jueves, 22 de mayo de 2008

Con el Tíbet, Luis Cino




Arroyo Naranjo, La Habana, 2008-05-09, (Semanario digital Primavera) Confieso que sentí envidia. Hubiera querido acudir a Dharmsala. Unirme a los manifestantes en Londres, París, San Francisco o Katmandú. Gritar por la libertad para el Tíbet en la cara de los matones trotadores enviados por los camaradas de Beijing. Aplaudir cuando un extintor justiciero apagó la llama olímpica. Recordaba demasiado la que alumbró en 1936 los juegos olímpicos en territorio nazi.

Preguntaban con ironía en rebelión.org si no era maravilloso el tsunami solidario con la independencia del Tíbet. El mundo no veía algo semejante desde las protestas por el inicio de la guerra en Irak.

A la izquierda, sospechan que tras las manifestaciones por la libertad del Tíbet, está el temor de Occidente a perder su hegemonía.

Los ciber rebeldes de rebelión.org, consideran ilegal e inmoral la presencia de tropas norteamericanas en Irak, no así la ocupación del Tíbet. Para ellos, hay diferencias entre lo que sucede, a ambos lados de la línea fronteriza, en las cárceles de Guantánamo.

A pesar de los suspicaces a la izquierda y de los políticos que a la derecha arriman la sardina a las brasas de sus intereses, sí, es maravilloso el tsunami en pro del pueblo tibetano. Los intelectuales de rebelión.org, que repiten que otro mundo mejor es posible, debían alegrarse. Las manifestaciones por el Tíbet son unas de las primeras señales del advenimiento de ese mundo.

Es un verdadero milagro de estos tiempos egoístas, pragmáticos y cínicos, que las razones de los monjes budistas de la compasión, con monasterios en el exilio, se escuchen sobre el ruido y la parafernalia de un gigante con muchos aliados estratégicos y demasiados socios por conveniencia.

Luego de la masacre de Lhasa, la solidaridad mundial con el Tíbet no es una victoria del anticomunismo. En realidad, con el socialismo de mercado de los herederos de Mao, es bien poco lo que va quedando de comunismo en China. ¿Para qué entonces hablar de ideología? La solidaridad con la libertad tibetana es una victoria de la verdad y la justicia.

China no es un islote de falta de libertades y violaciones de los derechos humanos en un mundo perfecto y paradisíaco. Es otra isla más, extensa, superpoblada y rica, del vasto archipiélago regido por sinvergüenzas de cualquier signo ideológico con poder sobre las vidas y las muertes. Las personas decentes están dispuestas a no soportarlos más. No importa su crecimiento económico, el tamaño de sus mercados o las excusas políticas o religiosas que inventen.

Frente al Museo Nacional de Beijing, al este de la Plaza Tiananmen, un tablero electrónico marca los días que faltan para el 8 de agosto, día fijado para el inicio de las Olimpiadas. Pudieran ser una de las más deslucidas de las últimas siete décadas.

El destino de los juegos está en manos de los mandarines de Beijing. Ojala comprendan que más útil que instigar tumultos contra Carrefour o CNN, sería dialogar con el Dalai Lama.
Los juegos olímpicos vuelven a estar en peligro. Hubieran escogido mejor la sede. Lo hubieran pensado dos veces antes de escoger a Beijing. Que sirva de experiencia. No vaya a ser que un día, el Comité Olímpico escoja a Pyongyang, Ryad, Teherán, Jartum o La Habana.
luicino2004@yahoo.com

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Un abrazo, Luis. Sería conveniente poner otra pizarra eléctrica con el número de victimas de la Plaza de Tian An Men. Los rebeldes cibernéticos no deben preocuparse tanto por el peligro que pueda correr la hegemonía de las potencias de Occidente. Recordemos al Barón Von Clausewitz; "la guerra es la política por otros medios". Y la hegemonía siempre se ha defendido por "otros medios".

Anónimo dijo...

Luis, leí "Perrisima Mariela" y te digo la verdad, por poco me meo de la risa. El ridículo es el mejor bisturí de asepsia social, y tú lo usastes con maestría y singular humorismo. Un abrazo.