La Habana, 3 de julio de 2008
A: Su Santidad, el Papa Benedicto XVI
Presidentes y Jefes de Gobiernos Democráticos
Secretario General de las Naciones Unidas
Organizaciones e Instituciones de Derechos Humanos
Cruz Roja Internacional
Opinión Pública Nacional e Internacional
Presidentes y Jefes de Gobiernos Democráticos
Secretario General de las Naciones Unidas
Organizaciones e Instituciones de Derechos Humanos
Cruz Roja Internacional
Opinión Pública Nacional e Internacional
Yo, Dolia Leal Francisco, co-fundadora de las Damas de Blanco, esposa de Nelson Aguiar Ramírez, de 63 años de edad, preso de conciencia del Grupo de los 75 desde marzo de 2003, hago un llamado urgente para salvar la vida de mi esposo, que corre grave peligro.
Ayer visité a Nelson, y me informó que desde el día primero del presente lo habían sacado inesperadamente del pequeño Hospital de la prisión Combinado del Este, en la ciudad de La Habana, para un destacamento en el que hay 184 presos comunes. En el destacamento lo encerraron en una celda pequeña y muy húmeda, con grandes filtraciones en las paredes, al extremo de que el piso permanece inundado de agua. Como podrán imaginarse, esto exacerba el asma de mi esposo.
Dicha celda es una especie de cajón cerrado, sin más ventilación que la poca que entra por la puerta (reja). Carece de taza sanitaria; sólo hay un hueco en el piso (turco), en el que Nelson tiene que hacer sus necesidades fisiológicas, y como no puede agacharse en el piso, tiene que hacerlo en un cajón de madera. En una palabra: las condiciones son horrible. A Nelson Aguiar Ramírez lo han enterrado vivo; todo indica que quieren eliminarlo.
Mi citado esposo llevaba más de tres años ingresado en el hospital por la gravísima situación de salud que presenta: ha sido operado dos veces de una hernia epigástrica, y desgraciadamente ha salido muy mal de esas intervenciones quirúrgicas, ya que, por tener muy debilitados los tejidos, no se le pudo cerrar una porción interna, la que sólo está protegida por una pequeña malla; según los cirujanos carcelarios, sus tejidos están tan deteriorados que no admite una tercera operación. Como consecuencia, Nelson está invalidado de por vida para levantar pesos, doblar el torso, agacharse, etc.
Nelson se pasó toda la visita (dos horas) con congestión en el pecho y con dificultad para respirar; tosía fuertemente y usaba todo el tiempo el atomizador para el asma. Al toser, se apretaba la región del abdomen en la que tiene el hueco interno, pues teme que vuelvan a salírsele las vísceras, como ocurrió una vez. Pese a tomar esa precaución, tiene constante dolor en la zona del mencionado hueco.
Además de esta gravísima situación de salud, en su historia clínica se encuentran reflejadas —entre otras— las patologías siguientes:
Ayer visité a Nelson, y me informó que desde el día primero del presente lo habían sacado inesperadamente del pequeño Hospital de la prisión Combinado del Este, en la ciudad de La Habana, para un destacamento en el que hay 184 presos comunes. En el destacamento lo encerraron en una celda pequeña y muy húmeda, con grandes filtraciones en las paredes, al extremo de que el piso permanece inundado de agua. Como podrán imaginarse, esto exacerba el asma de mi esposo.
Dicha celda es una especie de cajón cerrado, sin más ventilación que la poca que entra por la puerta (reja). Carece de taza sanitaria; sólo hay un hueco en el piso (turco), en el que Nelson tiene que hacer sus necesidades fisiológicas, y como no puede agacharse en el piso, tiene que hacerlo en un cajón de madera. En una palabra: las condiciones son horrible. A Nelson Aguiar Ramírez lo han enterrado vivo; todo indica que quieren eliminarlo.
