jueves, 15 de mayo de 2008

Ana Mercedes Azahares: Un ejemplo de desidia en Cuba, Guillermo Fariñas Hernández. Cubanacán Press.



El termino desidia es: “Negligencia o Inercia”, por el Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española. Mientras que el Larousse Ilustrado del 2006 la define cual: “Descuido, Negligencia o Dejadez”. A su vez el Vox Diccionario de Antónimos y Sinónimos la tiene cual: “Negligencia, Incuria, Descuido, Dejadez, Pereza u Holgazanería”.
La angustiada madre cubana Ana Mercedes Azahares Ramírez, sufre en su alma la conjugación, del todavía no aceptado verbo desidiar. Sus males tienen dos culpables, pero uno de ellos es ya confeso, es su hijo Leonis Quiala Azahares. Sin embargo el otro responsable de culpas, no las acepta, este es el Burocratismo Cubano.
Los pesares arribaron en el año 2005 sin ser invitados, a la calle 210 # 9717 entre las calles 97 y 101 del humilde Reparto “Novoa”, en el municipio La Lisa, en La Habana. Vinieron representados por una Petición Fiscal por un delito de Hurto, contra su hijo de nombre Leodanis Quiala Azahares.
De nada les sirvió a Ana Mercedes y a Leodanis, acudir a la Unidad de la Policía Nacional Revolucionaria de Alamar. Allí trataron de aclarar que el instruido de cargos fue Leonis, quien engaño a un poco profesional Instructor Penal llamado Idalberto. Todo con el cambió y la usurpación de la identidad de su hermano.
A finales del año se realizó el errado juicio y le fue incoada la Causa 260 del 2005 por un delito de Hurto. El no culpable de los dos hermanos, resultó condenado a tres años de Trabajo correccional Sin Internamiento, por la Sala de Delitos Contra la Seguridad del Estado del Tribunal Popular Provincial de Ciudad de La Habana.
Dice un proverbio: “Que la cabra siempre tira al monte” y eso le ocurrió al Leonis Quiala, el que fue detenido in fraganti en un robo en la provincia de Pinar del Río. El hijo con conducta delincuencial trató infructuosamente, de engañar con el mismo ardid al Instructor Penal pinareño, pero resultó descubierto por este.
En la estación policial de Alamar el Instructor Penal Idalberto reconoció, que al que había procesado no era a Leodanis. Las huellas dactilares corroboraron finalmente, que no eran la misma persona Leonis y Leodanis. Los uniformados escribieron una carta al tribunal sancionador.
Sin embargo el 27 de septiembre del pasado 2007, al trabajador Leodanis Quiala de la Granja Urbana de Plaza de la Revolución le revocaron la causa penal, que él creía olvidada y aclarada. Su sorpresivo destino fue hacia la Prisión 15-80 del municipio San Miguel del Padrón, también nombrada popularmente como El Pitirre.
La señora y madre Azahares Ramírez les envió sendas cartas reclamatorias al Consejo de Estado, al Comité Central del Partido Comunista de Cuba, al Ministerio de Justicia, al Tribunal Supremo Popular, a la Fiscalía General de la República, al Ministerio del Interior y al Tribunal Popular Provincial sancionador.
Todas estas entidades le respondieron lo mismo a Ana Mercedes, de una manera diligente pero a la vez negligente, que el equivoco a resolver no es de nuestra competencia. Nadie se sentó a pensar con detenimiento, que la sanción afectaba a un ser humano de carne y hueso. Ese matiz no es del interés de los deshumanizados burócratas.
Cuenta Ana Mercedes Azahares Ramírez, que al contratar a la Licenciada en Derecho del Bufete Colectivo de La Lisa Jacqueline Galindo García. En su conciencia tuvo algo de esperanza, en que sacaría a su vástago del injusto encierro. Pero a la abogada le hicieron menos caso que a un perro, debido a eso su hijo continúa en la cárcel de Toledo.
Esta progenitora en la isla de hoy, les refiere a los que le preguntan por la suerte de su hijo inocente: “Me he dado cuenta, que de todos los funcionarios, que me atienden, me escuchan pero con oídos sordos y me ven pero con ojos ciegos, a ninguno les importa mis verdaderos problemas”. Ana Mercedes Azahares es un ejemplo de la desidia en Cuba.
Villa Clara, 13/05/2008
cocofari@yahoo.es
http://prolibertadprensa.blogspot.com/


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