Lawton, La Habana, enero 15 de 2009, (SDP) Son pocos los que en el Directorio Democrático de Miami (DD), conocen por dentro una prisión cubana. Un rápido y abarcador pase de lista, desde su director y jefe, el Sr. Orlando Rodríguez Boronat y seguido a lo largo de los bienaventurados incluidos en su munificente nómina, arrojará que no reconocen sensorialmente, el contacto del frío metal de unas esposas, cerradas sobre las muñecas.
Cuando eventualmente aprendan, lamentablemente no será con honor y con esposas japonesas al uso por la policía de Seguridad del Estado castrista. Presumiblemente aprenderán, a partir de agentes federales de agencias que en USA, se ocupan de asuntos fiscales y pequeñeces tributarias. Con esposas de factura local. Ojala que no, por acá hay quien les quiere bien. Doy fe.
En otro orden de cosas, no hay por qué preocuparse. DD está muy bien respaldado desde el mismísimo Washington. Aunque su accionar se vea desde la Isla como inmoral y anticubano, en la otra orilla es legal. Legal aunque no moral. El dinero federal que recibe o recibía DD, está bien empleado desde el punto de vista legal en USA. Rodríguez Boronat puede viajar a Nepal o al planeta Marte a promover la democracia en Cuba y para la ley de USA, está correcto.
Puede además promover su agenda desde la TV local de Miami y desde periódicos, revistas y cuanto medio masivo exista. También puede andar, por eso que llamamos por acá, el lado flaco de la ley, y contribuir a las campañas políticas de esos que desde Washington, le proporcionarán el paraguas político para que viaje y gaste sin problemas. Eso allá en USA es legal, pero en Cuba, en este y en el otro velorio, es inmoral.
He escuchado de forma indirecta, a partir de personas vinculadas clientelar, afectiva o emocionalmente a DD, sobre el tipo de garantías de ‘protección diplomática’ que disfruta un disidente u opositor en Cuba en un sentido general y en La Habana, de forma particular. La verdad es que no se disfruta de garantía alguna. En Cuba la represión está garantizada para todos. Más que la salud y la educación. Las garantías de protección sólidas al igual que los fondos, están más allá del mar.
Quizás por esta y otras razones, resulta patético que desde DD se insista en enviar gente a manifestaciones en las calles. Que imponga con presiones económicas, conductas nocivas a estrategias diseñadas por personas con amplia experiencia en cárceles y represiones. Personas interesadas en privar a la dictadura de sus presos: La mercancía predilecta de los Castro para negociar con estados democráticos a lo largo del mundo.
A mediados de diciembre pasado, uno de nuestros redactores fue secuestrado en plena vía pública por efectivos de la Contra Inteligencia Militar (CIM) adscripta al Ministerio de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (MINFAR). Guillermo ‘Coco’ Fariñas fue interrogado a lo largo de más de diez horas por oficiales de esa institución. Más allá de los lugares comunes a este tipo de interpelación forzada, cabe destacar algunos puntos en que los militares insistieron con marcada irritación.
Estos fueron: 1. Una organización opositora invitó (Agenda para la Transición) al Cuerpo Diplomático a una recepción con motivo del aniversario de la proclamación por parte de la ONU de la Declaración Universal de los Derechos Humanos. Un hecho inédito e insólito para el gusto militar en boga en Cuba.
2. La intervención de SDP más allá de las fronteras nacionales, extraterritorialidad que arrojó como resultado (de acuerdo con el militar) la supresión de la ayuda a ‘la gente de Miami’. Esto para los militares, es ¡demasiado!
Luego de hacerle serias advertencias sobre las ‘extralimitaciones’ señaladas, Coco fue liberado en un oscuro y aislado rincón de la periferia capitalina.
Algún día se sabrá por qué la CIM secuestró a nuestro colega. Por qué invadió el espacio tradicional de la policía de Seguridad del Estado y qué puede importarle si organizaciones del exilio pierden o no el dinero del gobierno de los Estados Unidos. ¿O será que los extremos del círculo se tocan en realidad?
Por lo pronto, por acá no somos tan pretenciosos. No creo que lo que se escriba en La Habana bajo presión, mueva agentes federales en USA. O borre esa frontera intangible, que en inglés, separa lo legal de lo moral. Pero si así fuera, a confesión de partes, relevo de pruebas. Esto sólo quiere decir que algo olía mal y el ambiente quedó o quedará saneado de malos olores en el futuro. Es lo menos que se puede hacer por los pobrecitos yanquis. A fin de cuentas han sido nuestros más fieles aliados, con sus pros y sus contras. Si algo de lo que se dice por acá, ayuda a que no se robe por allá, o que se borren esas extravagantes líneas divisorias entre lo moral y lo legal: ¡Que así sea!
El camino de los otros, o el camino de nosotros, no debe ser objeto de intervención por parte de los que no tengan el privilegio de compartir en vivo y en directo la crueldad en sus reacciones de la dictadura. Seguimos sin comprender por qué DD continúa la promoción de tales acciones, cuyo alcance desconoce o sólo conoce por descripciones.
