jueves, 11 de diciembre de 2008

LOS CAMARADAS REGRESARON SEÑORES, Guillermo Fariñas Hernández


Santa Clara, Villa Clara, diciembre 11 de 2008, (SDP) Los residentes en Cuba desconfían que de nuevo los hermanos Fidel y Raúl Castro apuesten al caballo perdedor. Saben que los integrantes de este binomio, adictos a gobernar mediante la tiranía, no tienen un solo pelo de tontos. Recelan con la nueva actitud de Rusia. Moscú no los engaña como en tiempos pretéritos.

En los medios de difusión masiva al servicio del castrismo se ha tratado de dar a entender a los incautos cubanos que el sistema socialista de la isla tiene algún futuro porque volverá el respaldo incondicional en insumos necesarios de los otrora líderes del campo socialista mundial.

A dos noticias se les ha tratado de sacar ganancias políticas netas. La primera es la maniobra naval militar entre una flotilla de barcos militares rusos y la marina de guerra del gobierno de Venezuela. En el manejo de esta información, los periodistas oficialistas de la isla presagian el regreso de la confrontación entre las potencias. La otra es respecto a la breve visita efectuada a Cuba por el Presidente de la Federación Rusa Dimitri A. Medvedev, durante los días 27 y 28 de noviembre del 2008.

Lo corto del tiempo en que el visitante estuvo en el archipiélago cubano, menos de 48 horas, puede dar una idea de cómo andan las relaciones.

Esa eterna batalla Inteligencia versus Contrainteligencia que está presente a cada paso en este planeta, siempre se caracteriza por dos axiomas inamovibles. No existen reglas y por lo tanto, vale todo. La única norma aceptada es que lo aparente a la vista, siempre resulta un engaño a lo interno del asunto.

Debido a su estado de desesperado control político, el equipo gobernante de raulistas trata de representar lo que no es. Para ello, tratan de fingir amistosas sonrisas y simular efusivos abrazos ante las cámaras de televisión o los ávidos fotógrafos de los medios extranjeros de prensa.

Se convierte en algo vital e importante, para ganar tiempo y tratar de mantenerse en el poder un día más, que aquellos miembros de la nomenclatura más cercanos a los Castro puedan embaucar a sus gobernados con la apócrifa idea de que regresa por sus fueros nuevamente la Guerra Fría.

Dicen que las ayudas en alimentos, financieras y en materias primas regresarán, que todo será como en las décadas de los años 60, 70 y 80 del pasado siglo XX. Aunque no se dijo oficialmente, ya el aparato de contrainteligencia echó a rodar el rumor, a manera de filtraciones, desde las cúspides fidelistas.

Intentan que unos iracundos ciudadanos que ven arribar al hambre para sus familiares cercanos no tomen soluciones desesperadas de enfrentar a las autoridades como en las inolvidables jornadas de los años 1992 al 1995, cuando los apagones, la falta de transportes públicos y de alimentos, casi colapsaron el sistema social.

Incluso dentro de las supuestas confidencias salidas del Palacio de la Revolución tras el arribo del presidente Medvedev, una llama la atención de los analistas. Es la referida a la reactivación de la Base de Lourdes, para el espionaje electrónico ruso a los Estados Unidos de América.

Es necesario leer entre líneas los artículos y partes de prensa, todos tocantes a los acuerdos logrados entre los gobernantes cubanos y rusos. Se aprecia la búsqueda de un mercado en América Latina a los poco competitivos productos rusos, para lograr expandir su contraída producción.

Algo que llama poderosamente la atención de los curiosos es la ratificación de que Rusia desea que Cuba pague la deuda. Analistas económicos como Oscar Espinosa Chepe o Paulino Alfonso Estévez la colocan en cifras que fluctúan entre los 35 mil y los 42 mil millones de dólares.

Los eslavos aspiran a ser potencia mundial, pero no sólo en el aspecto militar. También desean un día constituirse en una fortaleza financiera, para dejar de ser un gigante con débiles pies de barro. Conocen de las artimañas de los dirigentes políticos cubanos, pero las disfrutan con picardía y se burlan de ellas.

Aquellos antiguos soviéticos ahora juegan a ser buenos capitalistas rusos. Mientras, los cubanos de a pie fingen que creen las mentiras del gobierno.

Al retornar como trastocados ex – comunistas, para que les paguen la deuda de la solidaridad socialista, como ocurre en los malos filmes, los camaradas regresaron señores.
cocofari62@yahoo.es

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