Santos Suárez, La Habana, diciembre 11 de 2008, (SDP) Este fue el “simpático” mote que se le ocurrió a la gran Diva del arte dramático Sarah Bernhard para calificar a los cubanos de principios del Siglo XX. Es habitual encontrarse en la historia estos términos irónicos hacia el contrario. Los pueblos de América son los que más han sufrido estos sarcasmos y también los delirios de grandeza que en algunos (y aclaro algunos) de los ciudadanos de los países colonizadores parecen gravitar ancestralmente.
Corría el año 1956. La revista italiana Settimo Giorno entrevista a Rossana Roxy, a quien llamaban la segunda Loren, mientras filmaba en La Habana junto a Errol Flynn la cinta The Big Bundle ( ¡Qué casualidad!, la traducción significa El Gran Paquete). Según la revista, ella le manda a su familia muchos regalos adquiridos en La Habana, ¨tan primitivos y exóticos como las costumbres de los nativos.” Esta actriz al igual que los chicos de la prensa italiana de esa época ignoraban que una compatriota suya, Floriana Alba, animaba un programa de televisión en La Habana, una técnica que poseían los nativos exóticos de Cuba y que en Europa, excepto Inglaterra, ninguna otra nación poseía.
Estas agresiones verbales y otras estupideces son tan viejas como la farola del Morro y tan modernas como las computadoras.
Observar en una película co-producida por España y Cuba , que las tropas españolas no eran las que cometían los desmanes, sino los guerrilleros cubanos que peleaban a favor de la Corona, (lo irónico es que la parte cubana se dejó poner el pie), leer en una revista española que los guerrilleros eran más numerosos que las tropas regulares; ver, además, en otro libro escrito por dos españoles acerca del Autonomismo, donde se exalta a este, al extremo que da la impresión de que había entre los cubanos más autonomistas que independentistas, lo que obliga a pensar que o los mambises eran Supermanes…o estamos ante otro intento de ciertos escritores para justificar errores cometidos por otros, en otras épocas. La política colonial reflejada en el Sr. Cánovas del Castillo de ¨pelear hasta el último hombre y la última peseta¨ es demostrativa del apasionamiento de los políticos españoles. El caso del Almirante Cervera es uno, el del Sr.General Valeriano Weyler merece un punto y aparte.
¿Por qué no se lee un libro publicado por españoles acerca de este genocida moderno? Ojalá me equivoque, pues de desconocimiento también se peca. Hay más libros sobre el nazismo escritos por los propios alemanes que por autores de otros países. De lo que sí estoy seguro es que la mayoría del pueblo español, (y el mundo en general) ignoran el genocidio cometido por este señor contra el pueblo cubano, 37 años antes (1896) que a los nacional-socialistas de Hitler se les ocurriera hacer lo mismo con el pueblo hebreo.
Hasta los esquimales del Polo Norte han visto fotografías de estos, que como cadáveres ambulantes parecían salidos del mismo Averno.
Si se colocara una foto de estos infelices cubanos de 1896 junto a las de los hebreos, sin pie de grabado, nadie sabría distinguir cuál es el cubano y cuál el hebreo.
Ahora que le ha dado a varios escritores extranjeros hacer tantos libros sobre Cuba, sería muy alentador que escribieran lo que se ignora de ella y no sólo de ese mundillo que revolotea alrededor de ellos (y de todo lo que huela a foráneo) porque aunque también son cubanos, son sólo una ínfima parte de la nación.
