jueves, 24 de enero de 2008

Cubanos: negros y blancos,


De un tiempo a la fecha, algunas personas residentes más allá de nuestras fronteras se refieren a los negros cubanos, probablemente con buenas intenciones, como afros descendientes o afrocubanos. Los términos llaman la atención porque aquí nos vemos todos, de una forma u otra, como cubanos completos.

En Cuba, sólo queda un pequeño grupo de personas, residentes en la ciudad de Baracoa –la primera villa que se fundó en la isla- cuyos ancestros fueron los primitivos habitantes. Todos los demás descendemos de algún otro sitio.

He escuchado decir que mis lejanos antecesores son de Génova, en Italia. Como Roma, en su gran apogeo, conquistó todo lo que le dio la gana de conquistar, a lo mejor mis remotos antepasados realmente son de Israel o de alguna tribu gala.

Al final, de acuerdo con lo que se asegura científicamente hasta el momento, el primer ser humano surgió en África. Así que todos descendemos de allá.

En el grupo de jóvenes, seis o siete, con el cual se relaciona mi hijo de forma muy amistosa, está Jorge Luis. Es el más prieto de todos ellos, al extremo que todo el grupo lo llama El Negro. Es el mejor amigo de mi hijo. Cuando la madre de Jorge Luis se refiere a mi hijo, ella dice: “mi hijo Adolfo”.

Si se me ocurriera, cosa que no va a suceder, preguntar a mi hijo de donde desciende Jorge Luis, seguro que respondería de su mamá y su papá, que viven en la barriada de El Cerro. Y aunque no lo diga, va a pensar que a estas alturas, estoy con aprensiones racistas.

En Cuba, la cuestión racial nunca ha sido como en los Estados Unidos. La ignominia no llegó al extremo de que para ayudar a salvar a los negros, hubiera que permitirles regresar a África para fundar Liberia. No dudo que muchos esclavos en Cuba lo hubieran preferido.

Entre los tres estadios en que se sitúa la esclavitud para su estudio, parece que en Cuba la balanza se inclina hacia el paternalista.

La problemática actual de los cubanos negros es una cuestión de proyección social. Lo que la motiva, está a la vista de todos.
Ni eso, ni nada, se va a resolver en Cuba con que el régimen –bien puede hacerlo mañana mismo porque tiene todos los medios a su alcance- ponga personas negras, en un porcentaje acorde con la cantidad de habitantes con ese color de piel, en las distintas instancias gubernamentales, partidistas o estatales.

El capítulo del Black Power fue contraproducente para los negros estadounidenses. En Cuba, por demás, nada de eso es necesario. Aquí, negros, blancos y mulatos, todos somos cubanos. Para referirse a la mezcla, infinidad de veces se ha dicho que aquí, el que no tiene de congo, puede tener de carabalí.

El verdadero asunto negro que hay en Cuba es el régimen. Ese es el que nos machaca a todos, aunque tal vez algunos, por cuestiones específicas, se sientan más machacados que otros.

Creo, y en esto va un ruego, que las personas que se sientan motivadas sólo por las vicisitudes de los negros en Cuba, deben mostrar su preocupación hablando claramente de los negros cubanos, sin eso de afro descendientes o afrocubanos, Eso lo que hace es separarnos.

En Cuba, tuvimos la desgraciada experiencia del Partido Independiente de Color. Evaristo Estenoz y Pedro Ivonet lo crearon con terquedad, aún en contra de grandes hombres negros como Juan Gualberto Gómez y Martín Morúa Delgado. Eso abrió el camino pocos años después para los trágicos sucesos de la guerrita de 1912.

Cuando la democracia arribe a Cuba, tendremos que ocuparnos de muchas cosas interesantes e importantes para todos los cubanos. Si llega a ocurrir, por los motivos que sea, que haya en esos momentos que comenzar a ocuparse de cuestiones raciales, en ese mismo punto, todo el empeño por hacer de Cuba una Nación en toda la extensión de la palabra, habrá fracasado.

A modo de colofón, permítanme contarle que cuando estaba dando término a este comentario, llegó a la casa un amigo, médico de profesión. De inmediato, angustiado, desgranó un rosario de dificultades por las que asegura está atravesando.

Lo más pequeño que dijo es que está cansado y aburrido de todo. Es un profesional de más de 50 años de edad. Las dificultades y problemas que enumeró, no las tendría una persona como él en ninguna otra parte del mundo. Mi amigo es un hombre blanco, sin la menor mezcla racial. Si suena mejor, es caucásico. Un ario.
Arroyo Naranjo, 2008-01-22
fornarisjo@yahoo.com
http://prolibertadprensa.blogspot.com/

1 comentario:

Anónimo dijo...

Eso que todos los cubanos se ven de forma homogénea no te lo crees ni tú que lo escribistes. El sector de la población más pisoteado, vilipendiado y perseguido son los negros. Revisa los números de la población penal. Además, la Constitución de 1940 excluye explicitamente la formación de partidos por clase o por raza.¿Porqué te acuerdas ahora de la guerrita de los negros de 1912? Profeta mirando hacia atrás. ¿Quienes viven en los "llega y pones" máa infectos? El inyectar la hipocresia en la cuestión racial cubana no es algo nuevo... No importa si me llaman "afrocubano" o "botija verde" DAME MIS DERECHOS COMO SER HUMANO y no digas que como tu hijo juega con un negrito, la discriminación ha dejado de existir, porque eso sería legitimar la hipocrecía, demagogia, propaganda y mentira de los comunistas. Me gustaría verte negro y caminando a deshoras de la noche por cualquier calle de la Habana.