¿Los jóvenes cubanos son nacionalistas? Quizás. Se les ve en el primer bastión de los desfiles y tribunas antiimperialistas. Con discursos bien pensados, un verbo profundo y seguro. Agradecen a la “Revolución” por lo que tienen. Sin embargo, no todo es lo que parece.
Tal vez la juventud cubana respalde al socialismo. Si es así, ¿por qué no esta presente en los principales órganos de dirección política? Una sencilla razón: hubo error de cálculo en la creación del nuevo hombre. La retórica es diferente a la realidad en la que se le moldeó.
A las nuevas generaciones de cubanos se les formó para obedecer. Acudir a los llamados de la “Revolución” era el primer sentido del deber. La cuestión es sencilla, cumplir las órdenes que vienen de arriba. Esas no se discuten aunque contradigan la realidad que se vive.
Desde pequeño tienes que jurar lealtad a la patria. No es obligatorio, pero tampoco es opcional. Si eres pionero, cuando te den la pañoleta tienes que repetir “pioneros por el comunismo, seremos como el Che”. ¿Qué puede saber un niño de seis años lo que es el comunismo?
Si comienzas el preuniversitario o la universidad, se sobreentiende que perteneces a la Federación Estudiantil de la Enseñanza Media (FEEM) o a la Federación Estudiantil Universitaria (FEU) respectivamente. Nadie te pregunta si quieres formar parte de la organización. Sencillamente, en un acto político repites lo mismo que todos: “juro defender esta revolución…”. Todo sin reflexionar.
A eso nos enseñaron, a actuar sin pensar en las consecuencias. Resultado: una juventud difusa que piensa diferente de cómo actúa.
Como puede pedírsele a un universitario que luche contra las ilegalidades y la corrupción, si tiene que recurrir al mercado negro para comprar una libra de aceite de cocinar porque sus padres son dirigentes del Partido Comunista de Cuba y no pueden hacerlo personalmente o porque no hay lugar donde comprarlo.
No interesan los principios o tener doble moral. Lo primero es el sacrificio y el compromiso con la revolución que te da estudios gratuitos. No te fuerzan ir a un trabajo voluntario, pero cada cual sabe lo que le conviene.
Si sueñas con ser un profesional, tienes que ser primero revolucionario. Eso implica asumir responsabilidades para las que no estás preparado. Lo elemental es hacer, no importa bien o mal y mucho menos los resultados.
Lo esencial no es salvar vidas, sino completar el personal médico. No es educar un niño, sino cubrir las aulas con maestros. Hay déficit de fiscales y jueces, no importa. Los egresados de la Facultad de Derecho de la Universidad de La Habana por el camino adquieren la experiencia necesaria para impartir justicia. Resultados: la salud, la educación, la libertad y los derechos de este pueblo, están totalmente destruidos.
Participar en los desfiles del primero de mayo te certifica el aval para ocupar un buen puesto de trabajo después que te gradúes, que está garantizado si tienes el carné de la Unión de Jóvenes Comunistas. Eso puede calificarse con cualquier adjetivo, menos con nacionalismo.
laritzadiversent@yahoo.es
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