Mala estrategia. José A. Fornaris.

La Habana, julio 17 de 2008. (SDP) Primavera. En una evocación de hace algunos años, el general Raúl Castro, dijo en el discurso clausura de la última reunión de la Asamblea Nacional del Poder Popular, hace sólo seis días, que hubo una época en que el ejército de Cuba contaba con más de 300 mil tropas.

La cifra incluía cincuenta mil oficiales y cincuenta y cinco mil combatientes en la lejana Angola. Se presume, que ese gran ejército era para enfrentarse en una guerra directa con Estados Unidos.

Pésima estrategia, una guerra no es un combate por muy feroz que este pueda ser. Y desde hace mucho tiempo se conoce que una contienda bélica necesita de un gran apoyo económico, y si algo raquítico ha sido visible en Cuba durante este último medio siglo, ha sido la economía.

Quizás la idea era parar un primer golpe, y dejar que la opinión internacional detuviera al agresor, pero eso no es una guerra. También podría ser para darle el tiempo necesario a los “hermanos soviéticos” para que entraran en el país de la Europa Occidental que más les interesara o para que Solidaridad fuera destruido totalmente en Polonia.

Pero a ese inmenso ejército para un país pobre y pequeño como Cuba, agreguemos miles de policías, miles de agentes de la Seguridad del Estado y miles de funcionarios gubernamentales y del Partido Comunista de diferentes niveles, y tendremos a medio millón o más de personas viviendo a tiempo completo de los menguados recursos del país.

Y encina de eso una ineficiencia mayúscula en prácticamente todo lo relacionado con la vida de la nación. No es nada extraño entonces que estuvieran a punto de colapsar de manera absoluta el fondo habitacional, las redes hidráulicas y de alcantarillado, el transporte público, la agricultura, y de que exista una libreta de racionamiento hace 47 años.

El general quiere ahora buscar un poco de eficiencia y productividad. Se va entregar tierra en usufructo gratuito –aseguró que es a partir de la actual semana-, el 76 por ciento está en manos del Estado, ordenó implementar doble turno de trabajo donde quiera que sea factible, aumentar la edad laborable hasta los 60 años para los mujeres y 65 para los hombres, rescatar a los viejos maestros y profesores que deseen reincorporarse al magisterio, y está tratando de desarrollar una cruzada de adecentamiento social.

Es muy probable que otras varias medidas de igual o parecido tipo tengan espacio en su agenda Sus intenciones parece que están signadas por la necesidad de la urgencia.

Es lamentable, pero eso no va a resolver nada o casi nada. Pronto hará cincuenta años que el mismo régimen está en el poder, el general ha sido parte bien visible dentro de esa estructura de poder, el sistema sigue siendo el mismo y es el que ha llevado a Cuba a su deteriorado estado.

Nada se puede arreglar de manera contundente, si todos los cubanos no tenemos las mismas posibilidades políticas, sociales y económicas. Medio siglo ha servido para demostrar que la única manera de no retroceder es permitiendo que los derechos naturales de los ciudadanos puedan ser puestos en práctica sin ningún tipo de discriminación.

Se ha conocido de siempre, que el igualitarismo es fatal para una sociedad, pero también es fatal la segregación política, sobre todo cuando los segregados componen la inmensa mayoría de la población.

Sino se abren las alamedas democráticas, el general y sus seguidores ganarán un poquito más de tiempo con sus curitas de epidermis, pero los males y los padecimientos de la población cubana continuarán.

Al final, y de todas formas volveremos a nuestras raíces. El comunismo no es sólo ajeno a nosotros, sino que además está demostrado que no pudo siquiera permanecer en el país donde tuvo su cuna. Y el general habrá perdido la oportunidad de dejar en sus últimos tiempos un buen recuerdo.
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