LA HABANA, ago 11 (Reuters) - El presidente Raúl Castro asumió el cargo hace seis meses con una serie de reformas económicas, pero muchos cubanos dicen que hasta el momento los cambios son más simbólicos que reales.
Las reformas de Castro, elegido en febrero por el Parlamento como sucesor de su enfermo hermano Fidel Castro, permitieron por primera vez a los cubanos a comprar teléfonos celulares y computadoras, además de abrirles las puertas de los hoteles exclusivos para extranjeros desde la década de 1990.
Cubanos entrevistados por Reuters dijeron que están felices de tener sus nuevos derechos, pero la mayoría tiene un problema: carecen de dinero para pagar por ellos.
Las ventas de computadoras están siendo limitadas por el precio y la disponibilidad, han disminuido las largas colas iniciales para comprar celulares y gerentes de hoteles dicen que el número de huéspedes cubanos no es significativo.
"Realmente (las reformas) mejoran las condiciones", dijo David, un estudiante de 26 años que salió con las manos vacías de una tienda que vende ordenadores en La Habana.
Sin embargo, "para mí la venta de computadoras no es una mejoría si usted no tiene el dinero para comprar", dijo David, que no quiso revelar su nombre completo. "Los precios son un abuso".
La falta de dinero es una queja frecuente en la Cuba socialista, donde la gente tiene beneficios sociales con poco o ningún costo, pero el salario promedio mensual es inferior a 20 dólares.
Los ordenadores ensamblados en Cuba con componentes chinos cuestan entre 750 y 1.600 dólares.
Un empleado de un popular centro comercial en La Habana dijo que había vendido 200 ordenadores desde que comenzó la venta en mayo, pero que se terminaron y no sabe cuándo llegará otro lote.
En otra tienda, el gerente dijo que había vendido alrededor de 30 computadoras. Permanecían en vitrina los ordenadores más caros. Tampoco supo responder cuándo volverán a tener los modelos más económicos.
"Hay demanda, pero de las ofertas más baratas", dijo.
FILAS PARA CELULARES
Cuando comenzó en abril la venta de celulares, muchos cubanos hicieron largas filas para comprarlos. Unas 7.400 líneas fueron vendidas en las primeras tres semanas, según cifras oficiales.
La demanda inicial se redujo a unas 300 líneas semanales, según un funcionario de la estatal empresa de teléfonos.
En Cuba, con una población de 11 millones de habitantes, había 330.000 líneas de teléfonos celulares contratadas en el 2007, según la Oficina Nacional de Estadísticas.
En comparación, México, con una población de 108 millones de habitantes, tiene 50 millones de usuarios de celulares.
El servicio de telefonía celular, incluyendo la línea y el aparato, cuesta como mínimo 200 dólares. Cada minuto de llamada cuesta entre 39 y 50 centavos dólar.
"Quizá algún día, pero ahora mismo no puedo pagar eso ni mis sueños". Gano 300 pesos (15 dólares) al mes", dijo un trabajador de la construcción que no quiso ser identificado.
Días atrás en el balneario de Varadero, a 144 kilómetros al este de La Habana, algunos vacacionistas cubanos flotaban en las aguas azules. Todos los entrevistados dijeron que estaban allí en programas de incentivos ofrecidos por el Gobierno para los trabajadores destacados.
Esos programas les permite alojarse en hoteles a precios bajos en moneda nacional y hasta gratis en algunos casos. Los beneficiados dijeron que el dinero no era un problema y alabaron el ritmo de las reformas.
"Tu haces la apertura y vas a recoger los frutos poco a poco. No se pueden hacer los cambios totalmente, uno tras otro", dijo Aurelio González, tomando sol en una silla de la playa.
Un gerente de la industria del turismo que pidió no ser identificado dijo que "no es grande la cifra" de cubanos que se están alojando en los hoteles, fuera de los que participan en el programa subvencionado por el Estado.
Raúl Castro hizo otras reformas de menor impacto inmediato en las personas, pero con un efecto potencialmente más amplio.
Una de las más importantes está teniendo lugar en el campo con la entrega, por ejemplo, de tierras a los agricultores para aumentar la producción de alimentos.
Otros cambios parecen estar en marcha.
La semana pasada, el Gobierno abrió una tienda en el centro de La Habana donde grandes estanterías surtidas con variadas mercancías recuerdan a las cadenas de tiendas de Estados Unidos o México.
Los cubanos, acostumbrados a establecimientos comerciales más humildes, esperaban en largas filas para entrar al nuevo mercado, y una vez dentro parecían asombrados tanto por la abundante oferta como por los altos precios.
Clara Consuegra, una jubilada de 70 años, dijo que por unos momentos la tienda le dió una nueva esperanza para su país.
"Cuando estás dentro de la tienda piensas que algo está cambiando en Cuba", dijo. "Pero cuando sales a la calle miras que todo sigue igual".
