Managua, La Habana, junio de 2008. (SDP) Hace solo tres años, el pueblo de San Antonio de las Vegas rescató las tradicionales fiestas de su Santo Patrón.
Este 13 de junio la vieja iglesia se vistió con sus galas de días importantes, para recibir a cientos de fieles que fueron a homenajear a San Antonio y a escuchar la homilía.
A las 7 p. m. con los últimos rayos del sol, comenzó la procesión recorriendo varias calles del poblado, entre ellas la avenida principal.
De regreso en el templó, el obispo auxiliar de La Habana Juan de Dios Hernández, oficio la misa en honor a San Antonio.
Durante la homilía el Obispo destaco: “ lo más importante que tenemos los cristianos para entregarle al pueblo de Cuba es nuestra virtud – agrego- “cuando no existe el amor y el perdón entre los seres humanos, se vive en una selva.”-
San Antonio de las Vegas, es un pueblo situado al sur de la Provincia La Habana, que aun conserva construcciones del principio de la república, incluso algunas de la época colonial.
En su día festivo, también las autoridades gubernamentales organizan una especie de fiestas populares, donde venden bebidas alcohólicas, algunos comestibles y reproducen música grabada en algún lugar de la localidad.
Personas de mayor edad, que viven en el pueblo, rememoran como eran esas fiestas en la época de la República
“Las fiestas eran tranquilas, en las que participaban todos con mucha alegría, sin tantos policías y sin riñas entre vecinos como ahora. Había gran abundancia de comidas típicas elaboradas en las casas y en fondas y restaurantes particulares.”
“También era usual casi obligatorio, comprarse ropas nuevas y zapatos para el acontecimiento. Pero todo eso se perdió debido a los años que estuvieron suspendidas estas fiestas, y a lo difícil de poder adquirir esos artículos, a no ser que tengas divisa, o alguien que te los mande de afuera”. Comentaron los ancianos.
Aunque las diferencias entre los actuales festejos y los de antaño es enorme, según afirman estas personas, todos están contentos de que nuevamente las autoridades hayan permitido que el Santo Patrón de su pueblo esté de nuevo recorriendo las calles.
Y aunque aseguran que cualquier tiempo pasado fue mejor, piensan que en un futuro cercano sus hijos y nietos podrán volver a tener estas fiestas con el brillo de aquella época.
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