jueves, 28 de febrero de 2008

La emergencia de los emergentes, Guillermo Fariñas Hernández, Cubanacán .





PressSe desmoronó uno de los dos pilares de la Revolución Cubana: La educación. Por que sin lugar a dudas, su calidad ha disminuido a ojos vista. Este inconquistable bastión de resistencia, ante los detractores de la obra encabezada por el Dr. Fidel Castro; sin mucho ruido se vino abajo.

El punto de vista de respetados analistas cubanos; es que esto se debe, fundamentalmente a un par de aspectos. El primero es la falta de calidad y maestría de los educadores en estos tiempos. El segundo de estos tópicos, es la desmotivación de los que imparten clases en las aulas.

Pero todos los críticos del actual Sistema de Educación Nacional, coinciden en que ambos puntos; están directamente relacionados entre si. El principal obstáculo para el ejercicio de una buena enseñaza en esta isla; es el apuro que las autoridades imponen a los profesores.

El hecho de impartir clases; se ha politizado mucho más de lo que estaba. En estos tiempos que corren, el déficit de maestros en cualquier nivel de enseñaza; es resuelto con graduaciones masivas de educadores. Son los nombrados como “maestros emergentes” de la Batalla de Ideas.

La nomenclatura cubana sustentadora del poder; no desea resolver las grandes dificultades e injusticias sociales que sufren los educadores. Ha logrado un éxodo masivo, de los especialistas en el ejercicio de la pedagogía. Se niegan a aumentar los sueldos, construir viviendas y dar estímulos en divisas convertibles a los maestros.

Para solucionar la situación de deserción en el sector educacional insertaron en el mismo a grandes cantidades de jóvenes graduados en solo 6 meses. Con una corta edad, reciben salarios de hasta 600 pesos cubanos. Esto para un joven es gran cosa, hasta que crea su propia familia; entonces, ya no les alcanzará.

El ejercicio del magisterio necesita de vocación. Esta es, según experimentados conocedores del tema, una mezcla de buena motivación profesional, necesidad de reconocimiento social y satisfacción de los intereses materiales. Podría añadirse que la auténtica vocación, solo se logra a largo plazo.

Los maestros emergentes son la punta de lanza de recurrentes directivas descabelladas, en un sector sensible en cualquier sociedad. Tiene una importancia esencial en la creación de una cantera de recursos humanos para el desarrollo de profesionales e intelectuales. Fundamentalmente a largo plazo.

Una de estas medidas es la obligatoriedad “de facto”; para que los profesores se declaren “Educadores Integrales”. Esto conlleva la aceptación para impartir todas las asignaturas y la renuncia a lo que se ejecuta en el mundo entero; la especialización por asignaturas. Otra forma de paliar la falta de educadores en la nación.

Aquellos que se nieguen a hacerse integrales, se les consideran disidentes al sistema político. Puesto que el propio gobernante, hoy enfermo y convaleciente, ha sido y es, el principal promotor de estos cambios, siempre para mal en el sector de la enseñanza. No olvidar que hacer la más mínima critica en Cuba, acarrea graves consecuencias.

Otra de las cuestiones nefastas en la rama educacional del archipiélago, lo constituye el promocionismo a toda costa y a todo costo. Ya que si Fidel e incluso el venezolano Hugo Chávez Frías, declaran a la prensa que graduaran 20 000 médicos en el año 2015, esto se convierte en un desafío de urgencia política para todos.

De mala forma a los profesores se les exige, que los estudiantes tienen que ser aprobados. Estos proyectos sociales precisan que se gradúen o sería un descrédito para los líderes promotores del socialismo en el hemisferio occidental. Aunque esto no puede dejar de ocurrir bajo ningún concepto.

Los exigentes profesores que se nieguen a aprobarlos, podrán enfrentar acusaciones de sabotaje, de poca madurez ideológica o de aliados del imperialismo yanqui y las oligarquías nacionales. Recibir estas acusaciones en un sistema social como el cubano, es un acto de suicidio. La mayoría opta por promover a sus alumnos.

Atrás quedó el idealismo rampante de la década de los años 60 del pasado siglo XX, en que los maestros y profesores cubanos vivían orgullosos, de servir a la “Revolución Fidelista”. Ahora, la totalidad de ellos tienen la impronta de tener o no tener dólares. Por eso, la educación cubana está signada por la emergencia de los emergentes.
Villa Clara, 27/02/2008
cocofari62@yahoo.com
http://prolibertadprensa.blogspot.com/

1 comentario:

Anónimo dijo...

La falta de calidad de la educación comunista en Cuba es proverbial. Como la memoria colectiva es corta, le voy a recordar que al principio de la llegada del Compañero Fidel a la Habana se impuso como requisito de graduación para los médicos el subir el Pico Turquino, después se le concedía el título de médico a todos aquellos que escalaran dicha montaña, aunque no hubieran cumplido con los requisitos académicos. A los futuros médicos se le exigía compromiso y sumisón política, más que conocimientos científicos y praxis de la medicina.