jueves, 7 de agosto de 2008

PRENSA NACIONAL, Realidades muy diferentes, por ANDRÉS GÓMEZ



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OTRO mundo es esta extraordinaria Isla hogar de un insólito pueblo. La mayoría del cual ha demostrado, a sí mismo y al resto del mundo, que otra vida mejor, más justa, más equitativa, más humanitaria es posible. Aun­que eso sí, una vida llena de múlti­ples sacrificios y necesidades, en gran medida debido a que ese empeño se ha logrado en contra de la volun­tad manifiesta de los gobiernos de Es­tados Unidos. Si alto es el logro, alto ha sido el costo para poderlo alcanzar.
Aunque triste es saber que algu­nos cubanos y cubanas, una minoría, pero una minoría que al existir duele, son incapaces de entender de qué se trata. Quizá, la única manera en que logren entender los valores que sus­tentan lo aquí alcanzado es viviendo en esa sociedad primer mundista de consumo que tanto ansían. Para la gran mayoría de ellas y ellos sus sue­ños, sus fantasías —porque nada más que fantasías son—, pronto se redu­cirían a polvo al chocar esa nueva vida en esa ansiada sociedad de consumo con aquella realidad. Muy diferente a la que ellas y ellos —ingenuos cubanas y cubanos— aquí suponen que aquella es.
Tristes ellas y ellos que así ansían ya que no pueden realmente disfru­tar lo que aquí, entre tantas vicisitudes, se ha logrado. ¿Saben ustedes qué es vivir aquí, en estos tiempos, siendo parte de este pueblo, sin po­der entender, disfrutar, lo que a tra­vés de su historia lo hizo posible y lo que lo sostiene? ¿Vivir en el año 50 de esta gloriosa aventura que ha sido la Revolución de las cubanas y cubanos y no poderla sentir, no po­derla olfatear ni saborear? Más bien, ellos y ellas, todo esto ignoran; en verdad no es que lo ignoren, es que no les interesa. Triste, muy triste.
La gran mayoría de los cubanos y cubanas, a pesar de que muchos de ellos no se hayan planteado entender su realidad a través de un riguroso proceso analítico, saben, porque lo intuyen, porque lo viven, qué es lo que entre todos aquí se ha podido lograr.
Y es precisamente en el transcur­so de este año 50 de esta gloriosa aventura revolucionaria cuando más definitorio es el contraste entre este sistema socialista que aquí, contra viento y marea se construye, y los otros, el sistema capitalista metropolitano y los de sus estados clientes, que en estos tiempos, aquellos sistemas de las sociedades de consumo, sufren de uno de esos ciclos espantosos que ya --nos habían asegurado-- no volverían a ocurrir) que no parecen tener fondo, mientras las vidas de millones de seres, humanos se per­derán en constante agonía, sin espe­ranza ni seguridad alguna.
Crisis económica y financiera del vivir diario que a todos allá afecta ca­da vez más, teniendo cada vez me­nos, cuando todo cuesta más, para pagar la casa, las deudas, la comida, la ropa de los niños, el carro, la gasolina, el médico y las medicinas... En donde la alternativa de no poder pagar todo eso es la calle —la indigencia— y el hambre de verdad. Lo que es como uno de esos huecos negros que hay a través del universo, y que por este hueco negro se perderán en terribles sufrimientos, sin seguridad ni esperanza algunas, las vidas de inúti­les sacrificios de millones de seres humanos.
¿Que exagero?
Vayamos a las primeras planas del The New York Times, de los últi­mos dos días, y leamos los artículos principales en ellas aparecidos, co­mo reflejo general de los síntomas más terribles de esa crisis económi­ca y financiera que ese diario decide publicar. Ayer era un artículo sobre la pérdida de 8 900 millones de dóla­res durante los últimos cuatro meses por el consorcio bancario Wacovia, uno de los más grandes de EE.UU.
Hoy eran artículos sobre las pér­didas, también durante los últimos cuatro meses, de 8 700 millones de dólares por parte de la corporación automovilística Ford, uno de los gigan­tes de la industria norteamericana. Se prevé que este año la venta de vehículos en Estados Unidos descen­derá en un 12 por ciento comparado con el 2007.
Mientras que ese diario señala asimismo que en Europa el consor­cio automovilístico Renault anuncia­ba que reduciría en 7 000 trabajado­res su fuerza laboral, más del 15 por ciento de la misma, compuesta por 47 000 trabajadores, porque no venderá suficientes automóviles este año. Las corporaciones Peugeot, Citroen, Volkswagen y Volvo también anuncia­ron eventuales y prontos despidos de miles de sus trabajadores debido a la crisis existente.
En Cuba hoy, después de celebrar con gusto y orgullo el aniversario 55 del Asalto al Cuartel Moncada, no hay despidos masivos, al contrario, se está alentando el multiempleo por las necesidades que hay de trabajado­res dado el continuo incremento de su economía. Aunque las autorida­des, que aquí al bienestar del pueblo se deben, se preparan para afrontar las consecuencias que las crisis de esas sociedades primermundistas de consumo —con las que sueñan y fan­tasean esos ilusos cubanos y cubanas de los que hablé— tienen y tendrán en la realidad económica de esta Isla
Tomado de Juventud Rebelde, martes 29 de julio de 2008
Es copia fiel del original

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