jueves, 8 de mayo de 2008

Editorial Nro. 19


Si alguien quiere saber que esperamos de ‘Agenda para la Transición’ en Cuba, la respuesta es: Todo. Queremos ver en este esfuerzo la respuesta al empeño de la dictadura militar de la familia Castro por robar el discurso de la oposición interna. Queremos tener una alternativa política viable en el momento de los Cambios que puedan restablecer la anhelada democracia en Cuba.

Necesitamos actores políticos coherentes con una agenda política viable. En otro orden de cosas, muchos quieren saber como percibimos las últimas aperturas ensayadas por el gobierno de Raúl Castro. Saludamos que el gobierno de Raúl Castro haya eliminado algunos puntos del bloqueo interno que su gobierno mantiene contra el pueblo cubano. Pero consideramos que no es suficiente.

Ciertamente queremos más. No cesaremos en nuestras demandas hasta que sea dado alto y claro el santo y seña de la palabra Democracia. No consideraremos cerrado el punto, hasta que el bloqueo interno del gobierno de Raúl Castro haya cesado. Desde la primera limitante al derecho de los cubanos, hasta la última. Otro punto de interés es la moratoria dictada por el gobierno de Raúl Castro (que ya no es provisional) sobre la pena de muerte.

Aunque nos sentimos aliviados con la moratoria decretada, demandamos el fin incondicional e inmediato de la pena de muerte. Ese lastre colonial no puede seguir gravitando sobre el pueblo cubano. Rechazamos su eventual empleo en un medio en que los ciudadanos se ven privados de sus derechos políticos. Rechazamos su carácter de elemento disuasivo para remachar las cadenas que pesan onerosas sobre el pueblo cubano. No nos resulta satisfactorio que el general Raúl Castro justifique el asesinato en 2003, de tres infelices jóvenes negros que no lastimaron a nadie, excepto al ego cruel de un dictador durante una crisis de pánico. Cada uno de los que en función de corifeo del poder ratificó la condena de aquellos mártires civiles, se hizo cómplice de un crimen de odio y debe lavar ese estigma ante un tribunal legalmente constituido por sus iguales.

Con la publicación de la última carta suscrita por líderes de la oposición y dirigida a legisladores cubano-americanos, cerramos este capítulo. Esperamos que para nadie sea un secreto la paciencia y la habilidad con que el tema fue tratado. Servirá para que tanto los electores de allá como el pueblo de Cuba y el mundo, conozcan la calidad de los paños, con los que es imperativo lidiar.

Reproducimos un interesante trabajo debido a la pluma de Nicolás Pérez Diez-Arguelles. El mismo fue publicado en el rotativo de Miami, El Nuevo Herald. En el, Diez-Arguelles lanza un manto piadoso sobre actividades que asfixian a la oposición interna cubana, al privarla de los necesarios recursos para su lucha. A pesar de esto, su trabajo es honesto y por encima de todo, respetamos su punto de vista. También reproducimos un trabajo publicado por ‘Encuentro en la red’ y firmado por Michel Suárez. En él, Suárez aporta una visión ajena a la verdad sobre el ejercicio del periodismo libre en Cuba y desde Cuba.

Suárez se unió al esfuerzo de la dictadura militar totalitaria de los Castro, por desconocer la presencia de la Prensa Independiente de Cuba, en convivencia armónica con grupos de poder político de Miami. Como botón de muestra, nótese como celebra el número el número 15 de la revista GM Consenso y sin elegancia, pasa por alto el número 17 de esta entrega digital, que vio la luz el 17 de abril de 2008, exactamente cuatro días antes de la salida de su esclarecedor, interesado e interesante artículo.

Pero esto no debe asombrar a nadie. Desde Miami, se mueve mucho dinero. Este dinero no llega a Cuba, pero viaja a España y a todos los espacios geográficos que visita el juvenil Orlando Gutiérrez (no Menoyo) esa primera figura del “Directorio Democrático”, en su errática e itinerante cruzada por la democracia. Cruzada a la que dedica el 95% del dinero que recibe supuestamente, para apoyar “el restablecimiento de la democracia en Cuba”.

Suárez, obtuvo su visado, y se marchó del país para consagrarse a vivir de la situación política que dejó atrás. Lo hizo por la vía fácil del ‘quedadito’. Hoy pontifica, clasifica y canoniza. Como los extremos del círculo se tocan, su esfuerzo se une al de la dictadura por ningunear a los periodistas independientes con más de diez años de veteranía. Los mismos que prestaron y prestan su servicio a la libertad, antes, durante y después de la Primavera Negra de 2003.

Censuras, despersonalizaciones, aplicaciones extraterritoriales de la ley castrista y otras irregularidades, sufren los periodistas independientes en Cuba. Esto ha creado metástasis en Encuentro en la red y en otros rincones de la geografía mundial. CubaNet no anda en buenas manos. En ella, aun influyen más de lo conveniente personas y entidades descalificadas por agencias federales de los Estados Unidos, por manejo equívoco de fondos. Con dinero que se enmascara y que corre a manos llenas, se afecta el reconocimiento y el prestigio de periodistas independientes. Esta es la mala noticia, la buena es que a pesar de todo, Cuba será libre.
El Equipo de Realización




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