jueves, 17 de julio de 2008

DEPORTES: Dos tazas de chocolate, Odelin Alfonso Torna


Arroyo Naranjo, La Habana, julio 17 de 2008, (SDP) Ya es noticia la derrota de la selección cubana de béisbol frente a un equipo universitario norteamericano. La prospera ciudad costera de Haarlem, en Holanda, vio caer a una de las novenas favoritas en el torneo. El joven cuarto bate del seleccionado estadounidense, Jared Clarke, enderezó un rompimiento del criollo Vicyohandry Odelin y puso delante con un cuadrangular a su equipo en la parte alta del sexto innings.

Haarlem fue el preámbulo para la cita olímpica de agosto próximo, en la ciudad China de Beijing. Sólo dos reveses se adjudico la selección cubana de béisbol, dirigida por el estelar santiaguero Antonio Pacheco, ambos frente al elenco norteamericano.

No quiero detenerme en pronosticar cuales serían los resultados olímpicos de nuestra selección nacional de Béisbol, conjunto limitado al fogueo internacional y a merced de lemas y consignas que enarbolan el “deporte revolucionario”.

Lejos de Haarlem, ciudad que seduce por sus exóticos licores y chocolates, se encuentra La Habana. En la Capital cubana existen instalaciones deportivas destinadas a la práctica del béisbol. Hoy en estos terrenos se aprecia un deterioro originado por el vandalismo, la falta de gestión y el mantenimiento requerido a cargo del Instituto Nacional de Deporte y Recreación (INDER).

Esta añeja problemática, sobre maltrechos e insuficientes espacios destinados para topes y entrenamientos de las futuras promesas del béisbol cubano (las categorías 11 y 12 años, 15 y 16 años), no estuvo en los debates de la agenda raulista en la primera sesión ordinaria de la VII Legislatura de la Asamblea Nacional del Poder Popular.

Dentro de la avalancha de comisiones, propuestas y programas impulsados por una Asamblea Nacional del Poder Popular que se espabila en los predios del parlamento, estadios como el Rafael Conte, el Ciro Frías o el conocido Cardona y sus áreas aledañas son victimas de la ceguera gubernamental.

No creo que el INDER trate de eludir compromisos anclados en el horizonte, aún cuando su tajada dentro del presupuesto anual no sea suficiente como para comprar la cubierta de la gradería del terreno Rafael Conte, ubicado en el barrio capitalino de Lauwtón, municipio Diez de Octubre.

Nos satisface el último estudio a cargo de la Oficina Nacional de Estadísticas, que arroja una esperanza de vida de 77, 97 años para el ciudadano cubano. Al mismo tiempo nos preguntamos ¿que promedio de vida puede alcanzar el Cardona o el Ciro Frías, con parte de su cerca perimetral tirada sobre el terreno, puerta abierta a un vandalismo desmedido?

Alcanzo ver desde mi óptica beisbolera, policías habaneros y maestros de la tercera edad luchando a brazo partido por un “socialismo de nuevo tipo”, con impuestos y leche de vaca por doquier.

No imagino que será del “deporte revolucionario” en la base, ahí donde los párvulos sueñan en sus terrenos maltrechos, estar en una de las novenas cubanas, topando en Haarlem o en el clásico mundial.

A pesar de la derrota del seleccionado nacional de béisbol en la ciudad portuaria holandesa, Cuba llegará a Beijing con un average de 917, treinta y tres juegos ganados y tres perdidos en citas olímpicas.

Ya presenciamos como los muchachos de Antonio Pacheco, por no querer caldo, recibieron en Haarlem dos tazas de chocolate caliente. Si fallan en el intento por alcanzar el oro olímpico, no todo estará perdido. Ganará el “deporte revolucionario, derecho de todo el pueblo”. Con o sin recursos y presupuestos, ¿Quién suele ser más vieja que la Habana?
Arroyo Naranjo 2008-07-15
odelinalfonso@yahoo.com




























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