Sus promotores, ubicados en el confort de sus despachos de Miami, andan siempre distanciados de la experiencia y el riesgo personal de esos otros, a quienes empujan para alimentar el Moloch carcelario castrista y sus campañas, ‘a lo largo y ancho del mundo’, desde Nepal hasta Marte y la Micronesia. Todo por la libertad, siempre dentro de lo legal, pero demasiado lejos de la moral, de Cuba, y de lo que esta realmente necesita.
jgonzafeb@yahoo.com
Cuando eventualmente aprendan, lamentablemente no será con honor y con esposas japonesas al uso por la policía de Seguridad del Estado castrista. Presumiblemente aprenderán, a partir de agentes federales de agencias que en USA, se ocupan de asuntos fiscales y pequeñeces tributarias. Con esposas de factura local. Ojala que no, por acá hay quien les quiere bien. Doy fe.
En otro orden de cosas, no hay por qué preocuparse. DD está muy bien respaldado desde el mismísimo Washington. Aunque su accionar se vea desde la Isla como inmoral y anticubano, en la otra orilla es legal. Legal aunque no moral. El dinero federal que recibe o recibía DD, está bien empleado desde el punto de vista legal en USA. Rodríguez Boronat puede viajar a Nepal o al planeta Marte a promover la democracia en Cuba y para la ley de USA, está correcto.
Puede además promover su agenda desde la TV local de Miami y desde periódicos, revistas y cuanto medio masivo exista. También puede andar, por eso que llamamos por acá, el lado flaco de la ley, y contribuir a las campañas políticas de esos que desde Washington, le proporcionarán el paraguas político para que viaje y gaste sin problemas. Eso allá en USA es legal, pero en Cuba, en este y en el otro velorio, es inmoral.
He escuchado de forma indirecta, a partir de personas vinculadas clientelar, afectiva o emocionalmente a DD, sobre el tipo de garantías de ‘protección diplomática’ que disfruta un disidente u opositor en Cuba en un sentido general y en La Habana, de forma particular. La verdad es que no se disfruta de garantía alguna. En Cuba la represión está garantizada para todos. Más que la salud y la educación. Las garantías de protección sólidas al igual que los fondos, están más allá del mar.
Quizás por esta y otras razones, resulta patético que desde DD se insista en enviar gente a manifestaciones en las calles. Que imponga con presiones económicas, conductas nocivas a estrategias diseñadas por personas con amplia experiencia en cárceles y represiones. Personas interesadas en privar a la dictadura de sus presos: La mercancía predilecta de los Castro para negociar con estados democráticos a lo largo del mundo.
A mediados de diciembre pasado, uno de nuestros redactores fue secuestrado en plena vía pública por efectivos de la Contra Inteligencia Militar (CIM) adscripta al Ministerio de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (MINFAR). Guillermo ‘Coco’ Fariñas fue interrogado a lo largo de más de diez horas por oficiales de esa institución. Más allá de los lugares comunes a este tipo de interpelación forzada, cabe destacar algunos puntos en que los militares insistieron con marcada irritación.
Estos fueron: 1. Una organización opositora invitó (Agenda para la Transición) al Cuerpo Diplomático a una recepción con motivo del aniversario de la proclamación por parte de la ONU de la Declaración Universal de los Derechos Humanos. Un hecho inédito e insólito para el gusto militar en boga en Cuba.
2. La intervención de SDP más allá de las fronteras nacionales, extraterritorialidad que arrojó como resultado (de acuerdo con el militar) la supresión de la ayuda a ‘la gente de Miami’. Esto para los militares, es ¡demasiado!
Luego de hacerle serias advertencias sobre las ‘extralimitaciones’ señaladas, Coco fue liberado en un oscuro y aislado rincón de la periferia capitalina.
Algún día se sabrá por qué la CIM secuestró a nuestro colega. Por qué invadió el espacio tradicional de la policía de Seguridad del Estado y qué puede importarle si organizaciones del exilio pierden o no el dinero del gobierno de los Estados Unidos. ¿O será que los extremos del círculo se tocan en realidad?
Por lo pronto, por acá no somos tan pretenciosos. No creo que lo que se escriba en La Habana bajo presión, mueva agentes federales en USA. O borre esa frontera intangible, que en inglés, separa lo legal de lo moral. Pero si así fuera, a confesión de partes, relevo de pruebas. Esto sólo quiere decir que algo olía mal y el ambiente quedó o quedará saneado de malos olores en el futuro. Es lo menos que se puede hacer por los pobrecitos yanquis. A fin de cuentas han sido nuestros más fieles aliados, con sus pros y sus contras. Si algo de lo que se dice por acá, ayuda a que no se robe por allá, o que se borren esas extravagantes líneas divisorias entre lo moral y lo legal: ¡Que así sea!
El camino de los otros, o el camino de nosotros, no debe ser objeto de intervención por parte de los que no tengan el privilegio de compartir en vivo y en directo la crueldad en sus reacciones de la dictadura. Seguimos sin comprender por qué DD continúa la promoción de tales acciones, cuyo alcance desconoce o sólo conoce por descripciones.
Sus promotores, ubicados en el confort de sus despachos de Miami, andan siempre distanciados de la experiencia y el riesgo personal de esos otros, a quienes empujan para alimentar el Moloch carcelario castrista y sus campañas, ‘a lo largo y ancho del mundo’, desde Nepal hasta Marte y la Micronesia. Todo por la libertad, siempre dentro de lo legal, pero demasiado lejos de la moral, de Cuba, y de lo que esta realmente necesita.
jgonzafeb@yahoo.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario