jueves, 28 de agosto de 2008

La Isla inmóvil. (1ra. Parte)









Imágenes de guerras, terremotos, tsunamis, huracanes, torturados, niños famélicos o haciendo trabajos onerosos; trastornos provocados por el cambio climático, el incremento de los precios de los alimentos, la deficiente actuación de casi todos los gobernantes del globo; ese es el panorama mundial, que obviando todo suceso agradable, ofrece el denominado “Sistema Informativo Revolucionario”, aprovechando el monopolio que ostente en Cuba y solo para hacerle creer al público que es preferible vivir bajo una tiranía que dura ya 50 años. Mientras tanto Cuba se hunde, pero por razones que tienen poco que ver con esos fenómenos exteriores.
El mismo Raúl Castro durante su regencia y después de investido de todos los poderes, no puedo dejar de señalar la grave situación del país. En su discurso a la Asamblea Nacional a fines de 2006 y 2007 y el 26 de julio último se refirió a esas cuestiones y el 24 de diciembre fue más gráfico cuando expresó: “La diversidad de problemas que tenemos son tantos que no caben en un discurso”; pero cuando en esas ocasiones se refirió a esos “problemas se limitó a los de orden económico, ya que el régimen no puede permitirse el lujo de reconocer que “la monolítica unidad del pueblo en torno a la Revolución” está cada vez más llena de grietas y remiendos.
Uno de los principales aspectos abordados por Raúl Castro fue el de la tierra y la producción agropecuaria. Señaló que había que hacer producir más a la tierra, que era necesario introducir cambios estructurales y de conceptos y que ésta debía estar en manos de quien fueran capaces de hacerla producir con más eficiencia. Todo ello era una confesión implícita del desastre a que condujo la errática política agraria de este medio siglo.
En efecto, las seudo cooperativas, denominadas UBPC y las granjas estatales, que según Lugo Fonte, presidente de la ANAP (Asociación Nacional de Agricultores Pequeños), poseen el 65% de las tierras, solo obtienen el 35% de la producción; mientras las cooperativas de Producción Agropecuarias (CPA) y campesinos independientes con solo el 35% de la tierra producen el 65%, lo cual significa que en las tierras de los campesino se obtiene un rendimiento 3,5 veces superior al sector estatal (Juventud Rebelde 16.02.07). El 30% de la producción se pierde en los campos, según Lugo Fonte, por problemas de Transporte, envases, etc. El 50% de las tierras están vacías, deficientemente explotadas o infectadas de
marabú. El marabú ha avanzado a razón de 5000 hectáreas anuales a partir de los años 90 (Noticiero de Televisión, 1pm, 31.01.08). De más de un millón de tierras bajo riego antes de 1990, en la actualidad no llegan a medio millón. La masa vacuna se redujo de 4,9 millones de cabezas en 1988 (0,47 cabezas por habitante) a 3,7 millones en 2005 (0,33 cabezas por habitante). El rendimiento en leche se redujo de 6,6 litros por vaca en 1988 a 3,8 en la actualidad. Las producciones de 2007 en importantes renglones agrícolas para el consumo y la exportación, como: tabaco, leche, huevos, papas, miel de abejas, café, cítricos y arroz, se redujeron notablemente con respecto a 1988. Resulto notable la disminución de las producciones de la agricultura urbana desde 4,2 millones de toneladas en 2006 de solo 1,3 millones de toneladas hasta noviembre de 2007.
A lo anterior habría que añadir la producción cañera, que en la zafra 2006/08 apenas alcanzó 34 toneladas por hectárea (Granma 29 de junio de 2007) y unas 40 toneladas por hectárea en 2007/08 (Granma 19 de mayo de 2008) unido ello a una reducción global de alrededor de un 80% desde la década del 80 en este renglón. A ello hay que agregar que los 13 millones de hectáreas de que dispone el MINAZ (Ministerio del Azúcar) para producir alimentos (de ellos 0,9 millones de hectáreas para la ganadería), están insuficientemente explotadas.
Las palabras de Raúl Castro parecieron dar a entender que se pretendía redistribuir las tierras a favor de los más eficientes campesinos y cooperativistas, a costa de las granjas estatales y UBPC (Unidades Básicas de Producción Cooperativa).
Sin embargo hasta ahora solo se ha previsto entregar tierras vacías, con la siguiente prioridad, según Lugo Fonte (Juventud Rebelde 16 febrero 2007):
1).- Las CPA, lo cual parece correcto hasta cierto punto, a que los campesinos individuales y agrupados en Cooperativas de Créditos y Servicios (CCS) parecen tener una mejor situación y al menos así se ha informado a Villa Clara (Granma 4 de febrero 2008).
2).- Las UBPC, lo cual resulta absurdo dado su ineficiencia, ya que por el contrario debería quitárseles tierras.
3).- Granjas estatales, algo también incongruente por ser igualmente ineficientes.
4).- Por último campesinos que no tienen tierras, pero “en calidad de préstamo”, “después de un riguroso análisis” y “sin excederse, para no convertirlos en terratenientes, es decir se trataría de “prestarles” la máxima cantidad posible y sujeta a numerosos requisitos. Se excluye de esa distribución a los campesinos actuales, que son los que han demostrado ser más productivos, por lo que se está concibiendo perpetuar y agravar el estado de cosas que ha hecho cada vez más ineficiente la agricultura.
Como siempre, se pretende encauzar la solución de los problemas económicos con medidas administrativas y se han comenzado a crear las Delegaciones Municipales de la Agricultura, para que controlen la base productiva. Se prevé que ejerzan el control estatal sobre los recursos asignados y el destino de las producciones, así como que impidan indisciplinas, desvíos, ilegalidades y hechos de corrupción, lo cual significa que deben limitar toda iniciativa a los productores.
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