El 17 de febrero llegó a Madrid junto a otros tres presos políticos el periodista independiente Alejandro González Raga. En las cárceles de Cuba quedan otros veintitrés periodistas.
La mayoría fueron encarcelados en marzo del 2003 y casi todos son considerados por Amnistía Internacional prisioneros de conciencia.
En otra etapa difícil de Cuba, aunque no tanto como la actual, en el siglo diecinueve, José Julián Martí Pérez, también fue sacado del presidio político y enviado a España. Al menos a él, las autoridades coloniales le permitieron estar un poco de tiempo antes de la partida, en una casa de familia en Isla de Pinos.
Hubo un momento en que Martí, se refirió a la prisión como un sitio en donde el alma se seca. El,
quien con el tiempo se convirtió en el intelectual de mayor valía que haya dado Cuba y en el Apóstol de nuestra independencia. Resulta evidente, que hablaba de la prisión en donde los déspotas ceban sus instintos criminales a costa de adversarios políticos inocentes. Donde el perdón es inaceptable, porque nunca hubo justicia.
Pocos días después de la ola represiva de hace casi un lustro, que llevó a la cárcel a 75 compatriotas, un pequeño grupo de los periodistas emitió un comunicado en que aseguró que continuaría el ejercicio del derecho a informar y ser informado. El grupo solicitó la solidaridad internacional.
En una parte de ese documento se decía: “Agradecemos a Reporteros sin Fronteras, al Comité de Protección a Periodistas, a la Sociedad Interamericana de Prensa, gobiernos, parlamentarios y representantes de otras organizaciones sus pronunciamientos a favor de nuestros compatriotas encarcelados. Hoy estamos convencidos de que las muestras de solidaridad serán determinantes en este proceso”.
Estas muestras continúan siendo de trascendental importancia. Los periodistas cubanos están presos por ejercer el derecho a la libertad de expresión, y eso es la piedra angular de toda la prensa democrática en el mundo.
La Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) tiene un premio dedicado a ese derecho humano fundamental. Los colegas en prisión en la isla y los que se mantienen en las tareas de información al mundo, deben ser tenidos en cuenta este año para recibir ese galardón.
De esa forma la SIP reconocería la labor de la Prensa Independiente de Cuba y daría una muestra de solidaridad tan fuerte como una columna de granito. Para los colegas que penan en el injusto encierro y para los que sirven cada día sería una muestra de como la prensa de América les ayuda en la hora más oscura.
Managua 06/03/2008
fornarisjo@yahoo.com
http://prolibertadprensa.blogspot.com/
La mayoría fueron encarcelados en marzo del 2003 y casi todos son considerados por Amnistía Internacional prisioneros de conciencia.
En otra etapa difícil de Cuba, aunque no tanto como la actual, en el siglo diecinueve, José Julián Martí Pérez, también fue sacado del presidio político y enviado a España. Al menos a él, las autoridades coloniales le permitieron estar un poco de tiempo antes de la partida, en una casa de familia en Isla de Pinos.
Hubo un momento en que Martí, se refirió a la prisión como un sitio en donde el alma se seca. El,
quien con el tiempo se convirtió en el intelectual de mayor valía que haya dado Cuba y en el Apóstol de nuestra independencia. Resulta evidente, que hablaba de la prisión en donde los déspotas ceban sus instintos criminales a costa de adversarios políticos inocentes. Donde el perdón es inaceptable, porque nunca hubo justicia.
Pocos días después de la ola represiva de hace casi un lustro, que llevó a la cárcel a 75 compatriotas, un pequeño grupo de los periodistas emitió un comunicado en que aseguró que continuaría el ejercicio del derecho a informar y ser informado. El grupo solicitó la solidaridad internacional.
En una parte de ese documento se decía: “Agradecemos a Reporteros sin Fronteras, al Comité de Protección a Periodistas, a la Sociedad Interamericana de Prensa, gobiernos, parlamentarios y representantes de otras organizaciones sus pronunciamientos a favor de nuestros compatriotas encarcelados. Hoy estamos convencidos de que las muestras de solidaridad serán determinantes en este proceso”.
Estas muestras continúan siendo de trascendental importancia. Los periodistas cubanos están presos por ejercer el derecho a la libertad de expresión, y eso es la piedra angular de toda la prensa democrática en el mundo.
La Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) tiene un premio dedicado a ese derecho humano fundamental. Los colegas en prisión en la isla y los que se mantienen en las tareas de información al mundo, deben ser tenidos en cuenta este año para recibir ese galardón.
De esa forma la SIP reconocería la labor de la Prensa Independiente de Cuba y daría una muestra de solidaridad tan fuerte como una columna de granito. Para los colegas que penan en el injusto encierro y para los que sirven cada día sería una muestra de como la prensa de América les ayuda en la hora más oscura.
Managua 06/03/2008
fornarisjo@yahoo.com
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