jueves, 4 de diciembre de 2008

LLEGAR A TIEMPO, Luís Cino



Arroyo Naranjo, La Habana, diciembre 4 de 2008 (SDP) Con su ingreso al Grupo de Río, Cuba dio otro paso hacia la integración latinoamericana. Sólo que no de la mano del venezolano Chávez, sino del brazo del brasileño Lula. Hugo Chávez es demasiado temperamental e impredecible y ahora que baja el precio del petróleo y aumenta el número de votos opositores, Cuba tiene que buscar alternativas al ALBA. No es cosa de volver a quedarse agarrados de la brocha, como pasó cuando se desintegró la Unión Soviética.

El Gobierno Revolucionario afirmó estar muy satisfecho por su admisión en el Grupo. No es para menos. Aunque sea a una cena frugal, vale más llegar a tiempo que ser invitado.

La nota oficial que daba cuenta de su regocijo fue firmada por el Gobierno Revolucionario. Suena anacrónico luego de 50 años en el poder, pero así firmaron. Sin nombres. Como en los tiempos anteriores a la institucionalización de 1976. Entonces no hacía falta una Constitución (por muy socialista que fuera) ni aclarar quien era el Gobierno Revolucionario.

Tal vez con la sucesión raulista, las cosas no cambiaron tanto como parece y ahora tampoco haga falta decir quien es el Gobierno Revolucionario. ¿O es esa precisamente la impresión que quieren dar los sucesores?

El gobierno cubano, luego de tanto atizar las llamas de la guerra revolucionaria en Centroamérica, por no estar en el Grupo de Contadora (la génesis del grupo de Río), no pudo contribuir a los procesos de paz en la región. Tal vez por no ser menos, en vísperas del ingreso de Cuba al Grupo de Río, el Consejo de Estado se apresuró a lanzar un libro de Fidel Castro donde destaca sus aportes a la paz en Colombia.

El libro apareció en el momento preciso. En tiempos del socialismo del siglo XXI, las guerrillas son demodé. Tiro Fijo Marulanda, que tan inoportuno, majadero y poco complaciente fue con el Comandante, ya no está al frente de las FARC. Arde hace meses en el infierno. Sus bandas andan por la selva, con sus rehenes a cuestas, poco menos que en desbandada.

Hugo Chávez, el Gabo, los reporteros de Telesur y Piedad Córdoba, la senadora con turbante, deben dar brinquitos de felicidad con el libro del Compañero Fidel.

El gobierno cubano está de pláceme porque sin cláusula democrática ni otras zarandajas, entró al Grupo de Río. Todo gracias a las deudas sentimentales de Lula con la izquierda más militante y, sobre todo, al apetito de Petrobrás por el petróleo cubano que todavía está por aparecer en el Golfo de México.

Es para preocuparse la posibilidad de que en definitiva, aparezca en el mar el dichoso petróleo que tanto interesa a Lula, Petrobrás, Repsol, PDVESA y los rusos. También interesará a las compañías yanquis, que cabildearán en el Congreso lo mismo una intervención de la 82 División Aerotransportada que el levantamiento del embargo y la normalización de las relaciones.

El petróleo, si aparece y no está demasiado cargado de azufre, pudiera lograr la eternización de la dictadura. Cuba pasaría del koljós productor de plátanos y boniatos para la subsistencia a ser un sultanato petrolero, miembro de la OMC, con cláusula de nación más favorecida en el comercio con los Estados Unidos. Tendría en común con la vía china que ansían algunos mandamases, el partido único, la falta de libertades democráticas y las violaciones de los derechos humanos.

Pero, luego de tanto apañar y tirar la toalla a los sucesores, el presunto petróleo de las aguas del Golfo en manos de las empresas yanquis no sería del agrado de Petrobrás, Repsol, PDVESA y los inversionistas europeos. Menos aún de Rusia, que ya tiene su flota de guerra en el Caribe y una catedral ortodoxa en La Habana.

Tal vez que Cuba forme parte del Grupo de Río pueda ayudar a cambiar el escenario mucho más que Chávez, Ahmadinejad o los barcos de guerra de Medvedev. Puede que, con la ayuda de México, Brasil y España (no faltaba más) empiece el aterrizaje suave y sin presiones ni traumas, la lenta disolución de la dictadura totalitaria con que sueñan Zapatero y Moratinos.

Por si acaso, los generales y tecnócratas de la sucesión colegiada, a falta de soluciones para el desastre, juegan con todas las cartas.
luicino2004@yahoo.com

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