
Arroyo Naranjo, La Habana, agosto 7 de 2008, (SDP) Es probable que el régimen cubano, además de llevar su equipo de testaferros a las olimpiadas, contrate agentes extras en Beijing para custodiar a sus albergados en la villa olímpica. Después que dos lanzadores y el torpedero titular de la selección juvenil cubana desertaran en pleno campeonato mundial juvenil de béisbol Clase AAA, en Edmonton Canadá, es razonable que se tomen medidas.
El agente de peloteros cubanos Jaime Torres asumirá la tutela del pitcher juvenil Noel Arguelles y del jugador de cuadro José Antonio Iglesias. Una vez en territorio norteamericano recibirán la asesoría del cazador de talentos, el mismo que encaminó a los pinareños José Ariel Contreras y Alexei Ramírez; y más recién aún, al ex monticulista villaclareño Dayán Viciedo.
Según el reflexivo en jefe Fidel Castro, en su reflexión publicada el 1 de agosto con el titulo “El equipo asediado”, dijo: “Edmonton se ha convertido en el basurero. Los atletas cubanos fueron mal atendidos. Tiene el privilegio de ser sede anual del campeonato. Debiera analizarse si vale la pena asistir…”
Atendiendo a la sugerencia de Castro-escritor, “debiera” es sinónimo de “olvídense de participar otra vez en Edmonton”. Recordemos como se privó al equipo nacional de boxeo de participar en el campeonato mundial con sede en Estados Unidos. Fidel tomó la decisión a raíz del intento de fuga protagonizado por los pugilistas Guillermo Rigondeaux Ortiz y Erislandy Lara Santoya, en los juegos panamericanos de Brasil.
Para el gobierno cubano, el robo de cerebros o de talentos siempre tendrá el aderezo del imperio, ese que cuenta con buscadores de talentos que surten a las 17 organizaciones de las Grandes Ligas del béisbol rentado.
Fidel también se quejó de que “no había sido enviado al evento ni siquiera un representante de la prensa cubana” y que todo se conocía a través de “vías no formales”.
Me pregunto, ahora que para los ejecutivos y ejecutores del poder totalitari
o comenzó la temporada de caza, ¿a cuanto ascendería la cifra de desertores por “vías no formales”?
Si nuestro digno e incuestionable béisbol amateur no se prostituye, ¿Por qué el Comisionado Nacional de Béisbol decidió licenciar a los peloteros Javier Méndez, Germán Mesa, Orestes Kindelán, Antonio Pacheco y Omar Linares, para que jugaran o sirvieran como entrenadores en la liga profesional de Japón?
¿Qué se esperaba de nuestros dignos atletas en Japón? ¿Lauros, medallas u otra raya más para el tigre internacionalista y proletario?
Obviamente, en este caso se uso la “vía formal”. Para ser más preciso, esa vía en la cual el Gobierno dispone de sus talentos con el fin de obtener divisas para el país. El selecto grupo de “jugadores confiables” prestaba sus servicios en la liga japonesa como lo hacen hoy los médicos, técnicos, enfermeras y entrenadores deportivos en Venezuela y Bolivia.
El equipo juvenil cubano de béisbol se llevó la medalla de bronce en el torneo Clase AAA, en Edmonton Canadá. Venció a la selección nacional juvenil de Australia por apretado marcador de dos carreras por una. El reflexivo Fidel, en medio de tantos contratiempos e informalidades de la prensa enemiga, los cataloga de “ejemplo para sus hermanos mayores de la selección olímpica”.
Espero, ahora que entramos en temporada de caza, que Beijing no se convierta en otro de los “basureros” de que habla Fidel castro. Habría que preguntarles a las glorias deportivas de la revolución si se sienten útiles o desechables.
Arroyo Naranjo, 2008-08-04
odelinalfonso@yahoo.com
El agente de peloteros cubanos Jaime Torres asumirá la tutela del pitcher juvenil Noel Arguelles y del jugador de cuadro José Antonio Iglesias. Una vez en territorio norteamericano recibirán la asesoría del cazador de talentos, el mismo que encaminó a los pinareños José Ariel Contreras y Alexei Ramírez; y más recién aún, al ex monticulista villaclareño Dayán Viciedo.
Según el reflexivo en jefe Fidel Castro, en su reflexión publicada el 1 de agosto con el titulo “El equipo asediado”, dijo: “Edmonton se ha convertido en el basurero. Los atletas cubanos fueron mal atendidos. Tiene el privilegio de ser sede anual del campeonato. Debiera analizarse si vale la pena asistir…”
Atendiendo a la sugerencia de Castro-escritor, “debiera” es sinónimo de “olvídense de participar otra vez en Edmonton”. Recordemos como se privó al equipo nacional de boxeo de participar en el campeonato mundial con sede en Estados Unidos. Fidel tomó la decisión a raíz del intento de fuga protagonizado por los pugilistas Guillermo Rigondeaux Ortiz y Erislandy Lara Santoya, en los juegos panamericanos de Brasil.
Para el gobierno cubano, el robo de cerebros o de talentos siempre tendrá el aderezo del imperio, ese que cuenta con buscadores de talentos que surten a las 17 organizaciones de las Grandes Ligas del béisbol rentado.
Fidel también se quejó de que “no había sido enviado al evento ni siquiera un representante de la prensa cubana” y que todo se conocía a través de “vías no formales”.
Me pregunto, ahora que para los ejecutivos y ejecutores del poder totalitari
Si nuestro digno e incuestionable béisbol amateur no se prostituye, ¿Por qué el Comisionado Nacional de Béisbol decidió licenciar a los peloteros Javier Méndez, Germán Mesa, Orestes Kindelán, Antonio Pacheco y Omar Linares, para que jugaran o sirvieran como entrenadores en la liga profesional de Japón?
¿Qué se esperaba de nuestros dignos atletas en Japón? ¿Lauros, medallas u otra raya más para el tigre internacionalista y proletario?
Obviamente, en este caso se uso la “vía formal”. Para ser más preciso, esa vía en la cual el Gobierno dispone de sus talentos con el fin de obtener divisas para el país. El selecto grupo de “jugadores confiables” prestaba sus servicios en la liga japonesa como lo hacen hoy los médicos, técnicos, enfermeras y entrenadores deportivos en Venezuela y Bolivia.
El equipo juvenil cubano de béisbol se llevó la medalla de bronce en el torneo Clase AAA, en Edmonton Canadá. Venció a la selección nacional juvenil de Australia por apretado marcador de dos carreras por una. El reflexivo Fidel, en medio de tantos contratiempos e informalidades de la prensa enemiga, los cataloga de “ejemplo para sus hermanos mayores de la selección olímpica”.
Espero, ahora que entramos en temporada de caza, que Beijing no se convierta en otro de los “basureros” de que habla Fidel castro. Habría que preguntarles a las glorias deportivas de la revolución si se sienten útiles o desechables.
Arroyo Naranjo, 2008-08-04
odelinalfonso@yahoo.com
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