jueves, 3 de julio de 2008

Cuentos de la cripta, Juan González Febles


Lawton, La Habana, julio 3 de 2008, (SDP) Recientemente pude ver al Sr. ministro y general, José Ramón Fernández, ‘el Gallego’, hacer su joggin de tercera edad. Se ejercitaba y caminaba con sus más de ochenta años a cuestas. Sudaba y podía apreciarse el jadeo ansioso de una respiración muy fatigada. Lo hacía trabajosamente, andaba equipado con calzado y ropa deportiva. Casi se arrastraba por las calles tranquilas del selecto reparto Nuevo Vedado donde reside. Una zona fría y reservada. Congelada para personas de su clase. Parecía salido de alguna cripta. Maquillado y listo para recibir turistas en cualquier hipotético mausoleo, en el mejor estilo soviético. Sentí pena.

El flamante ministro de las Fuerzas Armadas Revolucionarias es otro viejecito. Al Sr. general Casas Regueiro, parece quedarle poco tiempo en el disfrute de su buena vida. Está al frente de un generalato que manda tropas regulares con setenta años de edad como promedio. Algunos los rebasan. Se vive de glorias castrenses pasadas. Su homólogo al frente del Ministerio del Interior, es otro ancianito ‘glorioso’. Aunque ahora se ocupa de golpear Damas de Blanco y disidentes pacíficos, es un héroe militar de guerras africanas. Abelardo Colomé Ibarra, ‘Furry’, se inicio en el Olimpo castrense de los Castro y familia, hace más de cincuenta años. Dicen que comenzó por el asesinato de algunos policías allá por la zona oriental. Matar policías a traición y por sorpresa, era bien visto en aquellos tiempos. Dicen que anda enfermo y con malos humores. Anda por los setenta.

Sin descender hasta Raúl y Fidel Castro, vale la pena continuar con los más relevantes entes de la nobleza verdeolivo. El comandante de la revolución Ramiro Valdés Menéndez, nació para policía. Comenzó su carrera con el asalto a cuarteles y la muerte de pacientes bajo cuidado hospitalario. Fue el primer jefe fundador del Ministerio del Interior y de la policía de Seguridad del Estado. Con más de setenta años, ‘Ramirito’, como es llamado por sus íntimos, es el símbolo de todas las delaciones y traiciones a nivel familiar que ha visto Cuba a lo largo de los últimos 49 años. Convirtió chivatear en ‘respetable’ realidad cotidiana y elevó el sentimiento de la confianza y la amistad entre los hombres, a la categoría de lo museable. Algo raro, incosteable y por demás valioso. Gusta de automóviles y yates lujosos. Vive entre sus achaques y su mala leche, como un potentado oriental: Cerca del mar y en la vecindad de cuarteles.

Juan Almeida Bosque, es también comandante de la revolución. Comenzó por colocar ladrillos y por degustar cosas sublimes y prohibidas. Habanero de pura cepa y de Los Pinos, asaltó el Moncada con su cabeza elevada hasta algún ignoto estado triunfal de conciencia. Está enfermo y espera la muerte. Ha tenido mucha suerte. Nadie tiene alguna ejecución extrajudicial o algún asesinato que imputarle. Nunca le gustó fusilar. Desde 1959, compuso canciones mediocres y coleccionó amantes. No es especialmente antipático para el pueblo. Es el único negro afirmado en el Olimpo verdeolivo. Debilitado, se aferra a sus privilegios como el resto. Quizás sea el único preparado para morir en paz. Se irá con música de ‘La Lupe’ y con el recuerdo dulce de sus victorias galantes. Pero tendrá dudas. Se irá lejos y nunca sabrá cuanto, de entre todo lo que tuvo, fue suyo por derecho. A este aún puede salvarlo la duda.

Todos ellos andan preocupados. El candidato demócrata Barak Obama, es la causa del desvelo cripta adentro. Armando Hart Dávalos el terrorista, a quien la vida castigó permitiéndole vivir, está encargado de encontrar validaciones teóricas para un futuro que se escapó definitivamente a su control. La eventual victoria electoral de Barak Obama, ensombrece su semblante. Están preparados para Mc Cain o al menos, no se sienten especialmente preocupados por este candidato republicano. Necesitan respuestas políticas para Obama. Hart cree haberlas encontrado en el liberalismo del siglo XIX latinoamericano. Le toca al Don Benito Juárez y por supuesto, a José Martí. Menos mal que no recurrió esta vez al indigenismo y a los sacerdotes aztecas.

Para ello tocó el tema en el diario oficial Granma, donde si no. En un trabajo que tituló “Hacia un nuevo saber”, fechado en junio 27 de 2008, Armando Hart Dávalos, hace frente a la para él, terrible contingencia representada por un Obama presidente que retire eventualmente restricciones a viajes, a envíos de remesas y hasta a leyes como la Helms-Burton. ¿Qué hacer? ¿Cómo gobernar y fracasar sin acusar al imperialismo? ¿A quien culpar frente al pueblo?

Sin duda la cripta está asustada. Porque teme perder su discurso político a partir de una eventual victoria del Partido Demócrata y del Sr. Obama en los próximos comicios en los Estados Unidos. Para muchos de estos ancianitos, el Cambio mata.
jgonzafeb@yahoo.com

No hay comentarios: