La Honorable Sra. Ileana Ros Letinehn, (R) congresista cubana americana por el estado de Florida, al fin decidió intervenir y aconsejar sobre el destino de la ayuda para la democracia en Cuba. Ya era hora, no lo hizo antes, porque no se percató de que algo irregular ocurriera con la llevada y traída ayuda. No le pareció que el dinero de sus electores, todos contribuyentes y por ende pueblo estadounidense, corría algún peligro.
Ahora, la Sra. Ros opina que la ayuda debe ser administrada o distribuida desde la Sección De Intereses de Norteamérica (SINA) en La Habana. Pretende que lo haga el embajador o cualquier otro funcionario norteamericano. Hoy le preocupa el interés legítimo del contribuyente norteamericano. Que cosa.
Aunque son varias las ONG europeas que apoyan a la democracia en Cuba, a ninguna de estas se le ha ocurrido un disparate como el que acaba de anunciar la Sra. Ros. Un despropósito de tan altos kilates, pudiera ocurrírseles a los lejanos nepaleses visitados por el Sr. académico Suschliki, reputadísimo cubanólogo.
A fin de cuentas, ellos (los nepaleses) se enteraron de la existencia y los problemas de Cuba, gracias a Suschliki que les visitó, allá en tan lejanas tierras para ponerlos al tanto. Viajó a costas de los mismos fondos que hoy preocupan a la Honorable congresista Ros Letinehn. Llegó lejos.
En aquel momento, la Honorable Señora no tenía dudas sobre la forma en que eran administrados los fondos destinados a Cuba. Se podía ir a Nepal o hasta la misma Luna. No decía, esta boca es mía.
La Sra. Ros Letinehn que dice ser una conocedora profunda de las veleidades represivas de la familia Castro, debe estar algo enojada con la oposición interna y con la Prensa Independiente de Cuba. O quizás, en realidad, no sabe mucho del tema y sólo lo aparenta. En el primer caso, lo lamento. En el segundo, puede documentarse con nuestros amigos europeos.
Ellos poseen conocimiento de primera mano, ese tan necesario para hablar en público sobre Cuba. Ellos, no están atados por otro interés que no sea su vocación de servir a la libertad con respeto y desinterés.
Pedir que SINA se ocupe de distribuir dinero y recursos en Cuba, es procurar que las cárceles de la dictadura se llenen otra vez con activistas pro democracia. Es arrojar un velo de desconfianza sobre personas que merecen por encima de todo, respeto.
Todo parece indicar que la reacción desproporcionada de la Sra. Ros Letinehn, está motivada por la decisión del presidente Bush de retirar los fondos de ayuda a Cuba de manos de personas que parecen ser sus afines. ¡Que pena!
De veras lo siento, por ella, por sus electores y también por Cuba. Si la Sra. hubiera escuchado cuando se apeló a ella desde Cuba, quizás otro habría sido el resultado. ¡No le faltaron cartas! Pero la Isla está lejos y sus problemas aun más. Procurar la libertad para Cuba puede perderse en un despropósito, si la aspiración está fundamentada en el odio a los viles que mantienen a la patria en cadenas. El odio no funda, el odio confunde.
La aspiración de libertad para Cuba, debe estar basada en el amor a Cuba y a su pueblo y no en el odio a los castristas que ultrajaron, encarcelaron y fusilaron. Si luchar por la libertad se confunde con el deseo y la aspiración de procurarse venganza, se pierde el rumbo y se pierde a Cuba.
La complicidad con un pequeño grupo nacional, en detrimento del pueblo grande, dejó de ser patriotismo para entrar en la aridez del resentimiento y los sentimientos innobles del desquite y la revancha. En Cuba se lucha por hacer patria. Hacer patria es amar a Cuba y con ella a todos los cubanos. A los de Lawton y Centro Habana, a los de Tampa y a los del condado Dade.
Crucemos los dedos porque la confusión de la Sra. Ileana, sea sólo error pasajero. Ojala comprenda que odiar a Castro, no es exactamente amar a Cuba. Hagamos votos para que la unión de todos los cubanos nos traiga patria y libertad sin exclusiones y por supuesto sin odios estériles.