Como el resto del planeta, tenemos también otras historias que no han sido contadas y también otras muy mal contadas. Fuimos el segundo país del mundo en contar con un buque de vapor en 1819; el séptimo en tener ferrocarril, en 1837; el tercero en disfrutar la Televisión, en 1950; el 14 de febrero de 1936, un indio con levita cubano fue el segundo hombre en cruzar el Atlántico solo – de América hacia Europa- Otro hundió el primer submarino nazi en aguas del Caribe, el 15 de mayo de 1943. Para qué hablar de la cantidad de pensadores, artistas de todos los géneros y profesionales de toda índole que ha dado esta Isla por cantidad de habitantes en todos estos siglos, el breve espacio de un artículo no alcanza para descubrir el alma de una nación.
primaveradigital@gmail.com
Corría el año 1956. La revista italiana Settimo Giorno entrevista a Rossana Roxy, a quien llamaban la segunda Loren, mientras filmaba en La Habana junto a Errol Flynn la cinta The Big Bundle ( ¡Qué casualidad!, la traducción significa El Gran Paquete). Según la revista, ella le manda a su familia muchos regalos adquiridos en La Habana, ¨tan primitivos y exóticos como las costumbres de los nativos.” Esta actriz al igual que los chicos de la prensa italiana de esa época ignoraban que una compatriota suya, Floriana Alba, animaba un programa de televisión en La Habana, una técnica que poseían los nativos exóticos de Cuba y que en Europa, excepto Inglaterra, ninguna otra nación poseía.
Estas agresiones verbales y otras estupideces son tan viejas como la farola del Morro y tan modernas como las computadoras.
Observar en una película co-producida por España y Cuba , que las tropas españolas no eran las que cometían los desmanes, sino los guerrilleros cubanos que peleaban a favor de la Corona, (lo irónico es que la parte cubana se dejó poner el pie), leer en una revista española que los guerrilleros eran más numerosos que las tropas regulares; ver, además, en otro libro escrito por dos españoles acerca del Autonomismo, donde se exalta a este, al extremo que da la impresión de que había entre los cubanos más autonomistas que independentistas, lo que obliga a pensar que o los mambises eran Supermanes…o estamos ante otro intento de ciertos escritores para justificar errores cometidos por otros, en otras épocas. La política colonial reflejada en el Sr. Cánovas del Castillo de ¨pelear hasta el último hombre y la última peseta¨ es demostrativa del apasionamiento de los políticos españoles. El caso del Almirante Cervera es uno, el del Sr.General Valeriano Weyler merece un punto y aparte.
¿Por qué no se lee un libro publicado por españoles acerca de este genocida moderno? Ojalá me equivoque, pues de desconocimiento también se peca. Hay más libros sobre el nazismo escritos por los propios alemanes que por autores de otros países. De lo que sí estoy seguro es que la mayoría del pueblo español, (y el mundo en general) ignoran el genocidio cometido por este señor contra el pueblo cubano, 37 años antes (1896) que a los nacional-socialistas de Hitler se les ocurriera hacer lo mismo con el pueblo hebreo.
Hasta los esquimales del Polo Norte han visto fotografías de estos, que como cadáveres ambulantes parecían salidos del mismo Averno.
Si se colocara una foto de estos infelices cubanos de 1896 junto a las de los hebreos, sin pie de grabado, nadie sabría distinguir cuál es el cubano y cuál el hebreo.
Ahora que le ha dado a varios escritores extranjeros hacer tantos libros sobre Cuba, sería muy alentador que escribieran lo que se ignora de ella y no sólo de ese mundillo que revolotea alrededor de ellos (y de todo lo que huela a foráneo) porque aunque también son cubanos, son sólo una ínfima parte de la nación.
Como el resto del planeta, tenemos también otras historias que no han sido contadas y también otras muy mal contadas. Fuimos el segundo país del mundo en contar con un buque de vapor en 1819; el séptimo en tener ferrocarril, en 1837; el tercero en disfrutar la Televisión, en 1950; el 14 de febrero de 1936, un indio con levita cubano fue el segundo hombre en cruzar el Atlántico solo – de América hacia Europa- Otro hundió el primer submarino nazi en aguas del Caribe, el 15 de mayo de 1943. Para qué hablar de la cantidad de pensadores, artistas de todos los géneros y profesionales de toda índole que ha dado esta Isla por cantidad de habitantes en todos estos siglos, el breve espacio de un artículo no alcanza para descubrir el alma de una nación.
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