Managua, La Habana. Enero 29 de 2009 (SDP) La Presidenta de Argentina, Cristina Fernández de Kirchner, se despidió de La Habana, asegurando que su encuentro con Fidel Castro había cerrado con broche de oro su visita de tres días a la isla.
¿Qué entenderá la señora Kirchner por oro? ¿Encontró la piedra filosofal? De seguro que para la doctora Hilda Molina, que lleva varios años tratando de que los gobernantes de Cuba le permitan viajar a Argentina a reunirse con su hijo y sus nietos, oro es otra cosa.
Las Damas de Blanco, mujeres que tienen a sus seres queridos en las cárceles del régimen que desde hace cincuenta años fue impuesto a los cubanos, todos Prisioneros de Conciencia, tienen otra valoración sobre ese metal.
Los padres o hijos de las cuarenta y dos personas que murieron cuando fue hundido el Remolcador Trece de Marzo, el 13 de julio de 1994, entre ellos once niños -los autores intelectuales y materiales nunca han sido juzgados-, estiman, sin que haya dudas al respecto, que el oro es un metal que tiene buenas cualidades.
Alguien me había dicho, mira que a la gente le gusta hacer bromas de mal gusto, que Fernández de Kirchner era una demócrata.
De ese dorado encuentro se pudo conocer, lo dijo la señora Presidenta, que Castro le comentó que había seguido “atentamente” por televisión la toma de posesión de Barack Obama.
Esa asunción los cubanos no pudieron verla porque la televisión de la isla, propiedad absoluta del Estado, no la transmitió.
Y ver la televisión estadounidense en Cuba está prohibido. Es enorme el número de operativos policiales que se han realizado para desmontar las llamadas “antenas”, ingenios domésticos con los cuales muchos isleños captan señales televisivas del “enemigo”.
Pero Castro no tiene que arriesgarse ni utilizar inventos caseros para ver la televisión yanqui. Además, lo comenta con sus visitantes sin ningún tipo de rubor.
Sin embargo, el artículo 41 de la Constitución Socialista de 1976, establece que: “Todos los ciudadanos gozan de iguales derechos y están sujetos a iguales deberes”.
Claro, eso no se lo creen ni los que mandaron a redactar la Carta Magna de acuerdo a sus intereses políticos y de otro tipo. Tampoco la distinguida Presidenta de Argentina está obligada a conocer de esas “pequeñeces” comunistas.
No obstante, sí debe destacar en su biografía la capacidad que posee de trasmutar metales inferiores en oro. De esa manera, averiguando quienes fueron o son los alquimistas, se podrá tener una imagen más cercana a la realidad de su persona.
fornarisjo@yahoo.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario