Arroyo Naranjo, La Habana, 31 de julio de 2008, (SDP) El enojo del compañero Fidel Castro llegó al punto, que de ahora en adelante, ningún pelotero traidor, visitará después el país “para exhibir los lujos obtenidos con la infamia”.
El selecto grupo de 24 jugadores del equipo nacional de béisbol, viajará a Beijing a punta de pistola y con la cartilla leída.
La alerta para los expatriados en el juego de las bolas y los strikes quedó plasmada en las reflexiones de Fidel, publicadas el miércoles 17 de julio, en el periódico Juventud Rebelde.
Para el ex presidente, la novena cubana no es merecedora de la sarta de críticas que se abalanzó sobre ella por su pobre desempeño en Haarlem. El propio Randy Alonso, conductor del programa televisivo Mesa Redonda, recibió un tirón de orejas del reflexivo en jefe por su crítica a los peloteros cubanos.
Una cosa no quedó clara en el texto tomado de CubaDebate, el mismo que apenas abarcó media página en Juventud Rebelde. Ahora nos preguntamos si el pitazo, a raíz de la indigna derrota a manos de un equipo universitario de los Estados Unidos, fue sólo para peloteros.
Sabemos, que cuando se trata del enemigo, las testosteronas antiimperialistas del convaleciente varón de la revolución, se atrincheran ante cualquier asomo de deslealtad.
Si bien el béisbol lidera el índice de deserción por modalidad deportiva en cincuenta años de revolución, ¿a que viene la exclusión del receptor de Pinar del Río (la más occidental de las provincias de Cuba), Yosvani Peraza, del equipo olímpico?
No sólo la afición cubana estuvo en desacuerdo con la exclusión de uno de los enmascarados pinareños. Algunos comentaristas deportivos se pronunciaron al respecto por creerlo una pifia del manager de la selección cubana, Antonio Pacheco.
En dos de los partidos celebrados en el torneo que hace unos días concluyó en Haarlem, Holanda, el propio Antonio Pacheco sentó en el banco a Peraza, acción que también fue criticada por los comentaristas deportivos de la prensa oficial.
Tal vez se entienda, o sea otra de las excusas, la tesis de asegurar la defensiva en la primera almohadilla. Al salir también de la nómina el inicialista Yoandri Garlobo, quedó sólo como único defensor de la inicial, el industrialista Alexander Mayeta. Entonces, era necesario optar por dejar a otro de los receptores, el espirituano Eriel Sánchez en lugar de Peraza, jugador que en ocasiones puede desenmascararse y defender la primera base.
No debemos pasar por alto, que cada movimiento de jugadores está avalado desde la Habana por el alto mando del Comisionado Nacional de Béisbol. Desde Cuba, se trazan las pautas y se decide quienes son los posibles desertores ante la propuesta de un cazador de talentos deportivos.
El propio hijo del convaleciente Fidel Castro, el médico ortopédico Antonio Castro, que a su vez es el segundo al mando en la Comisión Nacional de Béisbol, dijo en Corea del Sur que la selección cubana “presenta una adecuada predisposición psicológica y existe entre ellos una buena dinámica de grupo”.
En estos momentos, a pocos días de la cita olímpica, no creo que el desánimo se apodere del todo del gremio beisbolero y su afición. A pesar de ser otro de los eslabones politizados del régimen, le vamos a Cuba en la disputa por la medalla de oro.
Espero que Josvani Peraza no se amilane y dé todo de sí como siempre lo ha hecho en cada Serie Nacional. El seleccionado de Pinar del Río se lo agradecerá, el mismo equipo donde militaron los hoy jugadores de las Grandes Ligas de EUA, José Ariel Contreras y Alexei Ramírez.
El reflexivo Fidel se encargará de cerrarle la portería a quienes se vendan por unos cuantos dólares al enemigo. Hasta en el deporte, ser cubano al cien por ciento, tiene su precio.
Arroyo Naranjo, 2008-07-28
odelinalfonso@yahoo.com
El selecto grupo de 24 jugadores del equipo nacional de béisbol, viajará a Beijing a punta de pistola y con la cartilla leída.
La alerta para los expatriados en el juego de las bolas y los strikes quedó plasmada en las reflexiones de Fidel, publicadas el miércoles 17 de julio, en el periódico Juventud Rebelde.
Para el ex presidente, la novena cubana no es merecedora de la sarta de críticas que se abalanzó sobre ella por su pobre desempeño en Haarlem. El propio Randy Alonso, conductor del programa televisivo Mesa Redonda, recibió un tirón de orejas del reflexivo en jefe por su crítica a los peloteros cubanos.
Una cosa no quedó clara en el texto tomado de CubaDebate, el mismo que apenas abarcó media página en Juventud Rebelde. Ahora nos preguntamos si el pitazo, a raíz de la indigna derrota a manos de un equipo universitario de los Estados Unidos, fue sólo para peloteros.
Sabemos, que cuando se trata del enemigo, las testosteronas antiimperialistas del convaleciente varón de la revolución, se atrincheran ante cualquier asomo de deslealtad.
Si bien el béisbol lidera el índice de deserción por modalidad deportiva en cincuenta años de revolución, ¿a que viene la exclusión del receptor de Pinar del Río (la más occidental de las provincias de Cuba), Yosvani Peraza, del equipo olímpico?
No sólo la afición cubana estuvo en desacuerdo con la exclusión de uno de los enmascarados pinareños. Algunos comentaristas deportivos se pronunciaron al respecto por creerlo una pifia del manager de la selección cubana, Antonio Pacheco.
En dos de los partidos celebrados en el torneo que hace unos días concluyó en Haarlem, Holanda, el propio Antonio Pacheco sentó en el banco a Peraza, acción que también fue criticada por los comentaristas deportivos de la prensa oficial.
Tal vez se entienda, o sea otra de las excusas, la tesis de asegurar la defensiva en la primera almohadilla. Al salir también de la nómina el inicialista Yoandri Garlobo, quedó sólo como único defensor de la inicial, el industrialista Alexander Mayeta. Entonces, era necesario optar por dejar a otro de los receptores, el espirituano Eriel Sánchez en lugar de Peraza, jugador que en ocasiones puede desenmascararse y defender la primera base.
No debemos pasar por alto, que cada movimiento de jugadores está avalado desde la Habana por el alto mando del Comisionado Nacional de Béisbol. Desde Cuba, se trazan las pautas y se decide quienes son los posibles desertores ante la propuesta de un cazador de talentos deportivos.
El propio hijo del convaleciente Fidel Castro, el médico ortopédico Antonio Castro, que a su vez es el segundo al mando en la Comisión Nacional de Béisbol, dijo en Corea del Sur que la selección cubana “presenta una adecuada predisposición psicológica y existe entre ellos una buena dinámica de grupo”.
En estos momentos, a pocos días de la cita olímpica, no creo que el desánimo se apodere del todo del gremio beisbolero y su afición. A pesar de ser otro de los eslabones politizados del régimen, le vamos a Cuba en la disputa por la medalla de oro.
Espero que Josvani Peraza no se amilane y dé todo de sí como siempre lo ha hecho en cada Serie Nacional. El seleccionado de Pinar del Río se lo agradecerá, el mismo equipo donde militaron los hoy jugadores de las Grandes Ligas de EUA, José Ariel Contreras y Alexei Ramírez.
El reflexivo Fidel se encargará de cerrarle la portería a quienes se vendan por unos cuantos dólares al enemigo. Hasta en el deporte, ser cubano al cien por ciento, tiene su precio.
Arroyo Naranjo, 2008-07-28
odelinalfonso@yahoo.com
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