jueves, 29 de noviembre de 2007

Un año muy interesante, Juan González Febles


Para muchos en la Isla, desde ambos extremos de la cuerda política, 2008 será año de acontecimientos. Quizás lo principal será la comprensión cabal del hecho de que Fidel Castro aun no está muerto.

Esto puede incidir para que muchas cosas deseadas ardientemente, simplemente no sucedan. También para que aumente la probabilidad de que sucedan otras inesperadas o francamente aborrecidas por todos.

El año 2008 quizás vea el desenlace de muchas pugnas y la solución de viejas tensiones políticas y sociales no resueltas. Que sea para bien de todos, está por ver, pero que se romperá el impasse, es altamente probable.

El sueño mesiánico de Fidel Castro está amenazado. Lo está por diversos factores internos. Lo amenaza una Oposición interna y todo un entramado emergente de Sociedad Civil y pensamiento contestatario variopinto.

El desafío se mueve desde factores controlados por el estado como Soledad Cruz, Pedro Campos Santos, Celia Hart, Desiderio Navarro y otros, hasta generales, empresarios y demás miembros de la nomenklatura. Súmese a esto, un creciente número de creadores, profesionales y ciudadanos de todas las coloraturas ansiosos de cambio. Con un peso específico menor dentro de la Isla, pero con reales potencialidades económicas, ahí están los exilios cubanos de este mundo.

La solución bolivariana en Cuba sufre desgaste y una crisis de credibilidad creciente. Hoy por hoy, ciertamente el enemigo mayor del mesianismo de Fidel Castro no está entre los que padecen en las cárceles o viven aferrados a su aprensión y a su peligro, mientras hacen oposición. Son otros los enemigos con reales posibilidades y Fidel Castro, lo sabe.

La obra de Fidel Castro hace aguas de igual forma ante una opción china o vietnamita, que ante una transición democrática radical. Sucede que los que más cerca están de lograr el ansiado naufragio, no son los opositores frontales de este régimen, sino los moderados o reformistas de dentro, con lugar e influencias dentro del gobierno.

Cabe esperar que si Castro (Fidel) no muere convenientemente, en el momento y lugar adecuado, habrá movidas interesantes y quizás hasta una inevitable efusión de sangre. No veo otra forma para consolidar el poder de los ciertamente impopulares seguidores de Fidel Castro y de su discípulo amado de Venezuela en Cuba.

En la actualidad el laborantismo de la oposición interna alcanza cotas insospechadas un tiempo atrás. Iniciativas ciudadanas dirigidas a modificar la Ley Electoral, a lograr la reapertura de una universidad católica o a conseguir el retiro definitivo de Fidel Castro se conjugan unas con otras. Se percibe un ascenso de la participación ciudadana, desusada en el ambiente político cubano.

Quizás estemos abocados a otro proceso político de corte estalinista. Es posible que el único camino viable para lograr una precaria aceptación a la ‘Confederación con la Venezuela chavista’, sea una purga sangrienta entre la élite de poder cubana.
Lo cierto es, que la concreción del pensamiento político de Fidel Castro está en veremos. Esta variable cuenta con escasa popularidad.

El último incidente en la pasada Cumbre Iberoamericana, que involucró al presidente español, José Luís Rodríguez Zapatero, a su majestad española Juan Carlos I de Borbón y al mandatario venezolano, Hugo Chávez, marca una pauta muy negativa. Una Confederación entre ambos países, Venezuela y Cuba nacería lastrada por el creciente desgaste de sus figuras políticas promoventes, que ya apestan. El más reciente proceso electoral dice mucho entre líneas sobre este particular.

Un análisis fundamentado sobre esta situación fue facilitado por el antiguo equipo de realización de la Revista Vitral. La revista continuó con sus entregas a despecho de que anunció el cierre de sus puertas en abril de 2007, por mandato de la alta jerarquía eclesiástica. Esta alegó falta de fondos en aquel momento. El miembro del equipo que la hizo posible, en pausa sabática hasta el próximo abril de 2008, preparó este análisis. La autoría corresponde a la prof. Irene A. Jerez.

Del mismo se desprende que más del 10% de los cubanos con derecho al voto, han mantenido el valor de disentir de alguna forma. De acuerdo a esta cifra, más de 800 000 votantes, se pronunciaron de esta forma.

Los territorios más destacados por su disentimiento (oposición) fueron en orden: Isla de la Juventud (14,49%), Ciudad de La Habana (14, 25%), Holguín (12, 02%), Pinar del Río (11, 30%), y Camaguey (11, 25%). Los datos utilizados fueron publicados por el diario oficialista Granma en su edición del sábado 27 de octubre.

A Fidel Castro le quedan pocas opciones. Entre estas, ciertamente la mejor para todos parece ser su muerte.
Lawton, 09/11/2007
jgonzafeb@yahoo.com

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