jueves, 26 de febrero de 2009

ARQUITECTURA Y CICLONES, Osmar Laffita Rojas



Boyeros, La Habana, febrero 26 de 2009 (SDP) A finales de la década de los 50, la arquitectura cubana, por el elevado desarrollo alcanzado, logró ubicarse entre las primeras de América Latina. Se simbolizó en construcciones tan emblemáticas como el Edificio Focsa, el Hotel Habana Libre, los edificios altos de propiedad horizontal ubicados en Línea y Malecón y las residencias futuristas del Nuevo Vedado.
A partir de 1959, ese movimiento de renovación arquitectónica se ralentizó. Lo mejor del talento y la creación de la ascendente arquitectura cubana, empezó a marchitarse.
Las construcciones de las últimas cinco décadas nada han tenido que ver con las imaginativas y estéticas edificaciones en que predominaban las concepciones más atrevidas de lo funcional y lo bello. Todo fue suplido irremediablemente por una negativa visión. Lo que contemplamos hoy es un escenario sombrío, monótono, en que lo inteligente desapareció irremediablemente. La mayoría de las edificaciones son cajones, palomares sin diseño, sin ninguna hermosura, espantosas.
Por arte de magia, el concepto de vivienda individual desapareció. Los barrios y repartos están detenidos en el tiempo. El gobierno que asumió el poder en l959 es el principal responsable de la desaparición de la emblemática y atrevida Arquitectura Cubana.
El Gobierno, para dar solución a las enormes destrucciones del fondo habitacional ocasionados por los ciclones Gustav, Ike y Paloma en la primavera de 2008, tendrá que cambiar irremediablemente su actual política constructiva.
Tendrá que exigir a los centros de diseños urbanístico, las autoridades de la Vivienda y a todos aquellos que estén autorizados a construir su casa por medios propios, que en la ejecución y terminación de todas estas obras contribuyan a la trasformación de los barrios y ciudades en algo bello y acogedor. A ese cometido habrá que sumar los miles de edificios y residencias que hace años demandan a gritos mantenimiento capital.
Las autoridades tendrán que necesariamente retomar la arquitectura en la que Cuba era vanguardia. Esto se logrará si los edificios terminados son funcionales, estéticamente bellos y por sobre todas las cosas, resuelven las necesidades de sus moradores
Los diseños de las nuevas construcciones necesariamente tendrán que contemplar las necesidades que vayan a satisfacer. A la vez deberán asumir las funciones que llevarán dentro de los inmuebles construidos, con el solo propósito de que la vida que se lleve en ellos sea razonablemente agradable.
Una obra de Arquitectura, si pretende romper de una vez por todas con la herencia negativa del ámbito constructivo reinante hoy en Cuba, debe ser por sobre todas las cosas, funcional. Si no cubre este requisito, sencillamente no sirve, porque también para que sea buena, necesariamente debe ser admirable. La Arquitectura Cubana tiene que proponerse que sus obras provoquen en todos aquellos que la observen, una emoción estética.
Los arquitectos y los artistas del diseño atrapados por la era de la información y de las sociedades inteligentes, están enfrascados en el interesante debate de modernidad y posmodernidad, en que todavía no hay consenso entre estructura y función. En lo que por suerte la mayoría de estos creadores convergen es que son los espacios los elementos esenciales de la arquitectura contemporánea.
Uno de los retos que tendrá que acometer la Arquitectura Cubana es crear los marcos embellecedores de la vida de los que morarán los nuevos inmuebles.
La Arquitectura de hoy nada tiene que ver con la de hace 50 años. Todo ha variado. Cada una expresa su época. El lenguaje de hoy es más imaginativo y renovador. Si la poesía trasmuta el mundo de las palabras, el propósito de la Arquitectura no es otro que trasmutar el mundo de los espacios visibles.
Si se desea romper con toda la negativa herencia constructiva que desde l959 nos atrapa, necesariamente hay que retomar la arquitectura que quedó congelada a finales de la década del 50, incorporándole todo lo avanzado que sobre esta ciencia que también es arte, hay en el mundo.
Hay que tratar, por sobre todas las cosas, que las futuras obras cumplan con el principio de la funcionalidad y que sean estéticamente agradables. Solo así y no de otra manera servirán a sus moradores por la conjugación de belleza y bienestar.
ramsetgandI@yahoo.com

1 comentario:

Anónimo dijo...

Vamos hombre, que el escenario no es tan sombrío como lo pintas:

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