(Reporte adicional de Rosa Tania Valdés y Esteban Israel; editado en español por Gabriela Donoso)
Las reformas de Castro, elegido en febrero por el Parlamento como sucesor de su enfermo hermano Fidel Castro, permitieron por primera vez a los cubanos a comprar teléfonos celulares y computadoras, además de abrirles las puertas de los hoteles exclusivos para extranjeros desde la década de 1990.
Cubanos entrevistados por Reuters dijeron que están felices de tener sus nuevos derechos, pero la mayoría tiene un problema: carecen de dinero para pagar por ellos.
Las ventas de computadoras están siendo limitadas por el precio y la disponibilidad, han disminuido las largas colas iniciales para comprar celulares y gerentes de hoteles dicen que el número de huéspedes cubanos no es significativo.
"Realmente (las reformas) mejoran las condiciones", dijo David, un estudiante de 26 años que salió con las manos vacías de una tienda que vende ordenadores en La Habana.
Sin embargo, "para mí la venta de computadoras no es una mejoría si usted no tiene el dinero para comprar", dijo David, que no quiso revelar su nombre completo. "Los precios son un abuso".
La falta de dinero es una queja frecuente en la Cuba socialista, donde la gente tiene beneficios sociales con poco o ningún costo, pero el salario promedio mensual es inferior a 20 dólares.
Los ordenadores ensamblados en Cuba con componentes chinos cuestan entre 750 y 1.600 dólares.
Un empleado de un popular centro comercial en La Habana dijo que había vendido 200 ordenadores desde que comenzó la venta en mayo, pero que se terminaron y no sabe cuándo llegará otro lote.
En otra tienda, el gerente dijo que había vendido alrededor de 30 computadoras. Permanecían en vitrina los ordenadores más caros. Tampoco supo responder cuándo volverán a tener los modelos más económicos.
"Hay demanda, pero de las ofertas más baratas", dijo.
FILAS PARA CELULARES
Cuando comenzó en abril la venta de celulares, muchos cubanos hicieron largas filas para comprarlos. Unas 7.400 líneas fueron vendidas en las primeras tres semanas, según cifras oficiales.
La demanda inicial se redujo a unas 300 líneas semanales, según un funcionario de la estatal empresa de teléfonos.
En Cuba, con una población de 11 millones de habitantes, había 330.000 líneas de teléfonos celulares contratadas en el 2007, según la Oficina Nacional de Estadísticas.
En comparación, México, con una población de 108 millones de habitantes, tiene 50 millones de usuarios de celulares.
El servicio de telefonía celular, incluyendo la línea y el aparato, cuesta como mínimo 200 dólares. Cada minuto de llamada cuesta entre 39 y 50 centavos dólar.
"Quizá algún día, pero ahora mismo no puedo pagar eso ni mis sueños". Gano 300 pesos (15 dólares) al mes", dijo un trabajador de la construcción que no quiso ser identificado.
Días atrás en el balneario de Varadero, a 144 kilómetros al este de La Habana, algunos vacacionistas cubanos flotaban en las aguas azules. Todos los entrevistados dijeron que estaban allí en programas de incentivos ofrecidos por el Gobierno para los trabajadores destacados.
Esos programas les permite alojarse en hoteles a precios bajos en moneda nacional y hasta gratis en algunos casos. Los beneficiados dijeron que el dinero no era un problema y alabaron el ritmo de las reformas.
"Tu haces la apertura y vas a recoger los frutos poco a poco. No se pueden hacer los cambios totalmente, uno tras otro", dijo Aurelio González, tomando sol en una silla de la playa.
Un gerente de la industria del turismo que pidió no ser identificado dijo que "no es grande la cifra" de cubanos que se están alojando en los hoteles, fuera de los que participan en el programa subvencionado por el Estado.
Raúl Castro hizo otras reformas de menor impacto inmediato en las personas, pero con un efecto potencialmente más amplio.
Una de las más importantes está teniendo lugar en el campo con la entrega, por ejemplo, de tierras a los agricultores para aumentar la producción de alimentos.
Otros cambios parecen estar en marcha.
La semana pasada, el Gobierno abrió una tienda en el centro de La Habana donde grandes estanterías surtidas con variadas mercancías recuerdan a las cadenas de tiendas de Estados Unidos o México.
Los cubanos, acostumbrados a establecimientos comerciales más humildes, esperaban en largas filas para entrar al nuevo mercado, y una vez dentro parecían asombrados tanto por la abundante oferta como por los altos precios.
Clara Consuegra, una jubilada de 70 años, dijo que por unos momentos la tienda le dió una nueva esperanza para su país.
"Cuando estás dentro de la tienda piensas que algo está cambiando en Cuba", dijo. "Pero cuando sales a la calle miras que todo sigue igual".
(Reporte adicional de Rosa Tania Valdés y Esteban Israel; editado en español por Gabriela Donoso)
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