La Habana, diciembre 4 de 2008 (SDP) Pasé por alto en el artículo anterior un aspecto importante. Me refiero a la relación de nombres de los miembros del primer Consejo Ejecutivo Nacional del PSD desde su fundación en diciembre del 93 y que posteriormente en el 94 crearan una delegación del partido en la Base Naval de Guantánamo y a los que debí hacer justicia e incluirlos. Ellos son: Carlos Goicolea Vázquez, el escritor David Buzzi Gallegos (fallecido), Carlos Milián Herrera, María de las Mercedes Pedroso LLanes, Tomás Curbelo de la Sierra Jesús Díaz García, Heriberto Casanovas e Iván Curra de la Torre.
A mediados de 1994 empezamos a confrontar algunos problemas de descontento por el actuar de Elizardo Sampedro Marín, primer presidente y creador de nuestro partido. Su participación directa promoviendo la salida hacia la Base Naval de Guantánamo, durante la “Crisis de los Balseros”, de varios importantes dirigentes del partido, comenzó a mermar su liderazgo en las filas de la organización.
Al parecer, la aceptación y la popularidad que rápidamente conquistara el PSD, influyeron notablemente para que su presidente fuera reconocido y obtuviera un renombre dentro y fuera del país. Nuestro líder no supo enfrentar toda esa fama con modestia, transparencia y honestidad. La toma de decisiones unilaterales, el protagonismo personal y la corrupción hicieron mella en su personalidad y puso en alerta al Consejo Ejecutivo. Fueron razones más que suficientes para que una pequeña fracción del Consejo se reuniera con Sanpedro Marín a principios de 1995 y lo destituyera, con lo cual Adolfo Fernández Sainz y yo no estuvimos de acuerdo. Nuestro desacuerdo tuvo varios motivos.
En esa reunión se produjo una violación del Reglamento Interno porque apenas fueron seis miembros del Consejo Ejecutivo los que removieron al presidente y no el Ejecutivo en pleno, incluyendo también a los delegados provinciales.
Héctor Palacios Ruiz, nuestro vicepresidente, se encontraba preso en Santa Clara cumpliendo una sanción de 13 meses desde la primavera de 1994. Palacios había viajado a esa ciudad con su esposa Gisela para participar en una reunión del partido y de paso, visitar a sus familiares. Allí fue arrestado por la Policía Política.
Las acusaciones imputadas al presidente eran ciertas, pero el procedimiento no era correcto porque violaba la institucionalidad de la organización. Mi propuesta era esperar por la salida de Palacios de la cárcel y convocar a elecciones. Además, como yo ocupaba la vicepresidencia en funciones por Palacios, me correspondía ser el presidente para lo cual no estaba preparado. La proposición no progresó y de todas formas tuve que asumir dicha responsabilidad pero por muy breve tiempo.
Efectivamente, Sampedro Marín, quien redactara todos los documentos institucionales del partido se dio cuenta rápidamente de que se había violado el reglamento y 72 horas después convocó a otra reunión con el Consejo Ejecutivo Nacional en pleno. Fue restituido como presidente y expulsó a algunos miembros del Consejo que según él, organizaron el complot. La reunión se efectuó en la vivienda de Marcos Fiallo Samper, ubicada en Centro Habana. Fiallo Samper como se sabe es fundador del PSD y uno de sus más honestos líderes.
Palacios fue puesto en libertad un par de meses después, y decidimos esperar a que Sampedro Marín cometiera otro error. No obstante, la espera no resultó prolongada, ya que a mediados de 1995, éste envió al Congreso de Estados Unidos una declaración apoyando la Ley Helds Burton con decenas de firmas falsas, entre ellas, las de notables líderes opositores
Expulsado Sampedro Marín del PSD, se realizaron las elecciones en agosto de ese mismo año. Es bueno aclarar que Palacios no sustituyó a Sanpedro Marín, si no que tanto él como yo fuimos electos democráticamente en el mencionado proceso electoral celebrado en mi domicilio. El nuevo Ejecutivo Nacional se conformó por designación del presidente y el vicepresidente y quedó integrado de la siguiente manera: Héctor Palacios Ruiz, Presidente; Fernando Sánchez López, Vicepresidente; Gisela Delgado Sablón, Frente Femenino; Rogelio Travieso Pérez, Derechos Humanos; Adolfo Fernández Sainz, Relaciones Internacionales; Pablo Silva Cabrera, Delegado Prov. Habana; Ángel Rubén Rodríguez González, Asuntos Campesinos. Además Reinaldo Hernández Cardona, Jesús Toledo Terrero, Rubén A. Casal Fernández, Maricela Pompa Espinosa, Antonio Torres Justo, Marcos Fiallo Samper y Evaristo Raúl Estévez Morales.
Así, comenzamos a trabajar con gran entusiasmo y nuevos bríos. Múltiples fueron las reuniones, actividades, declaraciones y documentos en los que trabajamos. Como vicepresidente, mi trabajo era agotador pero lo realizaba con verdadero placer. Tuve que viajar muchísimo a casi todas las provincias del país en varias ocasiones. Sin quererlo, me había especializado en resolver problemas internos provocados por violaciones del reglamento, indisciplinas y afán de protagonismos personales que afloraban en algunas delegaciones.
Desde luego, la mano de la Policía Política estuvo presente en la mayoría de los casos. Tratar de destruir o cuando menos, crear conflictos y divisiones en las delegaciones provinciales de nuestro partido era la función principal de los órganos represivos, dado el gran número de activistas que teníamos en todo el país. Pero de nada sirvieron las provocaciones ante la gran unidad que pudimos lograr en esos años.
El 10 de diciembre de 1995 celebramos el III Aniversario del PSD, por primera vez en mi domicilio. La decisión fue tomada en el apartamento de Palacios durante una reunión del Ejecutivo a causa de que días antes, oficiales de la Policía Política se presentaron en el lugar y lo amenazaron con llevarlo a prisión si se celebraba la fecha en su residencia en el Vedado.
Es justo decir que el primero en estar de acuerdo con aquella decisión fue precisamente Héctor Palacios, quien podría ser llevado a prisión por desacato, como sucedió después. Para todos nosotros era muy importante, desde el punto de vista político, efectuar dicha actividad. No estábamos en la disposición de otorgarle tal beneficio a la Policía Política. Nuestra percepción era que por ningún concepto la tradición de festejar nuestro aniversario debía interrumpirse.
Ese propio mes de diciembre, días antes de finalizar el año, Palacios fue detenido y llevado a prisión bajo el cargo de desacato a la figura del presidente cubano. En el juicio, celebrado unos meses después, el 4 de septiembre de 1997, en el Tribunal del municipio Plaza, Palacios Ruiz fue condenado a 18 meses de privación de libertad.
Los motivos de esta segunda condena se originan cuando el mencionado opositor criticó duramente, en una entrevista ofrecida a la prensa extranjera como presidente del PSD, al gobierno cubano por no cumplir los acuerdos firmados en la Cumbre Iberoamericana de Viña del Mar, Chile. Trece meses después de su detención, en febrero de 1998, Palacios fue puesto libertad, gracias a la solicitud de excarcelación que hiciera el Santo Padre Juan Pablo II a las autoridades durante su visita a Cuba, en enero de ese mismo año.
primaveradigital@gmail.com
Nota: Fernando Sánchez López es presidente del Partido Solidaridad Democrática, miembro de la Internacional Liberal y de la Convergencia Liberal Cubana
1 comentario:
Soy Ivan Curra de la Torre y sali de Cuba en el Yate "Arcoiris" el 31 de agosto de 1994 junto a una delegacion del Consejo Ejecutivo del PSD hacia la Base Naval de Guantanamo. Suscribo lo que dice el señor Fernando Sanchez.
Publicar un comentario