jueves, 15 de enero de 2009

“UNA LEY DE PORQUERÍA”, Juan González Febles



Lawton, La Habana, enero 15 de 2009, (SDP) La flamante Ley sobre Seguridad Social que aumenta la edad de los retiros o jubilaciones, podría pasar, entre muchas de las ‘leyes’ aprobadas en los últimos cincuenta años, como la más impopular de todas. La medida recorre un estrecho diapasón en que a una parte importante de la población le resulta indiferente, porque no trabaja. Otra, no está de acuerdo porque trabaja y a un estrechísimo número entre los que se cuentan sus promotores que tampoco trabajan, la promueven.

La dichosa Ley, sólo es bien vista entre el círculo del privilegio. Pero sin dudas, las más perjudicadas por el nuevo engendro son las mujeres. Emma P. una estomatóloga de cincuenta y cinco años, me dice: “La cubana de más de cincuenta años es una mujer que ha sufrido el más agotador de los desgastes. Ha vivido estresada continuamente, maltratada por guaguas repletas, colas, angustia por colocar alimentos en la mesa. Ha cocinado con leña, cargado pesos exagerados y experimentado la más cruel de las desesperanzas. Ha vivido subalimentada y ha subalimentado a sus hijos y familia. Si se trata de una especialista calificada, eso no le ha valido para nada. Su vida se consumió en la espera de maravillas prometidas que nunca se concretaron y que nunca se concretarán”.

Quizás por esto, la gente común comenta el cambio para bien que experimentan los que toman la puerta del exilio y regresan de visita, sólo para ratificar que tomaron la decisión que consideraron correcta. Una mujer profesional en la Isla con cincuenta años o más, aparenta mayor edad que una colega proveniente de cualquier país democrático. La calidad de vida lo determina todo. Quienes dentro de la Isla, se salen de esta injusta y terrible norma son los favorecidos de la nomenklatura de gobierno.

Hasta el color de la piel de los privilegiados es diferente. Comen y viven mejor. Esto que podría ser una norma universal, porque desde siempre alguien vive mejor y alguien peor, es en Cuba, dramático. El círculo del bienestar, que reside en Nuevo Vedado, Kohly, Miramar y el resto de las zonas congeladas, no sólo vive mejor; impide además con leyes y extorsiones políticas, que el resto viva una vida más plena. Es ahí donde radica su carácter criminal y su divorcio con el resto de la población.

El pueblo en su lenguaje directo, brusco en ocasiones, bautizó la nueva Ley de seguridad Social como una Ley de Porquería.

Para algunos es una sanción colectiva de trabajo forzado. Curioso como el grupo parásito que gobierna desde cuarteles y Partido Único, hace aparecer como vagos a los cubanos. Nuestra gente, en el resto del mundo esta conceptuada como muy trabajadora, creativa y por encima de todo: muy exitosa. Pero bueno, el grupo de poder de La Habana ciertamente no está conformado por personas de trabajo, familia y respeto a la Ley.

Ninguno creó fortuna o fue persona de logros personales auténticos. El único oficio que conocen es el de matar, encarcelar o reprimir. Se vanaglorian en decir que su mayor y único mérito es retener el poder en contra de la mayoría. En la actualidad, el país está ante una huelga de brazos caídos no declarada. La masa laboral joven, se niega a servir a cambio de nada. Esta es la verdadera razón para la nueva ley que alarga el plazo de las jubilaciones.
Mientras, Esteban Lazo uno de los pocos negros que ha escalado posiciones de poder y relevancia entre el grupo gobernante racista de Holguín, instalado en La Habana, llama al odio. En el último congreso de los ‘Comité de Defensa de la Revolución’, una organización que promueve la compulsión social y las delaciones a nivel de cuadra, Lazo llamó al odio y al progromo contra los que ‘atenten contra la legalidad y las normas de convivencia revolucionaria’.

Lazo escaló altas posiciones en el aparato del Partido Comunista, a partir de una sabia combinación de servilismo al anterior jefe de estado, oportunismo y la necesaria falta absoluta de escrúpulos. Esa condición de negro con alta intensidad pigmentaria, le ha servido al régimen para contrarrestar acusaciones de racismo. Lazo es mostrado en su poltrona ejecutiva sin un contenido de trabajo específico. Es alguien que no ha hecho cosa alguna, desde el punto de vista de los resultados prácticos y tangibles. Su mérito ha sido ser incondicional y por supuesto: ser el negro que hace falta.

Es el contrapeso para los miles de negros sin suerte y sin amo que se pudren a lo largo de las más de doscientas prisiones establecidas a lo largo del archipiélago cubano. Por supuesto, es uno de los pocos negros que apoya la nueva ley de Seguridad Social. Esa que el resto, llama: “La Ley de Porquería”, o de mierda. Todo depende del lugar y la ocasión.
jgonzafeb@yahoo.com

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