jueves, 24 de enero de 2008

Entre todos pero con respeto I, Juan González Febles


Un trabajo publicado el 9 de noviembre de 2007 en El Nuevo Herald, titulado ‘Entre todos’, llamó a una reflexión. Su autor es Oscar Peña, quien reside en Miami y es uno de lo fundadores de aquel mítico y primer Comité Cubano Pro Derechos Humanos. En la actualidad, Peña es director ejecutivo de dicha organización.

Con la mejor de sus intenciones, Peña llama al Gobierno Cubano e incluso a los opositores a ser más sensatos, más demócratas y a evitar considerarse los representantes absolutos de la verdad y la razón. Llama al Gobierno de los Castro o de la Familia Castro, que para el caso es lo mismo, a no tratar de imponer su voluntad. Todo esto es muy loable, pero el autor, por compasión o por miopía, pasa por alto una situación que llegó o llegará -antes de lo que todos quisiéramos- a su punto de no retorno.

Me refiero a las posiciones de otros, que al igual que el Gobierno de la Familia, contribuyen a crear una fotografía nacional que también afecta ‘la espontaneidad, la productividad y el civismo de nuestro pueblo’.

El Gobierno de la Familia ha creado mecanismos clientelares para socializar la miseria. Se convirtió en un estado patrón que castiga con prisión y fusilamiento la oposición a sus dictados. Pero además, lo hace con miseria y ninguneo si alguien rompe su molde de falsa unidad.

Duele decir que con excepción de la prisión y el fusilamiento, los mismos métodos de miseria y ninguneo, son usados por la otra punta de este círculo. Se hace desde esas que Martí llamó ‘las playas amargas el destierro’, se hace con los fondos que el pueblo y el Gobierno de los Estados Unidos consagran a la ayuda para el restablecimiento de la democracia en Cuba.

Estas y otras conductas han conformado una falsa fotografía para el mundo. De acuerdo a esta atípica imagen, se trata de la confrontación que enfrenta al Gobierno de los Estados Unidos y a una tenaz colonia de emigrados por una parte, contra la dictadura militar totalitaria de izquierda de la familia Castro, por la otra.

Los líderes surgen hijos de la lucha y de las circunstancias en que esta tiene que desarrollarse. Nadie puede desde la distancia fabricarlos. Tampoco puede hacerse a capricho con organizaciones internas en Cuba. No existe quien tenga la habilidad de pulsar una situación y valorarla con objetivad desde lejos. Apoyar no es ordenar, representar no es dirigir.

El Grupo de Apoyo a la Democracia (GAD), El Centro Para una Cuba Libre, el Directorio Democrático y la Universidad Internacional de la Florida (FIU) son los mayores detentadores de la ayuda concedida por el pueblo y el Gobierno de los Estados Unidos a la democratización de Cuba. Estas organizaciones han confundido de forma lamentable el rol que les corresponde jugar. Les cuesta comprender lo que señalamos anteriormente: Apoyar no es ordenar; representar no es dirigir.

Son estos grandes detentadores los principales responsables de que la tan traída y llevada ayuda sea tema para tantos desencuentros. Son estos y otros actores del exilio quienes crean esos grupos y esas iniciativas, que jamás prosperan en el suelo de Cuba.

Las iniciativas más exitosas llevadas adelante contra el régimen de la familia Castro, han nacido en Cuba: El Proyecto Varela, El Movimiento de Bibliotecas Independientes, Las Damas de Blanco, Prensa Independiente de Cuba y la Comisión Cubana de Derechos Humanos y Reconciliación Nacional, así lo ameritan.

Los bloques políticos opositores de mayor poder de convocatoria en la actualidad, también: Todos Unidos, Asamblea Para Promover la Sociedad Civil y el Movimiento Cristiano Liberación, son movimientos a escala nacional. Su liderato se forjó dentro de la Isla y continúa en la prestación de su inestimable servicio.

Quizás ya va siendo hora para que el Gobierno de los Estados Unidos, valore si ayuda incondicionalmente a la libertad en Cuba. O si prefiere hacerlo a través de actores que perdieron su oportunidad para entregar lo mejor de si mismos, en las tablas gloriosas del suelo de la patria y en las condiciones que estas tengan a bien dictar. Conviene valorar que el liderato opositor interno dentro de Cuba, se encargue de tal asignación de fondos sobre el terreno familiar que pisan y conocen. Esto, sin intermediarios infatuados de una importancia personal de la que carecen en todos los sentidos.

Los actores del exilio han sido exitosos para nombrar alcaldes y congresistas en los Estados Unidos, también lo fueron para crear riqueza y munificencia material. Este punto lo comparten con toda justicia con el resto de nuestra gente emigrada. Donde fallaron fue en nuestra tierra. No han comprendido esa elemental lección táctica que establece que la retaguardia apoya, abastece, quizás aconseja y nada más. Esto es algo que si tiene que resolverse entre todos, pero con respeto.
Lawton, 04/01/2008
jgonzafeb@yahoo.com
http://prolibertadprensa.blogspot.com/

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Gonzalez Febles, me encanta leer al filosofo de Lawton, pero a veces se le va la guagua, digo "el camello": el exilio de Miami no nombra alcaldes ni congresistas, porque son funcionarios electos por medio del sufragio universal, libremente emitido.

Anónimo dijo...

Sí, se te fue la guagua. Lo único que se debe hacer es leer el último párrafo de tu artículo. La proliferación de términos usados en la jerga militar nos da a entender cuales son tus sentimientos y orígenes ¿Qué guerra es la que tú estás peleando? ¿contra el exilio? ¿contra los americanos? como siempre, lo único bueno que viene de USA, son los dólares.