Solicitud al Gobierno de los Estados Unidos que sea valorado en el Congreso y Senado de ese país, que siempre le ha abierto los brazos a todo el que huye del despotismo.
Como opositor pacífico y como cubano digno y prisionero de conciencia, víctima de un sistema político cruel y abyecto, tiránico; le hago esta solicitud al Gobierno de los Estados Unidos de América.
Conocida es la persecución y encarcelamiento de todo el cubano que disiente del castrismo, los vejámenes y torturas a que somos sometidos sin piedad alguna, donde nuestra integridad física peligra día a día, minuto a minuto, segundo a segundo.
El despótico régimen de La Habana, ha implementado toda una cacería de opositores, “Terrorismo de Estado”. Ha creado bandas paramilitares que actúan como brazo represivo al servicio de la policía política y todo su andamiaje violento. Cada día que pasa crean más organizaciones represoras, que cuentan dentro de sus filas con personas de doble moral, de baja catadura, que fungen como marionetas, reprimiendo a indefensos cubanos que solo reclamamos libertad y democracia, para la esclavizada nación.
Ya sea en las calles o dentro de los centros de terror –reclusorios-, siempre hay un inescrupuloso lacayo a su servicio, por tanto: “solicito que sea valorado que todo el que actúe contra la disidencia del patio, y su nombre sea denunciado, que no sea admitido en aquel país de democracia. Quien actúe contra opositores y prisioneros políticos, merece ser rechazado por el Gobierno de los Estados Unidos de América”.
Basta de doble moral, conscientemente son partícipes de un crimen político, -modestamente- expreso que de ingresar a ese país, pueden convertirse fácilmente en Caballos de Troya.
El negro castrismo, mediante sus Brigadas de Respuesta Rápida, pretende distorsionar la realidad y decir que el pueblo es quien actúa, máxime cuando todos conocemos que el cuartel general radica en Villa Maristas, sede de los servicios de contrainteligencia. Los cobardes y traidores de la democracia merecen el rechazo de esa honrosa nación. Por tanto pido que mi solicitud sea tomada en cuenta, pues es hora de decir ¡Basta! ¡Yo no chivateo! ¡Yo no coopero con la tiranía! ¡Yo no reprimo!
De aceptar esta solicitud, que el gobierno de los Estados Unidos de América lo haga patente y lo publique, así se le asestaría un demoledor golpe a la doble moral. Quedarían excluidos altos dirigentes que decidan romper –confirmadamente- con el régimen y soliciten asilo político.
Que los nombres de los chivatos y colaboradores sean enviados a la Oficina de Intereses en La Habana, para que surja efecto. Todos los prisioneros políticos y de conciencia que sean agredidos por órdenes del DSE (Departamento de Seguridad del Estado) a manos de reclusos, deben aportar los nombres; y los opositores pacíficos entregar igualmente los nombres que conozcan en sus barrios o entidades gubernamentales que hayan actuado en los llamados “actos de repudio” entre otros execrables modos condenatorios.
La represión ha crecido peligrosamente y ya es hora que se condene en todas sus formas el actuar facistizante y se le ponga coto al castrismo. Los colaboradores cobardes y cínicos deben ser conocidos mundialmente.
A costa del dolor de otros que luchan por una Cuba plural, nadie puede buscar refugio en la Patria de Washington y Lincoln.
Llegue este mensaje a los congresistas cubano-americanos, para su efectiva gestión. Pienso que en este caso debe dársele la misma propaganda o divulgación que al sistema de salida legal y ordenado. Todo aquel que actúe conscientemente contra opositores pacíficos no merece el abrigo protector de esa nación de democracia.
Como opositor pacífico y como cubano digno y prisionero de conciencia, víctima de un sistema político cruel y abyecto, tiránico; le hago esta solicitud al Gobierno de los Estados Unidos de América.
Conocida es la persecución y encarcelamiento de todo el cubano que disiente del castrismo, los vejámenes y torturas a que somos sometidos sin piedad alguna, donde nuestra integridad física peligra día a día, minuto a minuto, segundo a segundo.
El despótico régimen de La Habana, ha implementado toda una cacería de opositores, “Terrorismo de Estado”. Ha creado bandas paramilitares que actúan como brazo represivo al servicio de la policía política y todo su andamiaje violento. Cada día que pasa crean más organizaciones represoras, que cuentan dentro de sus filas con personas de doble moral, de baja catadura, que fungen como marionetas, reprimiendo a indefensos cubanos que solo reclamamos libertad y democracia, para la esclavizada nación.
Ya sea en las calles o dentro de los centros de terror –reclusorios-, siempre hay un inescrupuloso lacayo a su servicio, por tanto: “solicito que sea valorado que todo el que actúe contra la disidencia del patio, y su nombre sea denunciado, que no sea admitido en aquel país de democracia. Quien actúe contra opositores y prisioneros políticos, merece ser rechazado por el Gobierno de los Estados Unidos de América”.
Basta de doble moral, conscientemente son partícipes de un crimen político, -modestamente- expreso que de ingresar a ese país, pueden convertirse fácilmente en Caballos de Troya.
El negro castrismo, mediante sus Brigadas de Respuesta Rápida, pretende distorsionar la realidad y decir que el pueblo es quien actúa, máxime cuando todos conocemos que el cuartel general radica en Villa Maristas, sede de los servicios de contrainteligencia. Los cobardes y traidores de la democracia merecen el rechazo de esa honrosa nación. Por tanto pido que mi solicitud sea tomada en cuenta, pues es hora de decir ¡Basta! ¡Yo no chivateo! ¡Yo no coopero con la tiranía! ¡Yo no reprimo!
De aceptar esta solicitud, que el gobierno de los Estados Unidos de América lo haga patente y lo publique, así se le asestaría un demoledor golpe a la doble moral. Quedarían excluidos altos dirigentes que decidan romper –confirmadamente- con el régimen y soliciten asilo político.
Que los nombres de los chivatos y colaboradores sean enviados a la Oficina de Intereses en La Habana, para que surja efecto. Todos los prisioneros políticos y de conciencia que sean agredidos por órdenes del DSE (Departamento de Seguridad del Estado) a manos de reclusos, deben aportar los nombres; y los opositores pacíficos entregar igualmente los nombres que conozcan en sus barrios o entidades gubernamentales que hayan actuado en los llamados “actos de repudio” entre otros execrables modos condenatorios.
La represión ha crecido peligrosamente y ya es hora que se condene en todas sus formas el actuar facistizante y se le ponga coto al castrismo. Los colaboradores cobardes y cínicos deben ser conocidos mundialmente.
A costa del dolor de otros que luchan por una Cuba plural, nadie puede buscar refugio en la Patria de Washington y Lincoln.
Llegue este mensaje a los congresistas cubano-americanos, para su efectiva gestión. Pienso que en este caso debe dársele la misma propaganda o divulgación que al sistema de salida legal y ordenado. Todo aquel que actúe conscientemente contra opositores pacíficos no merece el abrigo protector de esa nación de democracia.
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