jueves, 27 de marzo de 2008

En contra de Emmanuel Kant, Guillermo Fariñas Hernández.



La historia ha demostrado al mundo, que en los últimos 50 años de procesos político-sociales de la nombrada “Revolución Cubana” las decisiones y conductas de sus dirigentes máximos se han caracterizados por asumir conductas no avaladas por la ciencia de las leyes y formas del cambio en el mundo objetivo.

En el libro “Los Cubanos” del escritor exiliado Carlos Alberto Montaner, este ensayista, narrador y conferencista, hace una evaluación de la nacionalidad cubana. A una de las conclusiones que podemos arribar al terminar de leer la obra, es que los nacidos en esta isla actúan, en la mayoría de los casos, contrario a la esperada lógica.

Una parte del pueblo cubano todavía no está enajenada por la crisis económica y espiritual en la que están sumidos los isleños. A ella le preocupa lo que va a pasar con la dirigencia institucional de la república.

Antes de la conformación de los nuevos Consejos de Estado y de Gobierno, subió el nivel de las especulaciones sobre si el poder iba a ser entregado o no, a Raúl Castro Ruz. Las especulaciones aumentaron aún más debido a lo que dijo que el actual presidente de la Asamblea Nacional del Poder Popular, el señor Ricardo Alarcón De Quesada, en una entrevista solo a medios de prensa foráneos y del que los nacionales se enteraron de rebote por emisoras radiales extranjeras (cosa que aumenta la exageración de lo expresado por Alarcón).

En este intercambio con los medios de información extranjeros se dio a entender que el Dr. Fidel Castro Ruz, podía ser electo nuevamente al frente de los Consejos de Estado y de Ministros…. pero que existían leyes que le permitían renunciar a favor de su hermano menor Raúl, quien se desempeña de manera interina hace más de año y medio.

Los ciudadanos de Cuba, tanto los que residen dentro como en el exterior del archipiélago, estaban divididos en cuanto a lo que ocurriría ya que el 24 de febrero del 2008, los diputados electos sin competencia de ningún tipo a un parlamento enteramente oficialista deberían levantar sus manos.

El ejercicio del poder en la nación desde 1959 se ha caracterizado por el voluntarismo y el personalismo de Fidel. Todos conocen que el hecho de atreverse a contradecir una orientación venida de las altas esferas de la nomenclatura, significa ser defenestrado y desprestigiado por el sistema de control ideológico Fidelista.

La gente trataba de adivinar lo que propondrían Raúl Castro o algunos de sus más cercanos colaboradores en estos instantes, cuando pidieran la palabra: mantener al enfermo y convaleciente Fidel Castro o renovar esos cargos por el hasta ahora provisional ministro de las Fuerzas Armadas Revolucionarias.

Debido a la falta total de libertad de información, en una sociedad tan cerrada como la cubana, esas no son las únicas teorías que circulaban. Por ejemplo, se planteaba que Raúl tenía miedo dejar el Ministerio de las Fuerzas Armadas Revolucionarias por temor a que le pudieran dar un golpe de estado, para negociar su cabeza con los yanquis.

Esta misma hipótesis consideraba que la imagen de Carlos Lage Dávila estaba menos manchada de sangre que la del actual presidente por sustitución de Cuba. Por lo tanto, entre Lage, Alarcón y Felipe Pérez Roque, estaban los candidatos a encabezar el Consejo de Ministros y hasta el Consejo de Estado.

Según estas versiones, Raúl Castro continuaría al frente del ejército y aspiraría a sustituir a su hermano como Primer Secretario del Partido Comunista de Cuba. El hermano más pequeño sería especie de un guardián de la pureza del socialismo caribeño, mientras quienes darían la cara y las incómodas explicaciones en viajes a otros países, serían otros.

Fuera del reducido circulo de poder que manda en Cuba, pocos conocían las propuestas. Por la más elemental razón, un presidente sin salud, debiera ser reemplazado, pero los Castro tienen una mentalidad guerrillera, que les ha permitido sobrevivir porque siempre han ido contra la Lógica Formal de Emmanuel Kant.

Finalmente, Fidel Castro renunció a sus cargos, Raúl dejó el Ministerio de las Fuerzas Armadas Revolucionarias y ahora es presidente, aunque sigue consultando las decisiones más importantes con el Comandante. Hoy nadie sabe si es el nuevo ardid guerrillero de los Castro o simplemente otro desafío a las leyes de la lógica.
Villa Clara, 23/03/2008

cocofari62@yahoo.com

No hay comentarios: