
A pesar de todas las vicisitudes que pasamos y todas las que podrán pasar, que no sabemos hasta cuando podrán durar, debemos estar unidos y felices por haber concluido este año de dolor y de sacrificios. Debemos dar gracias al Gran Arquitecto del Universo y pedirle que nos ayude para que en 2009 podamos dejar atrás todos los odios, los rencores, todas las revanchas que entre cubanos han ocurrido y pensemos en la patria que sufre durante tantos años –ya llegan a 50- y que vivamos en armonía.
Aunque pensemos diferente, trabajemos en la unidad de la nación. Que Cuba salga adelante y haya paz, progreso y bienestar, para que nuestros hijos y nietos se vean reconocidos en el esfuerzo que como generación hacemos. Que haya paz, derecho y democracia.
Para todos, la bendición de Dios y el deseo de que pronto seamos libres y felices.
SDP
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