Mi citado esposo llevaba más de tres años ingresado en el hospital por la gravísima situación de salud que presenta: ha sido operado dos veces de una hernia epigástrica, y desgraciadamente ha salido muy mal de esas intervenciones quirúrgicas, ya que, por tener muy debilitados los tejidos, no se le pudo cerrar una porción interna, la que sólo está protegida por una pequeña malla; según los cirujanos carcelarios, sus tejidos están tan deteriorados que no admite una tercera operación. Como consecuencia, Nelson está invalidado de por vida para levantar pesos, doblar el torso, agacharse, etc.
Nelson se pasó toda la visita (dos horas) con congestión en el pecho y con dificultad para respirar; tosía fuertemente y usaba todo el tiempo el atomizador para el asma. Al toser, se apretaba la región del abdomen en la que tiene el hueco interno, pues teme que vuelvan a salírsele las vísceras, como ocurrió una vez. Pese a tomar esa precaución, tiene constante dolor en la zona del mencionado hueco.
Además de esta gravísima situación de salud, en su historia clínica se encuentran reflejadas —entre otras— las patologías siguientes:
• Artrosis degenerativa avanzada
• Hernia discal L3-L4 y L4-L5
• Hipertensión arterial crónica
• Insuficiencia venosa profunda
• Hiperplasia prostática Grado I con calcificación
• Esteatosis hepática.
• Hernia discal L3-L4 y L4-L5
• Hipertensión arterial crónica
• Insuficiencia venosa profunda
• Hiperplasia prostática Grado I con calcificación
• Esteatosis hepática.
Debido a la artrosis pierde frecuentemente la estabilidad, sufre vértigos; producto de ello se fracturó el brazo izquierdo y se dislocó el hombro. Padece fortísimos dolores por las hernias discales y en ocasiones queda incapacitado para moverse, por lo que teme quedar paralítico. (Esto es a causa de los 18 meses que pasó aislado en celdas de castigo muy pequeñas y húmedas sin apenas poder caminar ni tomar el sol.)
No entiendo por qué tanto horror, tanto castigo, tanto ensañamiento con Nelson, que es un hombre indefenso y tan enfermo; tal parece que se trata de una represalia por mi actitud contestataria, ya que el 21 de abril pasado participé en el acto de protesta escenificado por diez damas de blanco en la Plaza de la Revolución para pedir la liberación de todos los presos políticos.
Debo decir que, tras la segunda operación, la Comisión Médica determinó que Nelson no estaba apto para el régimen penitenciario. La policía política, que controla el caso de mi esposo, ha hecho caso omiso de ese dictamen y ha secuestrado su historia clínica. Mantener a Nelson Aguiar Ramírez en prisión es matarlo lentamente, un poco cada día; en prisión ya no hay salvación para él.
Es por todo esto que les pido a ustedes que me ayuden a salvar la vida de mi esposo, pidiéndole al gobierno cubano que le otorgue a Nelson la licencia extrapenal.
No entiendo por qué tanto horror, tanto castigo, tanto ensañamiento con Nelson, que es un hombre indefenso y tan enfermo; tal parece que se trata de una represalia por mi actitud contestataria, ya que el 21 de abril pasado participé en el acto de protesta escenificado por diez damas de blanco en la Plaza de la Revolución para pedir la liberación de todos los presos políticos.
Debo decir que, tras la segunda operación, la Comisión Médica determinó que Nelson no estaba apto para el régimen penitenciario. La policía política, que controla el caso de mi esposo, ha hecho caso omiso de ese dictamen y ha secuestrado su historia clínica. Mantener a Nelson Aguiar Ramírez en prisión es matarlo lentamente, un poco cada día; en prisión ya no hay salvación para él.
Es por todo esto que les pido a ustedes que me ayuden a salvar la vida de mi esposo, pidiéndole al gobierno cubano que le otorgue a Nelson la licencia extrapenal.
Respetuosamente,
Dolia Leal Francisco
Dama de Blanco
Premio Sajarov 2005 del Parlamento Europeo
Calle 28 N° 157, Apto. 15, entre 17 y 19, Vedado, municipio de Plaza, Ciudad Habana, Cuba
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Dama de Blanco
Premio Sajarov 2005 del Parlamento Europeo
Calle 28 N° 157, Apto. 15, entre 17 y 19, Vedado, municipio de Plaza, Ciudad Habana, Cuba
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