jueves, 4 de diciembre de 2008

SALOMÓN EN LA HABANA, Paulino Alfonso




Corría 1998. La Habana florecía de firmas extranjeras e inversionistas. El verde corría de mano en mano. Todo indicaba que “la cosa iba a cambiar para bien”

Los campesinos vendían sus productos en buenos precios y la población empezaba a recuperarse de la larga noche del PERIODO ESPECIAL.

Entonces, trabajaba, como Consultor en Apisun, única empresa exportadora de Miel y sus derivados en Cuba. Teníamos un pequeño competidor, en una firma Militar, Agrotex. Parece que el entonces Ministro de la FAR no se quería quedar fuera del circuito “donde los fulas te compran lo que tú quieras”, como dice la canción de mi compatriota, Willy Chirino.

Aparte de mis funciones en Apisun, colaboré, como interprete de inglés en reuniones de los directivos cubanos con la Firma holandesa OXFAM, gran cliente de Cuba desde la desaparición del Comunismo . A partir de entonces, fui asediado por jóvenes técnicos deseosos de saber la lengua de Whitman y Pound, lo que además de reconocimiento, me reportó, buenos ingresos.

También, llamó la atención de otros no tan jóvenes y sí más peligrosos, entre ellos, el Sr.José Llanuza Gobel, por entonces Director General de una empresa dedicada a la producción y comercialización de la Spirulina, subordinada realmente al MINFAR y nominalmente al Ministerio que dirigía el Cor Alfredo Jordán Morales. ¿No les parece que la línea que divide lo civil de lo militar en Cuba mide exactamente una centésima de milímetro? Pero vayamos al grano que el preámbulo terminó.

Fui citado por el Sr. Llanuza a una entrevista que resultó interesantísima, al menos para mí, ya que se trataba de servir de intérprete de unos inversionistas ¡israelíes! que le habían comunicado su interés en desarrollar programas mutuamente provechosos en Cuba.

Por entonces no conocía el ascendente hebreo de mi interlocutor ni la existencia en Cuba de una entidad Hebrea, bajo la dirección del Gral. de División Rafael Eytan, Rafik para sus amigos y distinguida familia , que lo acompañaban en su estancia cubana. Eso lo sabría después.

La entrevista transcurría hasta que llegamos a mis honorarios, que como buen hijo de Abraham, el Sr. Llanusa me regateó, al extremo de que terminamos en ese punto. No demorarían en ser aceptados. Entonces fui presentado a los Sres., Salomón Avganim y Jerry Singer, residentes, el primero en Boca Ratón, Florida, y Manhhattan, New York, el otro.

Los proyectos eran: Desarrollo e implementación de una Red de Comunicación satelital para el turismo y el sector de Salud, a través de un sistema conocido como VSAT. Esto correría a cargo de la empresa Israelí, GILAT y de la construcción en Cuba de una fabrica de teléfonos celulares.

Como patrocinador estaría el Ministerio de Comunicaciones de Cuba. Además de la instalación de elevadores panorámicos, cosa esta que respaldada por la compañía KFIR y lógicamente patrocinada por el Mintur, entonces regentado por el hoy desaparecido Lic. Ibrahim Farradaz, y el ultimo del portafolio, la modernización y automatización de las plantas pulperas en la esfera de la Alimentación.

Con la austeridad de los descendientes de Moisés, de más está explicar, que contrario a Robert Sajo, no hubo aquí cena promocional ni damitas alegres.

Nos entrevistamos con 2 Viceministros, un Gral. de Brigada ,dos Directores Grales. Y nos sentamos a esperar por las respuestas y de paso, a hablar mal de los árabes, en una espaciosa casa de “visita”, atendidos por un matrimonio de domésticos, muy complacientes y atentos tanto a nosotros como a los monitores de TV que cubrían la periferia de este paraíso en Miramar, situada al frente de la “chocita” del campeón–salsero, Sotomayor.

Pasaron 6 días y de forma extraña para mis empleadores, no tanto para mí, llegaron las invitaciones a reunirnos de nuevo con cada uno de los patrocinadores, casi en forma de programación Televisiva. Los Hebreos ,contentos y con mas fe que en el Becerro de Oro, se atildaron de Armanis, Guccis y hasta Ferragamo y se perfumaron con Yardley y Fahrenheit 101 para esta, la primera y única recepción, que fue con el entonces “poderoso” Sr. Linares, quien les comunicó que NINGUNA de la propuestas , referentes a Comunicación había sido aprobada , adivinen por quien: por la Superioridad ,ya que en el primer caso, contar con sistemas de comunicación cuyos protocolos dependiesen del ENEMIGO , era suicida. El segundo, había cosas mas importantes que la frivolidad de un celular en la cintura de los cubanos.

¡Como han cambiado los tiempos¡ El enemigo, sin embargo sigue ahí y Telecom utiliza hoy esos servicios. Con este baño frío, era de esperar que a las próximas reuniones, lo más elegante, no pasara de Levi Strauss, Old Navy y Reebok y no duraran más de 15 minutos.

Descorazonados, los descendientes de Josué se entregaron (para mi beneficio) al turismo, en el occidente cubano. Ahí pude conocer esa república secesionista, pero maravillosa, de Varadero y Cayo Coco.

En el intermedio de un Show digno del Mandalay, Shlomo (Salomón), me preguntó: ¿Como es posible que un pueblo como Uds., pueda estar tan encanallado y hambreado? A lo que le contesté “de la misma forma que Uds. aguantaron el Ghetto, Auschwitz y otras delicias del nazismo y sus verdugos”. Bajó la cabeza y me dijo: tienes mucha razón, cubano y seguimos hablando de Billy Joel y Moisés Simmons. Al amanecer partieron para nunca más (al menos con estos Señores), volver.
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