Lawton, La Habana, agosto 21 de 2008, (SDP) Siempre que el gobierno cubano se refiera al ‘enemigo’, habla en realidad del pueblo. Veamos como se digiere esto. El grupo humano que vive con el anhelo que pasen a otra vida los ancianos detentadores del poder político en Cuba, son -quien lo duda- enemigos. Estos enemigos, son sólo pueblo.
Esos que viven a partir de ‘resolver’, que desean emigrar, que no creen en la revolución y que por su afán de no procrear se han hecho reos de imponer a la nación el envejecimiento poblacional y una eventual carencia de fuerza de trabajo, también son enemigos. Esos enemigos son simple y mero pueblo. Gente de a pie y sin mucha importancia para el poder constituido.
Hecha esta salvedad, pasemos a otro asunto sin importancia, de esos que llenan el alma y el corazón del enemigo. La TV oficial ofrece una serie de factura estadounidense. Se trata de ‘Los Soprano’. Ha gustado mucho este serial. La gente con su sabiduría secular identificó a Los Soprano, con el gobierno. Los métodos son tan semejantes, que muchos me han comentado que sufren la ilusión óptica que les hace ver a Tony Soprano como si vistiera de verdeolivo y hasta tuviera grados.
La forma en que este simpático y terrible personaje (Tony Soprano) extorsiona a la gente y se apropia de sus propiedades, es muy similar a la que emplea el gobierno en Cuba. También sirve para crear identificaciones, el manejo acertado que hace Soprano del miedo que infunde. Todo el mundo siente temor de Los Soprano en New Jersey y de forma paralela, se teme mucho a la plaga verdeolivo en Cuba.
No existen diferencias morales entre los héroes de la serie norteamericana y la plaga empistolada de Cuba. La reacción de Tony Soprano cuando supo que su hijita dormía con un compañerito mestizo, fue moderada y benigna en comparación con la reacción de algunos uniformados-empistolados verdeolivo, en situación y circunstancia semejante.
Los conozco, que hasta atentaron contra la integridad física del negrito o el mulatito atrevido. Los hubo que resultaron lastimados.
Muchos altos oficiales del Ministerio del Interior, de origen holguinero, son tan racistas, crueles y faltos de clase, como Tony Soprano y su ‘familia’. Son tal para cuál. Escoria sin escrúpulos con todo el poder del estado, del dinero y de la extorsión.
Mi colega Luís Cino me dice que debí dedicarme a la entomología. Para él, estoy poseído por un interés morboso por esos bichos feos, degradados y crueles. Desde mi punto de vista, no se trata para nada de insectos: lo mismo da Soprano que Escalona. El hombre es tan magnífico en sus manifestaciones que asombra, ya sea desde su grandeza o desde su bajeza; desde su vileza o desde su nobleza. Discrepo con mi colega y su mala opinión sobre los insectos: Ningún insecto puede ser peor que el hombre que se hace vil. Esa sería una forma enfermiza de afirmar su humana grandeza, pero aún así, para mí es válida.
Por esto, la identificación que el pueblo se fabricó para un hipotético ‘coronel Soprano’, trasplantado desde New Jersey a La Habana. Muy similar a algunos ‘mafiosos ascendidos’ de dos y hasta tres estrellas, que también los hay.
jgonzafeb@yahoo.com
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