jueves, 22 de mayo de 2008

El paraíso cuesta, Paulino Alfonso




Durante el verano de 1994 se produjo en La Habana lo que después se conoció como ‘El Maleconazo’. Este concluyó con la firma de los primeros tratados suscritos en 35 años entre Cuba y el gobierno de los Estados Unidos.

Los tratados quedaron en su forma definitiva, gracias a una administración timorata más deseosa de salir de una crisis, que de ayudar efectivamente al pueblo cubano y a la articulación de una política exterior norteamericana más coherente.

Si los acuerdos suscritos entre Cuba-USA, lo hubieran sido entre gobiernos democráticos, este trabajo no tendría sentido. Pero no fue así. El gobierno de los Hermanos Castro ha sido tradicionalmente muy mal intencionado, dan motivos para desconfiar. Los Estados Unidos a partir de estos tratados establecieron una cuota de 20 000 visas anuales destinadas a cubanos deseosos de emigrar. En este saco entró el promocionado BOMBO o como también es conocido: Diversity Visa Program.

Estas 20 000 visas amparan hasta familiares indirectos del beneficiario, esto incrementa la cifra considerablemente.

Si a esto le agregamos los programas de refugiados y presos políticos, tendremos una idea de la magnitud de este apartado. No olvidar que además de los que aspiran a salir con destino a los Estados Unidos de América, existen emigrantes cubanos con destino Europa, América del Sur e incluso Australia.

Cada cubano en condición de salir del país, (rebajas circunstanciales aparte) debe abonar entre 1000 y 2000 USD por estos conceptos. Durante el decenio 1994-2004 salieron de Cuba sólo para USA un aproximado de 295 000 viajeros. Si consideramos un 30% de menores, esto arroja un ingreso de 181,5 millones de USD.

Pienso que los coyotes de Tijuana tendrían que venir a pasar un curso sobre como administrar negocios sucios con las autoridades cubanas. Por este concepto, luego de descontar algunos costos, se obtuvo aproximadamente una ganancia neta de 171,3 millones USD durante el periodo, más 17,3millones USD anuales.

Esto que expongo y que da pie y nombre a este trabajo, ocurrió en el año 1994. En aquellos momentos, la periodista de CNN, Patricia Janiot, en entrevista que le hiciera al mandatario cubano Fidel Castro, preguntó y la cito: “¿No le parece que los impuestos para viajar son muy altos para los cubanos?”. A lo que el Sr. Castro respondió: “Patricia, el paraíso cuesta”.

Esta entrevista nunca se televisó, porque a solicitud de Castro, Ted Turner así lo ordenó. Lo sé porque en aquella época, no me había decidido a mostrarme tal como soy y un buen amigo hoy en el exilio miamense, me lo relató.

Voy a referirme al pecado y a dejar a buen recaudo al pecador.

El estado cubano además de fallido, puede catalogarse de patrón y clientelar. Tiene un estilo administrativo que se asemeja más a una bodega que a una corporación. Una bodega administrada por un dueño avaro y habilidoso. Uno del tipo que siempre defrauda a sus clientes de una u otra forma. Es por esto que debe darse poco crédito a quienes dicen que el gobierno cubano suspenderá los permisos de entrada y salida del país. Doy fe.
paufonso@gmail.com

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