campos Santos, Celia Hart, Desiderio Navarro y otros, hasta generales, empresarios y demás miembros de la nomenklatura. Súmese a esto, un creciente número de creadores, profesionales y ciudadanos de todas las coloraturas ansiosos de cambio. Con un peso específico menor dentro de la Isla, pero con reales potencialidades económicas, ahí están los exilios cubanos de este mundo.

La solución bolivariana en Cuba sufre desgaste y una crisis de credibilidad creciente. Hoy por hoy, ciertamente el enemigo mayor del mesianismo de Fidel Castro no está entre los que padecen en las cárceles o viven aferrados a su aprensión y a su peligro, mientras hacen oposición. Son otros los enemigos con reales posibilidades y Fidel Castro, lo sabe.

La obra de Fidel Castro hace aguas de igual forma ante una opción china o vietnamita, que ante una transición democrática radical. Sucede que los que más cerca están de lograr el ansiado naufragio, no son los opositores frontales de este régimen, sino los moderados o reformistas de dentro, con lugar e influencias dentro del gobierno.

Cabe esperar que si Castro (Fidel) no muere convenientemente, en el momento y lugar adecuado, habrá movidas interesantes y quizás hasta una inevitable efusión de sangre. No veo otra forma para consolidar el poder de los ciertamente impopulares seguidores de Fidel Castro y de su discípulo amado de Venezuela en Cuba.

En la actualidad el laborantismo de la oposición interna alcanza cotas insospechadas un tiempo atrás. Iniciativas ciudadanas dirigidas a modificar la Ley Electoral, a lograr la reapertura de una universidad católica o a conseguir el retiro definitivo de Fidel Castro se conjugan unas con otras. Se percibe un ascenso de la participación ciudadana, desusada en el ambiente político cubano.

Quizás estemos abocados a otro proceso político de corte estalinista. Es posible que el único camino viable para lograr una precaria aceptación a la ‘Confederación con la Venezuela chavista’, sea una purga sangrienta entre la élite de poder cubana.
Lo cierto es, que la concreción del pensamiento político de Fidel Castro está en veremos. Esta variable cuenta con escasa popularidad.

El último incidente en la pasada Cumbre Iberoamericana, que involucró al presidente español, José Luís Rodríguez Zapatero, a su majestad española Juan Carlos I de Borbón y al mandatario venezolano, Hugo Chávez, marca una pauta muy negativa. Una Confederación entre ambos países, Venezuela y Cuba nacería lastrada por el creciente desgaste de sus figuras políticas promoventes, que ya apestan. El más reciente proceso electoral dice mucho entre líneas sobre este particular.

Un análisis fundamentado sobre esta situación fue facilitado por el antiguo equipo de realización de la Revista Vitral. La revista continuó con sus entregas a despecho de que anunció el cierre de sus puertas en abril de 2007, por mandato de la alta jerarquía eclesiástica. Esta alegó falta de fondos en aquel momento. El miembro del equipo que la hizo posible, en pausa sabática hasta el próximo abril de 2008, preparó este análisis. La autoría corresponde a la prof. Irene A. Jerez.

Del mismo se desprende que más del 10% de los cubanos con derecho al voto, han mantenido el valor de disentir de alguna forma. De acuerdo a esta cifra, más de 800 000 votantes, se pronunciaron de esta forma.

Los territorios más destacados por su disentimiento (oposición) fueron en orden: Isla de la Juventud (14,49%), Ciudad de La Habana (14, 25%), Holguín (12, 02%), Pinar del Río (11, 30%), y Camaguey (11, 25%). Los datos utilizados fueron publicados por el diario oficialista Granma en su edición del sábado 27 de octubre.

A Fidel Castro le quedan pocas opciones. Entre estas, ciertamente la mejor para todos parece ser su muerte.
Lawton, 09/11/2007
jgonzafeb@yahoo.com

Peligro: joven y negro, Luis Cino


A Raicel se lo llevaron esposado dos policías de su apartamento. Tenía 17 años y vivía en el edificio 52, del Reparto Eléctrico, en el municipio Arroyo Naranjo, al sur de La Habana. Acusado de “peligrosidad predelictiva” lo condenaron a cumplir 4 años de cárcel en el Combinado del Este.

