jueves, 3 de septiembre de 2009

¿CUBACEL O EL GOBIERNO?, Ramón Díaz-Marzo


La Habana Vieja, La Habana, septiembre 3 de 2009 (SDP) Culpar a un ministro que no pertenezca al círculo cerrado de los históricos comandantes de la Sierra Maestra o a cualquier entidad o ministerio, de abuso de poder, es ejercer el periodismo crítico de forma abusiva.

Pero en Cuba la culpa de todo tipo de irregularidad y de todo lo que atenta contra el pueblo recae en los hermanos Castro. Ellos (y algunos generales de la claque) son el origen de todos los males que azotan al país en un 70%, porque el otro 30% recae en la política exterior que los Estados Unidos han practicado contra Cuba durante los últimos 50 años. Salvada esta aclaración, entremos en el tema de la telefonía móvil en Cuba.

Como miembro del “Cuarto Mundo” que podría vivir y de hecho vivo soportando la escasez y falta de recursos, siempre me entusiasma el desarrollo científico-técnico del Primer Mundo. Añoro el desarrollo que disfruto y el que está más allá de la frontera de Cuba. Si nunca hubiera conocido la luz eléctrica, estaría muy conforme con el gas, el aceite, y las velas. Pero cuando algo te es familiar y te falta, sufres. Vivo en una zona de la Habana Vieja, a pocos metros del restaurante El Floridita, donde nunca se va la luz. Sólo cuando un ciclón se acerca a la capital, por razones obvias el fluido eléctrico es interrumpido, y son horas o días de sufrimiento.

Tengo un teléfono móvil desde la época en que los cubanos no tenían derecho a ser titulares de una línea telefónica y aparecían en el “contrato” como segundones a pesar de que éramos los cubanos los que poníamos el dinero. El extranjero, después de sentirse confiado con uno, era que se prestaba para el juego. Un extranjero que sólo estaría en Cuba un par de semanas y que posiblemente nunca más regresaría, el gobierno, con sus absurdas medidas lo convertía en titular de un teléfono que nunca utilizaría.

Recientemente este desprecio del gobierno por sus compatriotas fue abolido y ahora los cubanos no sólo tienen el derecho a ser titulares, sino que el precio de la línea fue rebajado hasta un 50%.

También hasta hace pocos meses los cubanos tenían que pagar por un servicio que no habían solicitado. Si un extranjero nos llamaba desde Australia y el minuto valía 5 dólares, el cubano, si abría la línea, también tenía que pagar 5 dólares por cada minuto.

Como Cuba no puede vivir sola en el mundo porque todos los países están interrelacionados, Cuba tiene protocolos con más de 100 servidores o compañías con las cuales tiene que trabajar de manera bilateral, no unilateral. Quiere decir: el gobierno con su pueblo puede hacer lo que más le venga en ganas, pero no lo puede hacer con el resto del mundo (por suerte). Entonces resulta que recientemente esta comunidad de servidores se reunieron con Cuba y preguntaron por que los usuarios cubanos no respondían las llamadas provenientes del extranjero. El gobierno cubano, que como siempre, cree tener una explicación para todo, fue a responder, pero la comunidad de servidores le dijo que ahorrara palabras. Sabían que el motivo de que los cubanos no abrían las llamadas provenientes del extranjero era porque CUBACEL estipulaba que el usuario cubano también tenía que pagar esa llamada. Entonces como el gobierno cubano (independientemente de que siempre la opinión de un extranjero le ha importado más que la opinión de un cubano) se vio desnudado ante esta irregularidad, anunció a través de CUBACEL que por un tiempo determinado, como una “promoción” (léase favor), aceptaría que los usuarios cubanos abrieran cualquier llamada proveniente del extranjero sin costo alguno.

El problema ahora es que como el estado y gobierno cubano es el dueño absoluto de todos los medios de producción del país y no tiene competidores, continúa con irregularidades que en buen cubano sólo tienen un nombre: abuso de poder. Resulta que los cubanos con móvil, cuando reciben una llamada dentro del país, sea desde otro móvil, desde un teléfono público, o teléfono fijo, tienen que pagar la llamada.

Sin entrar en el detalle de que las tarifas dentro del territorio nacional son para millonarios, sólo quiero puntualizar que lo mejor que puede hacer el gobierno para demostrar que no desprecia tanto al pueblo cubano es permitir que los móviles de los cubanos reciban llamadas nacionales sin tener que pagarlas. El sentido común dice que quien paga es el que solicita el servicio, y el que recibe la llamada es quien no tiene que pagar.

Aunque existen otros problemas nacionales más graves que las irregularidades de la telefonía móvil en Cuba, yo exhorto al gobierno de los hermanos Castro que liberen a través de CUBACEL a los cubanos del gravamen de tener que pagar cuando nos llaman. Si el gobierno da ese paso, interpretaré que todavía en Cuba hay esperanzas de que el gobierno esté dispuesto a dar pasos positivos a favor del pueblo. ¡BASTA YA DE ABUSO DE PODER!





1 comentario:

Freddy dijo...

Acabo de ver un video en donde un usuario llama al numero de atencion al cliente de Cubacel, la verdad es que es de no creer todo lo que pasa en cuba, ese regimen represor que viven los cubanos. Donde separan al pueblo del resto del mundo, en donde los extranjeros valen más que el propio pueblo cubano. Soy argentino, y la verdad es que no tenemos un gobierno muy digno de admirar, pero por lo menos gozamos de la libertad de ser ciudadano con todos nuestros derechos. Me dá mucha bronca lo que viven los cubanos, y a la vez esa sensacion de impotencia. El comunismo nunca sirvió para nada, por suerte el Che Guevara ya es historia, al igual que lo serán los Castro alguna vez.