Pasó el discurso del 26 de julio del general Raúl Castro y no hubo los nuevos anuncios de reformas que muchos pensaban era previsible esperar después del discurso ante la Asamblea Nacional. Pero la vida en Cuba siguió, diría el cantor “como siguen las cosas que no tienen mucho sentido”.
Sigue también, a pesar de la represión y las zancadillas, la oposición pacífica al régimen. Una declaración del Partido Solidaridad Democrática que juzgó críticamente el discurso del 26 del Número Dos, advierte que “todo seguirá igual o peor”.
Aún no se apagan los ecos del Foro Progresista, celebrado en La Habana a fines del pasado mes a pesar de los esfuerzos de la policía política por impedirlo. Tal vez la represión fue menor que en otras ocasiones. Eso desató una nueva polémica en las filas opositoras. Manuel Cuesta Morúa niega que haya “una oposición favorita” al régimen en entrevista con Michel Suárez en Cubaencuentro.com pero lo acepta en entrevista con Fernando Ravsberg para BBC Mundo.
Mientras, se rearticula orgánicamente el ala izquierda de la disidencia interna. Bienvenida sea a la pluralidad opositora, que ahora cuenta con otro partido social-demócrata. También hay dos concertaciones liberales.
¿Superaremos alguna vez las dualidades? Ya no es sólo por lo del Estado-gobierno, Partido-gobierno, Fidel-Raúl, etc.
Para colmo, ya hablan algunos de una oposición buena y otra mala. Las suspicacias enfermizas y las descalificaciones mutuas constituyen flacos favores a la causa de la democracia. Mucho más saludable es afinar esfuerzos en la búsqueda de un sistema de lenguaje común a los demócratas. No importa cuanto incline la deriva a la derecha o a la izquierda.
SDP
Sigue también, a pesar de la represión y las zancadillas, la oposición pacífica al régimen. Una declaración del Partido Solidaridad Democrática que juzgó críticamente el discurso del 26 del Número Dos, advierte que “todo seguirá igual o peor”.
Aún no se apagan los ecos del Foro Progresista, celebrado en La Habana a fines del pasado mes a pesar de los esfuerzos de la policía política por impedirlo. Tal vez la represión fue menor que en otras ocasiones. Eso desató una nueva polémica en las filas opositoras. Manuel Cuesta Morúa niega que haya “una oposición favorita” al régimen en entrevista con Michel Suárez en Cubaencuentro.com pero lo acepta en entrevista con Fernando Ravsberg para BBC Mundo.
Mientras, se rearticula orgánicamente el ala izquierda de la disidencia interna. Bienvenida sea a la pluralidad opositora, que ahora cuenta con otro partido social-demócrata. También hay dos concertaciones liberales.
¿Superaremos alguna vez las dualidades? Ya no es sólo por lo del Estado-gobierno, Partido-gobierno, Fidel-Raúl, etc.
Para colmo, ya hablan algunos de una oposición buena y otra mala. Las suspicacias enfermizas y las descalificaciones mutuas constituyen flacos favores a la causa de la democracia. Mucho más saludable es afinar esfuerzos en la búsqueda de un sistema de lenguaje común a los demócratas. No importa cuanto incline la deriva a la derecha o a la izquierda.
SDP
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