jueves, 14 de agosto de 2008

Cuba: medidas para "cuentapropistas" Fernando Ravsberg BBC Mundo, Cuba



Muchos cumplen una función social, que casi siempre es deficitaria a nivel del Estado.

Con el proyecto de ley de la Seguridad Social, el gobierno cubano da un nuevo paso con el objetivo de beneficiar a los trabajadores por cuenta propia, sector que en el pasado fue considerado un "mal necesario" y algo que tarde o temprano habría que extirpar.

Según informa la prensa cubana, este proyecto de ley les da los mismos derechos jubilatorios que al resto de los trabajadores estatales, algo que parecería justo dado que aportan al Estado a través del pago de licencias e impuestos.

Pero la medida que marca un cambio más claro hacia este sector es la entrega de nuevas licencias a trabajadores privados, en este caso los beneficiados serán los taxistas particulares, conocidos en Cuba como "boteros".

Hace unos meses ya se les habían facilitado los primeros créditos bancarios -antes estaba terminantemente prohibido- para que puedan comprar, como el resto de la población, sus electrodomésticos de bajo consumo.

Otro cambio operado durante el actual gobierno es que se les permitió tres meses anuales de licencia por razones de enfermedad.
Durante ese período, no deben pagar los permisos ni los impuestos ya que no están trabajando.

Cambios en el campo
La agricultura será el sector más fuerte del "cuentapropismo".
Si el proyecto agrario de Raúl Castro logra desarrollarse a plenitud, el 70% de las tierras cultivables estará en manos de familias campesinas en calidad de cooperativistas, pequeños propietarios o en usufructo gratuito.

Raúl autorizó la entrega de permisos a los taxistas particulares.
Pero no parece que sea la única acción del gobierno en ese sentido: después de 10 años, autorizaron de nuevo licencias para el transporte colectivo de personas, con la diferencia de que ahora el Estado regulará la actividad, como ocurre en otros países.

Los choferes que opten por estas licencias deberán realizar su trabajo en las rutas que el gobierno determine, priorizando las zonas donde, por una u otra razón, escasea el transporte estatal y el privado.

Además, deberán comprar el combustible al estado; esta medida parece lógica teniendo en cuenta que una buena parte de los transportistas privados se abastecen en la actualidad del mercado negro de petróleo o gasolina.

Los beneficios sociales también son importantes puesto que hasta ahora los cuentapropistas, por ejemplo, no tenían derecho a jubilación, a pesar de que la mayoría paga licencia e impuestos -algunos en moneda dura- al Estado.

Legalizar lo que ya existe
Un mecánico se alegró de que en el proyecto de ley se acuerden de ellos pero le dijo a la BBC que la legislación debería ser retroactiva, "abarcando todos los años en los que hemos estado aportando al Estado".

Darles licencias a los trabajadores privados solo sería legalizar una actividad que ya existe.

Él mismo se sorprendió cuando se enteró que no tendría que pagar al contado los 15 mil pesos (US$625) de los electrodomésticos: "Es que realmente no tenía ese dinero y no veo razón para que se nos trate diferente al resto de los trabajadores".

Sin embargo, muchos perciben que en el sector se respira un aire diferente.

"Sólo con que te reconozcan el derecho a enfermarte implica que ya te tratan como persona y para muchos de nosotros es bastante", expresó una mujer que alquila vestidos.

El tema del trabajo por cuenta propia ha traído fuertes controversias en Cuba; los que se oponen argumentan que, dado los bajos salarios que puede pagar el Estado, muchos profesionales se irán al "cuentapropismo".

Por otra parte, creen que promueve las diferencias sociales dado que el poder adquisitivo de un pequeño empresario privado es mucho mayor que el de los trabajadores estatales, lo que les da acceso a más bienes y servicios.

Los que defienden la apertura afirman que sólo se trata de legalizar lo que ya existe: en el país la mayor parte de servicios como plomería, carpintería, electricidad, o reparación de electrodomésticos, están en manos de particulares de forma legal o clandestina.

Además sostienen que el Estado no puede dedicar sus esfuerzos a la salud pública, la educación, la defensa, el turismo, la energía, la minería y además ocuparse de organizar a los lustrabotas o la venta de fritas en las calles.

No hay comentarios: