jueves, 20 de marzo de 2008

Un asunto poco edificante, José A. Fornaris


El número de oposicionistas, disidentes y periodistas independientes que tiene prohibida la entrada a la Sección de Intereses de Estados Unidos en La Habana es de unos cuarenta.

La cifra de periodistas está reflejada en una especie de lista negra que tienen los custodios cubanos –empleados de CUBALSE, entidad dependiente del Consejo de Estado- y limita el acceso a esa sede diplomática a catorce de ellos.

Algunos pensamos, que como no se ha dicho a nadie los motivos de la negación de entrada, cuando el Sr. James Cason dejara de dirigir la misión diplomática estadounidense en Cuba, terminaría esta situación.

Cason parece que quedó muy sensible tras el llamado “Taller de Periodismo” realizado en su residencia y que, con el destape de algunos topos, pudo comprobarse había organizado la Seguridad del Estado.

Pero la situación no llegó a su fin con la llegada del actual Jefe de la Sección de Intereses. Todo se mantiene más o menos igual. Con el excelentísimo Michael Parmly, dos de los periodistas “parametrados”, volvieron a tener acceso a la sede estadounidense. No obstante, a otras dos colegas, Tania Díaz Castro y Ana Leonor Díaz Pérez, les fue vetada la entrada a esa embajada.

En Cuba vivimos bajo un régimen policíaco. Siempre se ha visto a los gobiernos de Estados Unidos como amigos de los que intramuros desean la democracia en la isla. La lectura que por regla general se hace en un ambiente como el cubano de una lista negra en la Sección de Intereses es sin tener siquiera en cuenta signos ortográficos.

Por ejemplo, un colega que ya se encuentra residiendo en Miami le aconsejó a un amigo común que no se relacionara con los que tienen prohibida la entrada a esa legación porque seguramente eran de la Seguridad del Estado. Unos días después, al amigo “alertado” también le prohibieron la entrada a la Sección de Intereses.

Para nadie es un secreto que la comunidad de inteligencia en Cuba ocupa bastante espacio. Lo cual no quiere decir que los que están en la mencionada lista, formen parte de esa comunidad.

Curiosamente, los principales topos que se prestaron a declarar contra algunos de los acusados en la ola represiva de marzo de 2003, mantenían una óptima relación con funcionarios de esa Sección de Intereses. Además, no cabe la menor duda que esa sede diplomática nunca le hubiera negado la entrada a Ana Belén Montes.

Abraham Lincoln dijo en cierta ocasión que la misión de Estados Unidos es la de elevar a los hombres, no degradarlos. A su vez muchas personas en Cuba ven a Estados Unidos como sitio de justicia, eso lógicamente, hace que se valore a su representación diplomática dentro en esos mismos términos y no actuando con métodos similares a los del régimen de La Habana.

El deseo no es que se vuelva a permitir la entrada a estas personas, las que en su mayoría acudían al Centro de Recursos Informáticos –a ese sede diplomática, en definitiva, los cubanos que no entran son millones-, lo que se quiere es que se explique los motivos y se quite sus nombres de esa lista.

Mientras eso no ocurra, tenemos el derecho de continuar la insistencia sobre ese asunto que se ha tornado en algo poco edificante en ambas direcciones. Fundamentalmente para esos que están obligados, porque Dios les ha dado la bendición de La libertad, a ser humildes.
Managua, La Habana, 17/03/2008
fornarisjo@yahoo.com
http://prolibertadprensa.blogspot.com/

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