jueves, 21 de febrero de 2008

Pablo Valiente y la crónica del malhumor, Juan González Febles



‘Pablo Valiente’ es el seudónimo que usa alguien con mucho malhumor. Se trata sin dudas de un alien-dinosaurio que anda a mil años luz de la realidad y de las mejores aspiraciones de los cubanos. Cuando se le lee desde las páginas de Granma, se está ante un discurso ríspido y arcaico a la vez. Se está ante alguien que no sabe sonreír y quiere impedir al resto que lo haga. Pobre tipo, pobre Pablo.

Con ese estilo tristemente conocido, Pablo escribió para el diario oficialista Juventud Rebelde, un trabajo que tituló: ‘El fantasma de la tontería “informa” sobre Cuba’. El mismo fue reproducido por el uni-periódico Granma, órgano del uni- Partido Comunista en su edición del lunes 11 de febrero.

Trabajos de este corte fueron en el pasado preludio de cosas terribles: Palabras a los intelectuales; Ofensiva revolucionaria; Proceso de rectificación; Causas 1 y Causa 2; Primavera Negra de 2003, etc. Cada uno de los procesos traumáticos sufridos en Cuba, desde 1959, han sido precedidos por artículos arcaicos y peor escritos en los anti-periódicos o en el anti-periódico nacional.

Por supuesto para entender la parrafada de nuestro fósil, conviene entresacar lo que nos ahorraría tanta bobería gratuita y nos lleve al meollo de la cuestión: Pablo va en contra del sentir y la opinión popular. Entonces comprendido lo primero vayamos a sus párrafos.

Primero una exhortación a jugar con la cadena y a no tocar al mono:
“…no me voy a detener en los aspectos socioculturales y la proyección psicosocial del cubano, harto discutidor, inconforme perenne, crítico burlón y humorista mordaz, aunque nunca suicida que se haya servido de esos recursos para negar su condición humana y política y mucho menos denigrar su (¿?) Proyecto de país y familia, como bien reconoce Abel Prieto, nuestro ministro de Cultura, en el lúcido ensayo (¡!) El oso Misha y el chiste político en el socialismo real”.

Pablo no está de acuerdo con el chiste político. No quiere que nadie ría sin permiso. Deja implícito la participación que los chistes políticos y las bromas contra el sistema y sus figurones, tuvieron en el desplome de aquel triste socialismo real. Pablo ya ve sus bardas arder y trata de ponerlas en remojo. Hay que parar la burla al sistema y los chistes que afectan desde a la primera, hasta la última de las figuras de ese elenco. Demasiado tarde Pablo.

Contrario a lo afirmado por el presidente en funciones, general Raúl Castro, Pablo dice en relación con las últimas exhortaciones a criticarlo todo y la amplia respuesta o catarsis resultante:
“Algunos dicen que se exhortaba pero que no había voluntad real de rectificar errores. Otros la emprenden contra los informadores y los medios de información. Terceros bendicen la llegada de la era digital a nuestro ámbito…”

Pablo lamenta las críticas a la gestión del Estado. Es como si rechazara la llegada de la era digital o de Internet para ser más precisos. Como si deplorara las críticas más o menos veladas pero ya generalizadas a los atentados incurridos por la dictadura militar contra la libertad de información. Más adelante y dando continuidad a este párrafo, Pablo diluye las responsabilidades de cada fracaso en un ‘nosotros’ ubicuo y falso por demás. Sigámosle…

“Todos somos testigos de cómo, en el funcionamiento de las estructuras políticas y económicas, más allá de su marco regulatorio y normativo, son ‘los seres humanos’ quienes con sus conductas, actitudes e intereses determinamos el rumbo de los acontecimientos y organizaciones”

¡Que forma de escamotear responsabilidad más burda! El único ser humano que ha tomado la decisión para emprender cada uno de los más insignes desastres, desde 1959 hasta la fecha es el Sr. Comandante Fidel Castro. Suyo sigue siendo el Reino, el Poder y la Gloria, pero también el fracaso, el hastío y la sangre, con grano de maíz incluido.

Cada pena de muerte firmada desde 1959 hasta la fecha, lo ha sido por Fidel Castro, quien es responsable de cada maltrato en cada cárcel de esta Isla.

Pero por si quedan dudas, vayamos al último párrafo del tedioso trabajo de ‘Pablo Valiente’:
“…Tal vez se enteren ahora que la bola de nieve comenzó a rodar hace tiempo, sólo que la hacemos visible en el momento oportuno, de la forma adecuada y en el lugar preciso. No olviden que quienes la echaron a rodar son conspiradores natos.”

Esto parece que ni pintado para esa ‘digna página de izquierda’, me refiero a kaosenlared y el resto de los ingenuos que creyeron de buena fe en tormentas palaciegas de e-mailes. Todas las caras de una dictadura son malas. Unas pueden ser peores que otras, pero a la larga, siempre son malas. Según Pablo, todos cayeron en una trampa. La trampa la preparó alguien a quien gusta usar ‘nosotros’ en sustitución de yo. A confesión de partes…

En relación con todo esto, les deseo lo mejor a kaosenlared y al resto de los artistas e intelectuales orgánicos del régimen, van a necesitarlo. Pronto conocerán al coronel Luís Mariano Lora, él es el flamante jefe del Departamento de Enfrentamiento a la Subversión Cultural, esperemos que asuman la represión de Lora con la misma dignidad con que la asumieron en su momento, mis colegas en la Prensa Independiente de Cuba. ¡Buena suerte!

Más allá de su mala leche y su malhumor, a Pablo le queda poco, el santo y seña de la palabra democracia está dada en Cuba. Todo es cuestión de tiempo más, tiempo menos.
Lawton, 12/02/2008
jgonzafeb@yahoo.com
http://prolibertadprensa.blogspot.com/

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