jueves, 10 de enero de 2008

¿Cómo te llamas?, Lucas Garve





Hay padres que no reflexionan lo suficiente al engancharle un nombre al recién nacido.
Durante los períodos posteriores de la vida, ellos cargarán con un nombre que les fue impuesto sin medir las consecuencias.
Por ejemplo, tuve un condiscípulo en los tiempos de la escuela primaria nombrado Armando y de apellido Guerra. Casi siempre que en el aula se distribuían castigos por causa de revuelo, a Armando Guerra le tocaba alguno, si es que él no era el culpable principal.
Otro caso fue el de Juan Wong Bru, a quien repetían el nombre completo. En mi pueblo natal conocí a la familia Caso. A una de las hermanas le encasquetaron el nombre de Porcia. ¿Quién no conocía a Porcia Caso? Lo peor para ella y risas para el resto, es que todos la llamaban por su nombre y apellido, ‘PorciaCaso’.
Hace muy poco dedicaron una emisión radial a tratar el tema de los nombres apellidos curiosos y una radioyente aportó el ejemplo de un individuo nombrado Alan Brito Prieto. ¿Pero no se les ocurrió a los padres pensar en las consecuencias de nombrarlo Alan?
Ocurre que las combinaciones de apellidos atraen la atención de los burlones de siempre. Por ejemplo, en casos como: Gato Seco, Monte Seco, Villameá y muchos más.
Sin embargo, son los nombres propios inventados los que se llevan la palma. Sea por ignorancia o por excentricidad, tantos desdichados en Cuba cargan con nombres como: Maidoly o Maidolys (My Dolly), Onedólar, Marisnavi (Marine Navy), Usnavi (US Navy), Mileidi o Mileidis (My Lady).
Además, existe el caso de nombres mal escritos como un caso que conozco de un sujeto a quien nombraron Renée, cuando en francés la doble ‘e’, se usa para marcar el femenino.
Contemos los casos de personalidades famosas cuyos nombres popularizados no son los originales: Alicia Alonso, la bailarina se llama Alicia Ernestina de la Caridad Martínez del Hoyo, Gabriela Mistral era Lucila Godoy Alcayaga, Pablo Neruda, el poeta de los ‘20 poemas de amor’ tenía en realidad nombres y apellidos alejados de cualquier ilusión: Ricardo Eliécer Neftalí Reyes Basoalto y si seguimos la lista sería interminable. En conclusión, es lógico y permitido buscar un nombre que ‘suene bien’. Algo así como, Ciriaca Caridad, de seguro no agradará a nadie.
Mantilla, 09/01/2008
lucasgarve@yahoo.com
http://prolibertadprensa.blogspot.com/

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