Raicel Pérez Oliva fue uno de los 400 jóvenes, en su mayoría negros o mulatos, encarcelados entre enero y abril del año 2005 durante las redadas policiales de la Operación Contención. Según un informe de la proscrita Comisión Cubana de Derechos Humanos y Reconciliación Nacional, a ninguno se le comprobó un delito específico. Simplemente, se les acusó de ser proclives a delinquir.

En el caso de Raicel, su delito fue que dejó los estudios y no empezó a trabajar cuando arribó a la edad laboral.

Sin camisa y en chancletas, Raicel acostumbraba a sentarse con sus amigos en la orilla de la acera. Pasaban horas allí, a la sombra de un árbol. No había mucha distracción para ellos en el barrio y no tenían dinero para ir a divertirse en otra parte de la ciudad.

Jugaban pelota y fútbol. Oían rap y regueton a todo volumen. Piropeaban a las muchachas que pasaban. A veces, entre todos, reunían dinero para comprar una botella de “chispa de tren” (nunca alcanzaba para ron del verdadero).Se despedían con la frase más repetida en Cuba por los jóvenes: “No es fácil”.

Algunos vecinos se quejaban de su conducta, pero todos coinciden en que no había motivos para encerrarlo en la cárcel.

Las operaciones policiales de limpieza social, denominadas “medidas de seguridad predelictiva”, se definen en los artículos del 78 al 84 del Código Penal cubano. Pueden acarrear de uno a cuatro años de cárcel.

La policía puede emplearlas a discreción contra vagos, alcohólicos, enajenados, disidentes y todos los que denominan “elementos antisociales”. Todos caben en el mismo saco.

En el artículo 73 se tipifican como “conductas antisociales”, entre otras: “quebrantar las reglas de convivencia social y alterar el orden”. El artículo 75 amenaza con castigos “a los que mantienen vínculos o relaciones con personas potencialmente peligrosas para la sociedad y el Estado socialista”.

Las operaciones de limpieza social no son una novedad en Cuba. La arbitraria profilaxis revolucionaria en pos de la corrección política e ideológica, es casi tan antigua como la revolución cubana.

A mediados de los años 60, homosexuales, hippies, Testigos de Jehová y todo tipo de inadaptados y “seres de conducta impropia” fueron encerrados en los campamentos de las Unidades Militares de Ayuda a la Producción (UMAP). En algunos de los campamentos, rodeados por alambradas y custodiados por guardias armados, enormes letreros proclamaban dantescos: “El trabajo nos hará hombres”.

El cierre de los campamentos no significó el fin de las redadas policiales. A las convulsiones de la ofensiva revolucionaria de 1968, siguió la Ley contra la Vagancia.

En las últimas décadas, han seguido los operativos policiales bajo nombres tan sugerentes como Pitirre en el Alambre, Adoquín o Coraza. Los objetivos de las redadas crecieron: jineteras, artesanos, macetas, expendedores de drogas, vendedores callejeros, cuentapropistas sin licencia.

Los experimentos en ingeniería social para crear el quimérico “hombre nuevo” tropezaron con demasiados elementos díscolos.

Para enfrentar el delito, las autoridades cubanas siguen apostando por las leyes represivas, tomadas en préstamo del arsenal jurídico fascista de Mussolini.

Como en Minority Report, el film futurista de Spielberg, los fiscales del socialismo cubano combaten el crimen antes que se cometa.

Para colmo de males, las autoridades aplican las “medidas de seguridad predelictiva” con evidentes prejuicios raciales.

Un estudio encargado por la Fiscalía General en 1987, reveló que de 643 casos de peligrosidad social llevados a los tribunales en La Habana entre mayo y diciembre de 1986, 345 de los acusados eran negros y 120 mulatos. Un 78 % de las personas consideradas “socialmente peligrosas” eran no blancos.

Veinte años después, las desigualdades provocadas por el Período Especial han empeorado la situación. Activistas de derechos humanos calculan que el 84% de los acusados por las autoridades de “peligrosidad predelictiva” son negros o mulatos, mayoritariamente entre los 17 y los 30 años de edad.

Arroyo Naranjo, 2007-10-20

luicino2004@yahoo.com