jueves, 8 de mayo de 2008

Amputación aséptica y sin anestésico, Juan González Febles




En algunas oportunidades las cosas llegan tarde. Quizás tarde es mejor que nunca, pero esto se limita al terreno de lo simbólico. En el mundo real prima eso que los anglos llaman ‘timing’ y en latín se dice ‘tempo’. Tiempo de segar, tiempo de sembrar o tiempo de recoger. Pensar en esa maravillosa dimensión temporal, fue mi primera impresión cuando concluí la lectura del excelente trabajo que Nicolás Pérez Diez Arguelles tituló “Una cura de borrajas” y que publicó ‘El Nuevo Herald’ (NH).

Coincido con Nicolás Pérez Diez Arguelles en su cita de J.K. Rowling. Yo sólo agregaría que de inicio, antes de encarar u oponer hay que diferenciar e identificar a los supuestos amigos de los enemigos. Es ahí donde entra a jugar la prudencia del amigo que con su conducta no deja lugar a dudas sobre su condición. Un amigo del tipo que vale la pena tener, no se permite juegos con un tiempo del que no se dispone. Si lo hace, debe pagar las consecuencias de haber sido estúpido.

La preocupación de la Fundación Nacional Cubano Americana (FNCA) a partir del documento que publicó donde explica el destino de las contribuciones hechas por el gobierno de los Estados Unidos y que ‘algunas organizaciones exiliadas’ distribuyen para la lucha por la libertad de Cuba, me parece en el mejor de los casos, tardía.

Hubiera sido excelente haber contado con esa preocupación unos años o unos meses antes. Como ya dije, cuestión de ‘timing’ o de ‘tempo’.

Sobre los Sres. Flake, Delahunt y Lesnick, ellos están perfectamente definidos como enemigos de la lucha que se lleva adelante en Cuba. Esa condición les limita en una proporción muy adecuada para que puedan perjudicar de forma eficiente. ¿Qué más se puede pedir?

En relación con el Sr. Calzón, no puede establecerse desde la distancia si se trata de que es o no corrupto. El problema estriba que no puede confiarse en alguien que Pérez Diez Arguelles define como ‘desorganizado y emotivo’, para algo tan serio como manejar fondos. Desde esta orilla, lo importante no es si toma para sí o para cualquier otro destino. Lo determinante es que la ayuda que administra, no llega a Cuba. Esto es más que suficiente.

En Cuba hay excelentes hermanos de lucha y colegas que adolecen de esas mismas características de desorden, emotividad e inoportunidad. No somos partidarios de exclusiones. Los tenemos, también son ‘desorganizados y emotivos’, pero podemos agregar que muy simpáticos y joviales. Pero no manejan fondos, ni toman decisiones de importancia. Hemos logrado el equilibrio de tolerancia y control adecuado, para protegernos, para proteger a nuestra causa y para protegerles de sí mismos.

En relación con el Directorio, son sus actos los que ponen en duda su honestidad. Sus objetivos también son muy discutibles. Coincido plenamente con la exposición hecha del caso por Pérez Diez Arguelles, sólo discrepo de las recomendaciones.

Si a alguien a estas alturas se le ocurre dedicar un 95% del dinero destinado a la lucha por la democracia en Cuba a ‘viajes, conferencias y congresos’ y sólo a un 4% a la disidencia interna, ese alguien debe ser cesanteado de inmediato y sin ninguna consideración. Como dicen nuestros amigos yanquis: ¡Sacked of office!

No hay tiempo real para libros blancos o de cualquier otra coloratura. Por otra parte, ni el Directorio con esa resonancia Napoleónica ni The Center for a Free Cuba, son imprescindibles.
No lo es el Sr. Calzón con su desorden y su emoción y muchísimo menos el Sr. Gutiérrez con sus erráticas, itinerantes y costosas cruzadas juveniles.

Este choque que el colega Pérez Diez Arguelles califica con justicia como desagradable, pudo haberse evitado. Sólo había que escuchar al liderato opositor interno y atender a lo que la Prensa Independiente de Cuba dijo alto, claro y a tiempo. Fueron arrogantes y soberbios, pero por encima de todo, estúpidos: Los errores se pagan siempre.

En relación con ser ‘portavoces de las estrategias de Washington’, vuelvo a coincidir con Pérez Arguelles, pero no puedo dejar de pensar en Israel. Los judíos son los aliados más firmes de los Estados Unidos.

La diferencia esencial entre ellos y los cubanos exiliados, es que los israelíes supieron servirse de Washington y establecer una relación ventajosa para ambas naciones. Los judíos no sirvieron a Washington; ellos se sirvieron y después siempre le apoyaron en los términos de lo razonable.

Créanme compatriotas, el momento no está para ‘Una cura de borrajas’, ahora es necesaria una amputación aséptica y sin anestésico. Quizás así, nadie vuelva a ‘enfermarse’ con tales fiebres en el futuro.
Lawton, 25/04/2008
jgonzafeb@yahoo.com
http://prolibertadprensa.blogspot.com/


No hay comentarios: