jueves, 11 de diciembre de 2008

CLASES VIVAS DE IDEAS CORTAS, EDITORIAL # 50

En 1958 muchas familias adineradas contribuyeron decisivamente al esfuerzo insurreccional de Fidel Castro. Hacendados, armadores e industriales aportaron jugosas sumas para que el triunfo de Fidel Castro fuera una realidad. Muchos entre ellos deseaban la caída de Fulgencio Batista, porque aquel general presidente era mestizo. Deseaban sacar ‘al negro’ de la silla presidencial.

La aristocracia criolla de aquellos momentos adolecía de serios prejuicios raciales. El enfrentamiento soterrado que sostenían con Batista, estuvo dado por sus estúpidos y mal intencionados prejuicios. El resto es historia conocida. El comandante blanco, agraciado e hijo de terratenientes hizo realidad sus más terribles pesadillas. Entonces huyeron y hasta este día, siguen a la espera del regreso, dispuestos a derramar hasta la última gota de sangre del último marine norteamericano, en aras de derrocar a Castro.

Aquella aristocracia desmereció mucho en comparación con los aristócratas cubanos del siglo XIX. Se resintió la ausencia del Marqués de Santa Lucía, de Aguilera, de los Simoni o de los Aldama. Nos dejaron a cambio, licoreros, navieros, hacendados, colonos, políticos miopes y algunos nobles de poca monta que se largaron en ruidosa estampida con rumbo norte. Estos dejaron a los Castro y a su tropa maniguera una riqueza tan generosa, que con todo y su mala leche, tardaron casi cincuenta años en destruir.

Varias décadas y algunos desengaños después, opinaron sesudamente y aún lo hacen, que levantar las restricciones al envío de remesas y a los viajes, entregará riquezas a la dictadura. Olvidaron que su estampida de cincuenta años atrás, relevó a la familia Castro de la onerosa tarea de construirse las casas que habitan y que están dispuestos a retener aún si tuviera que ser derramada hasta la última gota de sangre del último cubano de a pie.

Pues bien, la Sra. congresista norteamericana Ileana Ros Lethinen, le colgó dos veces el teléfono al presidente electo Barack Obama. Aunque la Sra. Ros alegó posteriormente que pensó ser víctima de una broma mediática, quedan en el aire tantas dudas, que el asunto da para pensar o como en este caso, recordar. La misma gente rechaza a otro presidente, por los mismos prejuicios, basados en aritmética de pigmentos o en el aburrimiento opulento carente de ilustración que se llevaron de Cuba en 1959. Desde aquellos momentos y hasta hoy, demostraron ser clases vivas de ideas cortas, poco para el gusto y la necesidad de la Cuba que lucha y sufre.
SDP

1 comentario:

Anónimo dijo...

Excelentes articulos y editoriales, pero falta motivar a mas lectores a llegar hasta esta pagina muy superior en contenidos al Blog de Yoani, sin desmeritar este ultimo.
Incluir elementos fotograficos y otros elementos que provee Blogger.
Adelante.