jueves, 19 de febrero de 2009

VINDICAR LA REPÚBLICA, Félix Dixi

Santos Suárez, La Habana, febrero 19 de 2009, (SDP) No se trata de la conocida obra de Platón, aquella en que este “primer ingeniero social” depende de la modalidad totalitaria. Nos referimos a otra república, digamos, más moderna, porque nació en el Siglo XX. Una que los aborígenes denominaron Cuba y que desde que surgió, la “mal enfocada historia” de ella la ha envuelto en desafortunados puntos de vista y, digámoslo también, de ocultamientos de la verdad que a fuerza de repetirse, con el tiempo las creemos.

En el año 1200, Santo Tomás de Aquino decía El error es creíble por la cantidad de verdad que el error contiene. Basados en este pensamiento tan actual hoy como hace 6 siglos, puedo decirte, estimado lector, que también el que suscribe puede diseminar errores fundados en una verdad que todos creemos poseer. Por lo tanto los alerto y les propongo que todos “juntos como cubanos” entresaquemos la verdad en esta madeja de puntos de vistas que es la historia de Cuba.

Para eso hay que desempolvar todos estos libros antiguos y modernos y no casarnos con un solo punto de vista. Hay que desempolvar todos esos libros y no casarnos con el criterio, que pueden tener los que la escriben por sus tendencias políticas, sociales religiosas e incluso hasta por sus prejuicios.

Aclarados todos estos aspectos, en los cuales este autor se ha visto enredado, he llegado a entender la historia de esta llamada República.

Comencemos desde el principio. Supuestamente según ciertos historiadores, en 1514
se había “pacificado ya la Isla de las rebeliones de los taínos. Sin embargo, fue en 1515 cuando lograron capturar y quemar en la hoguera a Hatuey. Pero la realidad fue que la resistencia continuó a manos de Guamá, Caguax y otros hasta 1542, año en que abolieron las encomiendas y la esclavitud de los indios en Cuba.

Conclusión: los aborígenes cubanos nunca fueron pacificados.

El 21 de agosto de 1717 ocurrió “la primera gran rebelión en América”, protagonizada por los cultivadores de tabaco cubanos, los cuales “ocuparon La Habana durante 11meses”. Fue en la segunda, 6 años después, cuando ahorcaron a los 12 vegueros. El enfoque que dan algunos tiende a confundir ambas rebeliones.

Esto ocurrió 59 años antes que los cultivadores de Té de las 13 colonias de Norteamérica se rebelaran por los mismos impuestos abusivos de su metrópoli y originaran la Declaración de Independencia, el 4 a julio de 1776. Y 86 años antes de la gran rebelión haitiana de 1804.

Conclusión: Nunca se han destacado estos hechos. Hoy sólo se encuentra en la Iglesia de Jesús del Monte de esta Capital una soñolienta placa que recuerda a 8 vegueros enterrados allí por las fuerzas españolas.

Volviendo a la fecha del 4 de Julio. ¿Cuántos cubanos saben que el primer grito de “independencia o muerte” lo dio el camagueyano Joaquín de Agüero en San Francisco del Jacaral el 4 de Julio de 1851, diez años antes que el Grito de Yara? Tampoco sabrán muchos que “este insigne y olvidado cubano” fue el primer hombre en el mundo en proclamar libres a sus esclavos, el 22 de Enero de 1843, en Acta pública y ante un escribano.” Aconteció 20 años antes que Abraham Lincoln emancipara a los esclavos de EE. UU. 5 antes de que Francia aboliera la esclavitud y meses antes de que Inglaterra hiciese igual ese mismo año de 1843.

Conclusión: Tampoco se han destacado estos hechos en la dimensión nacional e internacional que merecen Efectivamente, la rebelión liderada por De Agüero fracasó. ¿Acaso no fracasó también la Guerra de los Diez Años?

Para qué hablar de que “la verdadera alma de la revolución de 1868 se llamó Francisco Vicente Aguilera”, cuya frase: “Acatemos a Céspedes si queremos salvar la Revolución” demuestra una total entrega a la lucha por la libertad de Cuba y un completo desprendimiento de “la gloria que realmente se merecía y se merece”, por haber sido él quien organizó esta rebelión.

Tampoco se han percatado que el primer holocausto que hubo en la historia universal ocurrió aquí en Cuba, en 1896, cuando el Capitán General Valeriano Weyler dictó la Reconcentración, y no en la Europa hitleriana de 1935 a 1945.

Conclusión; Estos dos hecho hay que exponerlos definitivamente con la verdad histórica que los avala.

Estos son unos pocos ejemplos, entresacados de 4 siglos de historia cubana. Hay muchísimos más que obviamente no caben en el marco de un artículo de prensa. No obstante, estos por sí mismos nos dan la clave de la gran madeja que habrá que desenredar para adentrarnos en la historia del pasado siglo XX. Será imprescindible tener siempre presente aquel sano consejo que nos legó el Maestro: La política es historia, es el conocimiento de hechos sucedidos para evitar que vuelvan a suceder”
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