jueves, 10 de enero de 2008

A la cubanaJ, osé Antonio Fornaris


El proceso eleccionario en Cuba continúa por el camino establecido. Los medios ya mostraron los rostros y las biografías de los 614 nominados a diputados. ¿Cuántos serán los diputados? 614.
Oficialmente, se asegura que a los sufragios generales en La Mayor de Las Antillas los caracterizan la transparencia y la democracia.
El 50% de los miembros de la Asamblea Nacional del Poder Popular (diputados) los escoge el Estado. La otra mitad la designan las organizaciones de masas, todas creadas por el Estado y en función de sus intereses. Eso es transparencia.
La casi totalidad de los candidatos a diputados son miembros del Partido Comunista. ¿Un botón de muestra? De más de 100 candidatos y seguro diputados de las provincias de Pinar del Río, La Habana y Ciudad de La Habana, sólo uno no es integrante del Partido Comunista. Preside una organización religiosa de tipo sincrético que goza del beneplácito oficial. Eso es democracia participativa.
Los comunistas en Cuba, es decir los que forman parte del Partido, y los que integran la Unión de Jóvenes Comunistas (UJC), no llegan a un 10 % de la población. Eso es a pesar de que esa militancia es primordial para obtener un buen empleo y crecer en jerarquía y de que existe, de forma casi ininterrumpida, un llamado "proceso de crecimiento" en sus filas.
No obstante, los comunistas en Cuba se definen como la fuerza superior de la sociedad y del Estado. Así está plasmado en la Carta Magna, una Constitución que, de más está decir, hicieron ellos mismos.
Son tan superiores, que están por encima de sí mismos. A eso se debe que lleven 12 años sin hacer su congreso, aunque sus estatutos establecen que "ese encuentro de trascendencia universal" –cuando hicieron el primero, dijeron que era "la reunión más importante de la historia de Cuba- se haga cada 5 años.
Un Partido tan superior, lógicamente, no tiene que explicar por qué viola sus propios estatutos. Eso es nimio. Cuba es una plaza sitiada por el imperio más feroz de la historia. Se hace obligatorio pensar que los que promovieron y pusieron en práctica esos estatutos (que en definitiva, son sólo documentos, no una camisa de
fuerza) están por encima de ellos.
En 1959, cuando los comunistas llegaron por la fuerza al poder, juraron y perjuraron que no eran comunistas –un pequeño engaño estratégico- y prometieron elecciones generales representativas en 18 meses. Ese fue otro pequeño engaño. Algo sin ninguna mala intención. Por tanto, estuvieron cerca de dos decenios sin realizar ningún simulacro de sufragio. Después, comenzaron la actual mezcla, es decir, unieron las terminologías "representativa" y "participativa" en una sola cosa.
Ellos, los comunistas, están representados en todo, a la vez que participan de todos los cargos públicos habidos y por haber y de todo lo que signifique alguna cuota de poder político o económico.
A veces, ese estilo de democracia no es bien entendido por todas las personas, lo mismo dentro que fuera de Cuba. Por eso es que los estudiantes venezolanos, cuando realizaban sus actos de calle a favor del No en el plebiscito para reformar la Constitución de su país, gritaban: "No nos da la gana que nos impongan una dictadura a la cubana".
Ellos no saben muy bien de lo que se han perdido. Por el camino de Chávez, iban a tener, entre otras muchas cosas, unas elecciones tan democráticas como las de Cuba.
La Habana, 02/01/2008
fornarisjo@yahoo.com
http://prolibertadprensa.blogspot.com/

No hay comentarios: