jueves, 10 de abril de 2008

SOCIEDAD, Ilegales Nacionales, José A. Fornaris



Es muy raro que transcurra un día sin escuchar decir que alguien ha sido multado por pernotar o residir en algún lugar sin estar asentado en el Registro de Direcciones de la barriada o zona en cuestión o de algún habitante de otra provincia, principalmente de las orientales (“palestinos”), que ha sido detenido por estar ilegalmente en La Habana.

Los “palestinos” y sus anexos (gente de las provincias centrales), a veces están una semana o más en algún calabozo, y luego la policía los deposita en un tren para que desanden en el camino hasta sus sitios de origen.

Este tipo de presunta ilegalidad por falta de documentación en regla está basada en el Decreto Ley 217 que controla el movimiento de los nacionales y que, en teoría, trata de evitar la anarquía que pudiera crearse. Fundamentalmente en La Habana, con el precario fondo habitacional.

Pero al mismo tiempo la propaganda oficialista asegura que La Habana es la capital de todos los cubanos, y lo que pudiera ser lo más importante es que la Constitución comunista de 1976 asegura que los ciudadanos cubanos pueden domiciliarse en cualquier sector, zona o barrio de las ciudades.

Claro, que aunque en los primeros tiempos del régimen sus principales representantes afirmaban que lo que se respetaría en todo momento eran las leyes creadas por la revolución, ya es una pérdida de tiempo mencionar la Carta Magna como algo que todos estamos obligados a respetar porque el aparato del Estado la viola de manera impune.

Pero por encima de cualquier documento, aunque una constitución debería ser al menos un referente serio, los ciudadanos de un país son los dueños de ese país, y sus derechos deberían ser siempre tenidos en cuenta.

A la par, miles y miles de extranjeros residen en La Habana y otras ciudades cubanas y el gobierno no sólo se preocupa y ocupa de que estén bien domiciliados, sino además, de que se sientan lo mejor posible dentro del territorio nacional.

Junto a eso, de una u otra forma y casi a diario, los medios dicen que los estadounidenses están ilegales en la Base Naval de Guantánamo, pero nadie va allí a ponerles una multa o a subirlos a un tren o a un barco para que se vayan.

Ciertamente que cuando los habitantes de otras zonas del país, fundamentalmente de la oriental, se trasladan hacia La Habana lo hacen buscando una mejoría para sus vidas, al extremo que es común que digan al salir para la capital: “Voy para Miami”.

Si La Habana para ellos, con todos los problemas tan acuciantes y de todo tipo que hay en esta ciudad, es Miami, imaginarse como se está subsistiendo en otras partes de Cuba es algo muy difícil.

A veces, en ocasiones, cuando se conversa con alguno de estos emigrantes internos, y narran sobre las dificultades que tienen que afrontar para resolver alguna de las más perentorias necesidades de la vida en sus lugares de procedencia, cuesta trabajo creer en lo que dicen.

La Habana lleva en el mismo lugar cerca de 500 años, y al parecer nunca antes tuvo que ser “protegida” de una “invasión” de habitantes de otros lugares del territorio nacional.

Independientemente del apego que se sentía en todas partes por la patria chica, resulta evidente que las condiciones de vida eran prácticamente las mismas en disímiles sitios del país. Y eso fue aún más notorio. Aunque se mantuvo una gran deuda social con el campesinado, tras la fundación de la República en 1902.

La inocultable vocación policiaca del gobierno de Cuba y su enfermiza tendencia a ejercer control absoluto sobre los habitantes de la isla, lo hacen utilizar la represión para lidiar con un asunto que sólo se resuelve con calidad de vida.

Y parte indiscutible de una vida con calidad son los derechos económicos, políticos y sociales.

Pero aun dentro del actual estado de cosas, si es necesario proteger la capital de los habitantes de otras provincias, ¿qué hacen los hermanos Castro residiendo en La Habana cuando todo el mundo sabe que nacieron en la `provincia de Holguín?
Managua, La Habana, 09/04/2008
fornarisjo@yahoo.com
http://prolibertadprensa.blogspot.com/

No hay comentarios: