jueves, 14 de febrero de 2008

Una opinión, José Antonio Fornaris



Allá por 1990, Oscar Peña, en ese entonces vicepresidente del Comité Cubano Pro Derechos Humanos, de su peculio personal me dio 10 pesos.

Nunca olvidé el hecho, porque desde el punto de vista material fue importante. Los que braceábamos hacia un puerto llamado democracia, ni siquiera imaginábamos a que distancia se encontraba. Andábamos sin los cinco centavos que en esa época costaba el pasaje de ómnibus.

Se nos llamó genéricamente, disidentes. Hoy existe apoyo internacional, quizás no todo lo que se necesita, pero en muchos lugares del planeta, se habla de la oposición pacífica de Cuba.
Hay una consolidación, y no creo equivocarme si digo que, como parte de un proceso de maduración política, los que desarrollan su actividad pro democracia en Cuba, reconocen el derecho a ocuparse y preocuparse de los problemas y el destino de la Isla, a todos los cubanos exiliados. Hay y es esta verdad de Perogrullo, legitimidad natural en ello.

Se tiene presente el esfuerzo y el sacrificio que en su momento ofrecieron a Cuba, muchos de los que hoy están en el exilio. También se les respeta su espacio político.

Existe a veces la impresión que esto no es recíproco. Que se quiere trasladar todo un protagonismo hacia lugares fuera de Cuba. Que se quiere ejercer control total de la actividad opositora al régimen de La Habana, desde espacios más allá de nuestras fronteras geográficas.

Esa es una estrategia aciaga porque el escenario principal de un hecho, es aquel donde están los actores que suben al tablado. En Cuba hay personas e instituciones que han resistido la prueba del tiempo en la brega pro democracia. Eso al mismo tiempo que es válido, es muy importante.

¿Qué se puede alegar válidamente para tratar de suplantar o restar importancia al rol de la oposición interna? No olvidar que puede ser diezmada al llevar a muchos a la cárcel en cualquier momento y que puede ser infiltrada por la policía política.

Nelson Mandela estuvo 27 años en la cárcel y nunca quedó anulado. Muchas personas que conforman el exilio estuvieron durante largo tiempo en prisión y no están anuladas. Actualmente hay más de doscientos presos políticos en las cárceles de Cuba y tampoco están anulados.

La infiltración no es privativa de la oposición interna. Recordemos a la Red Avispa, a los profesores de la Universidad Internacional de La Florida y a Ana Belén Montes.

El daño más sensible que puede producir la policía política enmascarada dentro de las filas oposicionistas son los golpes de efecto. De esos ha habido más de uno y sus efectos han sido momentáneos y circunstanciales.

Ideológicamente, esas personas están muy por debajo de los que desean que la democracia se instale en nuestro país. Ellos se integran en un régimen que ha fracasado. Ese fracaso es fácil observarlo en las calles y casas de Cuba.

El exilio y la oposición interna persiguen un fin común, son una sociedad natural. Pero, las sociedades tienen reglas y una inviolable es escuchar a los distintos factores que la integran. Hay que reconocer y respetar las posiciones aunque estas, no se compartan.

José Martí dijo en su momento, que el verdadero poder sobre la tierra era la inteligencia humana. En las urnas, cuando llegue el momento se dirimirán muchas cosas. Mientras, lo lógico es trabajar en igualdad de condiciones.

Casi mil novecientos años antes que Martí, Jesucristo aseguró: ‘Al César lo que es de César y a Dios lo que es de Dios’.

Teniendo esta sabiduría como brújula, es importante reconocer que a la oposición interna no se le debe escamotear lo que le pertenece. Desde ningún ángulo. Esto será bueno y saludable para todos.
Arroyo Naranjo, Managua, La Habana, 12/02/2008
fornarisjo@yahoo.com
http://prolibertadprensa.blogspot.com/

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Fornaris: Cuando dices que hay más de doscientos presos políticos en Cuba, te equivocas de punta a punta. Puede que estés pensando en los periodistas presos: entonces hay doscientos "políticos presos", pero, si pensaras con justicia y patriotismo, tendrías que decir que toda la población penal de Cuba, el 75% de la cual es de la raza negra, constituye una masa de presos políticos enorme. Hay que incluir a todos, desde el que le da una pedrada a unaa guagua china hasta el que se caga en la madre de la Bestia y alguien lo chivatea. averigua lo que está pasando en Cuba, la isla prisión.

Anónimo dijo...

Estimado Fornaris: Perdona al gato. Por naturaleza, él es un excelente cazador solitario. Imagínate que habría pasado en tu casa, si no hubiera sido un gato el que entró, y hubiera entrado una jauría de perros hambrientos para comerse el asado y al gato. En cuanto a tu señora, debes perdonarla, cuidarla, amarla y protegerla. Ella es la victima real de ese episodio. Ese manjar que tan gráficamente describes, en otros tiempos aun recordados y añorados por muchos en Cuba, era comida de pobres. En cuanto a ti, recuerda las palabras del Indio Duarte: "Ahí si vence lo varón, nunca más hombre, nunca más firme el brazo y la conciencia".