Lawton, 12/04/2008
jgonzafeb@yahoo.com
http://prolibertadprensa.blogspot.com/
Ahora, la Sra. Ros opina que la ayuda debe ser administrada o distribuida desde la Sección De Intereses de Norteamérica (SINA) en La Habana. Pretende que lo haga el embajador o cualquier otro funcionario norteamericano. Hoy le preocupa el interés legítimo del contribuyente norteamericano. Que cosa.
Aunque son varias las ONG europeas que apoyan a la democracia en Cuba, a ninguna de estas se le ha ocurrido un disparate como el que acaba de anunciar la Sra. Ros. Un despropósito de tan altos kilates, pudiera ocurrírseles a los lejanos nepaleses visitados por el Sr. académico Suschliki, reputadísimo cubanólogo.
A fin de cuentas, ellos (los nepaleses) se enteraron de la existencia y los problemas de Cuba, gracias a Suschliki que les visitó, allá en tan lejanas tierras para ponerlos al tanto. Viajó a costas de los mismos fondos que hoy preocupan a la Honorable congresista Ros Letinehn. Llegó lejos.
En aquel momento, la Honorable Señora no tenía dudas sobre la forma en que eran administrados los fondos destinados a Cuba. Se podía ir a Nepal o hasta la misma Luna. No decía, esta boca es mía.
La Sra. Ros Letinehn que dice ser una conocedora profunda de las veleidades represivas de la familia Castro, debe estar algo enojada con la oposición interna y con la Prensa Independiente de Cuba. O quizás, en realidad, no sabe mucho del tema y sólo lo aparenta. En el primer caso, lo lamento. En el segundo, puede documentarse con nuestros amigos europeos.
Ellos poseen conocimiento de primera mano, ese tan necesario para hablar en público sobre Cuba. Ellos, no están atados por otro interés que no sea su vocación de servir a la libertad con respeto y desinterés.
Pedir que SINA se ocupe de distribuir dinero y recursos en Cuba, es procurar que las cárceles de la dictadura se llenen otra vez con activistas pro democracia. Es arrojar un velo de desconfianza sobre personas que merecen por encima de todo, respeto.
Todo parece indicar que la reacción desproporcionada de la Sra. Ros Letinehn, está motivada por la decisión del presidente Bush de retirar los fondos de ayuda a Cuba de manos de personas que parecen ser sus afines. ¡Que pena!
De veras lo siento, por ella, por sus electores y también por Cuba. Si la Sra. hubiera escuchado cuando se apeló a ella desde Cuba, quizás otro habría sido el resultado. ¡No le faltaron cartas! Pero la Isla está lejos y sus problemas aun más. Procurar la libertad para Cuba puede perderse en un despropósito, si la aspiración está fundamentada en el odio a los viles que mantienen a la patria en cadenas. El odio no funda, el odio confunde.
La aspiración de libertad para Cuba, debe estar basada en el amor a Cuba y a su pueblo y no en el odio a los castristas que ultrajaron, encarcelaron y fusilaron. Si luchar por la libertad se confunde con el deseo y la aspiración de procurarse venganza, se pierde el rumbo y se pierde a Cuba.
La complicidad con un pequeño grupo nacional, en detrimento del pueblo grande, dejó de ser patriotismo para entrar en la aridez del resentimiento y los sentimientos innobles del desquite y la revancha. En Cuba se lucha por hacer patria. Hacer patria es amar a Cuba y con ella a todos los cubanos. A los de Lawton y Centro Habana, a los de Tampa y a los del condado Dade.
Crucemos los dedos porque la confusión de la Sra. Ileana, sea sólo error pasajero. Ojala comprenda que odiar a Castro, no es exactamente amar a Cuba. Hagamos votos para que la unión de todos los cubanos nos traiga patria y libertad sin exclusiones y por supuesto sin odios estériles.
Lawton, 12/04/2008
jgonzafeb@yahoo.com
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